La mayor deducción en la declaración de renta que no te puedes perder

El año 2022 arranca con una subida de impuestosy pocas fórmulas nuevas para ahorrar en la declaración de la renta. Aprovechar las deducciones continúa siendo la principal arma de los contribuyentes para pagar menos a Hacienda junto con una buena planificación fiscal de tus inversiones. 

De entre todas las deducciones hay una que une ambos mundos y destaca por ser la mayor a la que puedes acceder en la renta sin condición alguna: la deducción por inversión en empresas de nueva creación.

Esta deducción se creó en 2012 pensando en los business ángely permite desgravar las inversiones en startups, siempre que se cumplan una serie de condiciones. 

Hoy en día gracias a las nuevas tecnologías y plataformas de inversión como Dozen Investments o Startup Xplore cualquier inversor particular puede beneficiarse de esta deducción en la declaración de la renta. 

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Esta deducción asciende a un 30% de las cantidades que inviertas sobre un máximo de 60.000 euros. Si alcanzas esa cifra, podrás desgravar hasta 18.000 euros en tu declaración de la renta. Esta cuantía puede ser mayor cuando entre en vigor la Ley de StartUps, que eleva hasta 100.000 euros la base imponible. En otras palabras, que se podrán desgravar hasta 30.000 euros. 

A día de hoy no existe ninguna deducción que alcance esas cantidades. De hecho, hay pocas exenciones y reducciones más beneficiosas. Entre ellas figuran la exención por reinvertir en vivienda habitual y la reducción del 40% por recuperar el plan de pensiones en forma de capital, siempre dependiendo de la cuantía del mismo. 

Condiciones que debe cumplir la inversión

¿Qué hay que hacer para aprovechar la mayor deducción en la renta? La primera está clara, invertir en startups. La clave es saber qué son para Hacienda y para esta deducción.

De manera muy resumida, una sociedad que no cotiza en bolsa, que no puede tener más de tres años de vida y que no puede contar con más de 400.000 euros en fondos propios el año en el que compres. Si cumple esos requisitos estaríamos hablando ya de una startup.

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Además de la empresa, tu propia inversión también tiene que cumplir unas condiciones. La primera es que tu participación y la de tus familiares hasta segundo grado no puede superar el 40%. Así es como se asegura la ley que no inviertes en empresas de familiares.

La segunda es que el dinero que inviertas no puede provenir de la venta de acciones de esa misma empresa el año anterior ni haber disfrutado de una deducción autonómica similar. Y es que a la deducción estatal se suman las que practican las comunidades autonómicas. 

Por último, tienes que mantener la participación en la empresa durante al menos 3 años, pero no más de 12 años. 

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¿Y si no quieres invertir en empresas?

La declaración de la renta cuenta con más deducciones, incluidas las deducciones autonómicas. Si no quieres invertir en empresas, pero sí quieres desgravar, puedes invertir en tu vivienda o, mejor dicho, en reformarla. 

A finales de 2021 se recuperaron las deducciones por obras y reformas en la vivienda con la condición de que mejoren la eficiencia energética de la vivienda. En el caso de las viviendas particulares hay dos deducciones diferentes.

La primera es de un 20% sobre un máximo de 5.000 euros al año para obras que reduzcan la demanda de calefacción y aire acondicionado por lo menos un 7%.

La segunda es de un 40% sobre 7.500 euros al año para las reformas que reduzcan el indicador de consumo de energía renovable un 30% o más o que mejores la calificación energética hasta una calificación de A o B.

Además, también existe una deducción por obras de eficiencia energética en edificios residenciales. 

Esta es otra forma de aligerar tu IRPF al tiempo que abaratas el coste de tu reforma.