Medicamentos que debes evitar en vuelos de larga distancia

Pasajeros atemorizados viajando en un avión
  • Muchas personas se automedican en los aviones, sobre todo para conseguir dormir durante los vuelos.
  • Sin embargo, algunos medicamentos tienen riesgos asociados que conviene conocer.
  • El espacio presurizado y repleto de gente de un avión, combinado con el consumo de medicamentos, puede aumentar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o un ataque al corazón.
  • Los medicamentos contra la ansiedad también pueden ser una mala idea a largo plazo.

Todos (esperemos) estamos familiarizados con las normas habituales para viajar en avión: llegar al aeropuerto con dos horas de antelación, no llevar líquidos en el equipaje de mano de más de 100 mililitros y dejar los cuchillos en casa.

Pero, ¿sabemos realmente qué medicamentos deberíamos y no deberíamos tomar a bordo?

Según el farmacéutico Nial Wheate en un artículo para The Conversation, tomar ciertos medicamentos durante un vuelo podría poner nuestra salud en peligro.

Medicamentos con hormonas

Viajar en avión puede ser bastante desagradable. Por lo general, se está apretado, hay menos oxígeno de lo normal y resulta fácil deshidratarse debido a la falta de humedad del aire.

Las condiciones del avión pueden aumentar el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda (TVP), un tipo de coágulo sanguíneo o trombo que se produce en las venas profundas, sobre todo en las que recorren las piernas. En los casos más graves, una afección de este tipo puede bloquear el flujo sanguíneo que llega al corazón, los pulmones y el cerebro provocando, entre otros, un ataque al corazón, una aneurisma y un accidente cerebrovascular como un derrame.

La probabilidad de desarrollar un coágulo durante un vuelo, no obstante, es de aproximadamente 1 de cada 5.944 vuelos; es un riesgo muy pequeño. Pese a ello, vale la pena tener en cuenta los medicamentos que pueden aumentar ese riesgo para evitarlos cuando sea posible.

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Algunas píldoras anticonceptivas para mujeres también aumentan ligeramente la posibilidad de sufrir un trombo, pero muy poco. Los estrógenos y otros tratamientos para la fertilidad basados en hormonas también pueden aumentar el riesgo.

Según Wheate, las personas que ya están identificadas como pacientes de riesgo podrían optar entonces por tomar medicamentos antiplaquetarios como warfarina y aspirina. Las plaquetas son los componentes de la sangre que crean coágulos sanguíneos a fin de detener el sangrado de las heridas.

Somníferos

Muchas personas tienen problemas para conciliar el sueño en los aviones. Los asientos, salvo en primera clase, son incómodos y estrechos. 

Esto significa que las pastillas para dormir son una de las opciones más populares para logra cerrar los ojos, sobre todo cuando son vuelos de larga distancia.

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Desafortunadamente, esto también podría aumentar los riesgos de sufrir un DVT. Noquearse a uno mismo con una pastilla para dormir significa también moverse menos o, directamente, nada. Este tipo de píldoras también reduce el nivel de oxígeno en sangre. Las dos consecuencias aumentan el riesgo de un TVP.

Los fumadores, las personas obesas, las mujeres embarazadas y las personas que hayan pasado recientemente por un quirófano tienen también más riesgo de sufrir un TVP.

Antihistamínicos

Wheate también explica que algunas personas optan por los antihistamínicos en lugar de los somníferos para conseguir dormir. De hecho, no son pocos los padres que dan antihistamínicos a sus hijos para calmarlos.

Sin embargo, una solución como esa no es nada recomendable ya que en ocasiones puede producir el efecto contrario y provocar hiperactividad en los más pequeños. También pueden causar depresión respiratoria, lo que tampoco resulta muy conveniente cuando ya se cuenta con poco oxígeno en la sangre debido al avión.

Ansiolíticos

Algunas personas odian viajar en avión. La idea de volar por el aire, a miles de metros de suelo les llena de ansiedad. A veces, el nerviosismo es tal que se les recetan medicamentos contra la ansiedad solo para superar el viaje.

Según el terapeuta y capitán de avión Tom Bunn, quien está especializado en el tratamiento del miedo a volar, tomar fármacos contra la ansiedad para volar no es nada recomendable y tiene un gan coste a largo plazo. 

Bunn escribió para el portal Psychology Today que los medicamentos contra la ansiedad evitan que las personas con miedo a volar se acostumbren a coger un avión, aumentan su sensibilidad a los sonidos y movimientos del avión, afectan a su memoria y provocan adicción. Mezclar este tipo de medicamentos con alcohol también puede ser peligroso.

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Un estudio publicado en la revista Behaviour Research and Therapy sostiene que las personas que toman medicamentos contra la ansiedad pueden sentirse más relajadas psicológicamente. Sin embargo, fisiológicamente, sus ritmos cardíaco y respiratorio fueron mucho más altos que los de las personas que tomaron un placebo.

Una semana después, los mismos sujetos de la investigación fueron analizados en otro vuelo sin haber tomado medicación. El 71% de los que habían tomado el medicamento contra la ansiedad en el vuelo anterior presentaron un nerviosismo notablemente mayor, querían salir del avión, tenían pánico. El grupo que había consumido el placebo, por el contrario, aseguró sufrir menos ansiedad en el segundo vuelo.

En su lugar, Bunn asegura que los ansiolíticos adormecen el pánico a volar, pero no ayudan mucho a largo plazo. En realidad, explica, tienes soportar algo de ansiedad para poder llegar a librarte de ella.

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