Reino Unido aprueba un plan de emergencia para preservar los derechos de los ciudadanos de la UE ante un Brexit 'duro'

Pavel Ramírez
Theresa May, en el Parlamento británico.
Theresa May, en el Parlamento británico.
  • Reino Unido un plan de emergencia para preservar los derechos de los ciudadanos de la UE ante un Brexit 'duro', tras una votación en el Parlamento británico.
  • Se trata de una medida impulsada por Alberto Costa, un diputado conservador que ha dimitido para poder proponerla ante la Cámara.
  • La enmienda obliga a May a negociar un acuerdo paralelo con la UE para garantizar los derechos de los ciudadanos de la UE incluso si no se alcanza un acuerdo sobre el Brexit.

El Parlamento británico ha aprobado este miércoles (sin necesidad de voto, ya que ha salido adelante con los síes gritados por los comunes) un plan de emergencia para preservar los derechos de los ciudadanos de la UE ante un Brexit duro, tras una serie de votaciones sobre el proceso de desconexión.

Para hacerlo, la Cámara de los Comunes ha vivido una situación sin precedentes: Alberto Costa, diputado conservador, ha dimitido como miembro del Gobierno para poder presentar esta votación ante el Parlamento, debido a la costumbre arraigada en Reino Unido según la cual un diputado que es miembro del Gobierno no puede presentar enmiendas a una ley propuesta por el propio Ejecutivo, independientemente de que éste se oponga a dichas enmiendas o no.

Normalmente, este mecanismo de dimisión se utiliza para aquellos casos en los que un miembro del Gobierno díscolo desea impulsar una enmienda a la que se opone su propio Ejecutivo. Para ello, renuncia a su cargo en el gabinete y pasa a formular la enmienda como diputado sin cargo en el Gobierno.

Sin embargo, esta es la primera vez en la historia del Parlamento británico en la que un diputado dimite de su cargo en el gabinete a pesar de tener el apoyo de su propio Gobierno, lo que ha añadido algo de caos a la ya de por sí débil posición del Gobierno de May en la Cámara.

La paradójica situación se ha producido a raíz de unas declaraciones de May este martes, en las que aseguraba que el Gobierno no apoyaría la enmienda. Pero este miércoles, uno de los ministros de May lo desmentía, asegurando que la enmienda sería apoyada por el Gobierno. Ello, sumado al apoyo del bloque laborista, prácticamente aseguraba que la enmienda sería aprobada (sin que fuese necesaria la dimisión de Costa).

Leer más: Reino Unido se arrepiente del Brexit: la salida de la UE perdería en un segundo referéndum por 9 puntos

La enmienda obliga a May a negociar un acuerdo paralelo con la UE para garantizar los derechos de los ciudadanos de la UE incluso si no se alcanza un acuerdo sobre el Brexit, algo que no se sabrá como pronto hasta el 12 de marzo.

Ese día, la Cámara de los Comunes deberá votar si apoya el acuerdo de salida firmado por Theresa May y la UE el pasado noviembre. Sin embargo, lo más probable es que tampoco salga adelante, tal y como sucedió en la última votación sobre el acuerdo.

Llegado a este punto, el Parlamento británico votará al día siguiente (13 de marzo) si salir unilateralmente —sin acuerdo— de la UE en la fecha prevista, es decir, el próximo 29 de marzo.

Tampoco parece probable que esta votación salga adelante, por lo que tanto May como la UE han abierto la puerta a extender el Artículo 50 y posponer la fecha efectiva de salida de Reino Unido en al menos 21 meses.

Por ello, lo que se votará el 14 de marzo en el Parlamento británico es, una vez rechazadas las opciones de salir con acuerdo y de salir sin acuerdo por parte de los comunes, si la Cámara desea extender el Artículo 50. En caso positivo, May tendrá que acordarlo a continuación con la UE.

Si se aprobase, la prórroga serviría tanto para acordar unos términos de salida con la UE que previamente hayan sido respaldados por el Parlamento británico, como para buscar otras soluciones, como la de un segundo referéndum que defiende el partido laborista que lidera Jeremy Corbyn.

Rechazado el acuerdo del Brexit de Corbyn

Precisamente Corbyn ha sido el que ha propuesto la primera enmienda de la tarde: incluir una serie de puntos para que el Partido Laborista acepte el acuerdo de May. Entre ellos, mantener la unión aduanera actual, un mayor alineamiento con el mercado único europeo y mayor protección para los derechos de los trabajadores.

Sin embargo, la propuesta ha sido rechazada por 323 votos a 240, lo que paradójicamente coloca a los laboristas en una posición de fuerza de cara a las próximas votaciones, en las que solicitará la extensión del Artículo 50 y, en consecuencia, el respaldo a un segundo referéndum.

Otra de las enmiendas que no han salido adelante, por 324 votos en contra a 288 a favor ha sido la del SNP escocés, que estipulaba que Reino Unido no debía abandonar la Unión Europea "sin un acuerdo", independientemente de que se extienda el Artículo 50.

Por su parte, la enmienda impulsada por la laborista Yvette Cooper y el conservador Oliver Letwin —que estipula que Theresa May se compromete a extender el Artículo 50 por mandato de la Cámara si no saca adelante un acuerdo el próximo 12 de marzo— ha salido adelante por 502 votos a 20.

De este modo, May evita que los ministros que habían amenazado con dimitir esta semana abandonen el Gobierno, al tiempo que el Parlamento británico llega a uno de los escasos acuerdos significativos: extender el Artículo 50 llegado el caso. Otra cosa es cómo negociarlo con la UE.

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