Por qué tu médico ya no te receta ibuprofeno de 600 mg: no es tan inofensivo como piensas

No falta en ningún botiquín de casa. El ibuprofeno, un medicamento antiinflamatorio no esteroideo, se usa habitualmente parabajar la fiebre y tratar dolores leves o moderados. Por eso, y junto con el paracetamol —otro de los fármacos más consumidos—, se suele recurrir a él para tratar malestares musculares, o dolores de cabeza, de espalda o menstruales, entre otros. 

Sin embargo, esta popularidad puede hacer que la mayoría pase por alto algo tan básico como leer el prospecto. O decida atajar dolores frecuentes automedicándose, sin saber que el uso continuado del ibuprofeno o superar las dosis recomendadas puede conllevar riesgos para su salud.

Se trata de una práctica más habitual de lo que cabría esperar. Cifras de 2013 reflejaron que 3 de cada 10 españoles recibía dosis diarias superiores a las recomendadas. El consumo de ibuprofeno 600 miligramos era entonces del 80% en España frente al 14,80% del resto de países europeos.

Para acabar con este abuso y sus consecuencias en la salud, las autoridades sanitarias llevan años dificultando el acceso a las dosis más elevadas.

Límites a las dosis de ibuprofeno más elevadas

El ibuprofeno puede adquirirse en España en dosis de 400 mg y 600 mg en forma de comprimidos y sobres. En 2015 el Real Decreto sobre el uso racional de medicamentos y productos sanitarios limitó la venta libre de antiinflamatorios y antibióticos, entre los que se incluyen el ibuprofeno de 600 mg y el paracetamol de 1g.

Ese mismo año la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) alertó del riesgo cardiovascular que conlleva la administración de dosis altas de ibuprofeno, iguales o mayores a 2.400 mg/día,que se relacionan con un mayor riesgo de trombosis arterial.

A pesar de la normativa, conseguir las dosis más potentes de este fármaco sin tener que pasar por el médico no fue realmente difícil hasta 2019. Desde entonces es más complicado para las farmacias hacer la vista gorda por la entrada en vigor del Sistema Español de Verificación del Medicamento (Sevem). 

El Sevem se creó precisamente para endurecer la vigilancia sobre la venta de medicamentos sin receta, imponiendo multas mayores para quienes infringieran las normas.

La medida tuvo efectos notorios. Ese año la venta de ibuprofeno de 600 mg redujo su dispensación un 15,9% respecto a 2018, mientras que las ventas del formato de 400 mg —que no necesita receta médica— se incrementaron en un 139%.

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Negativas a recetar ibuprofeno 600 mg

Pasar por el médico para conseguir una pastilla de ibuprofeno de 600 mg también va camino de desaparecer. Desde las consejerías de salud de las comunidades autónomas se está recomendando a los profesionales que se evite recetar ibuprofeno de 600 mg.

“No es una directriz general obligatoria, como las de 2015 y 2019, sino que es una decisión que pueden adoptar libremente las comunidades o, incluso, los propios centros”, confirman a El Confidencialfuentes de la AEMPS. “Son protocolos orientativos y, al final, es el médico el que tiene que analizar cada caso particular”.

“En Aragón se da ibuprofeno de 400 mg para dolor leve y moderado. Cuando el dolor es intenso, el médico tiene otras opciones; no debemos pasarnos con el ibuprofeno”, matiza al mismo medio Francisca González, miembro del grupo de fármacos de la Sociedad Española de Médicos de Familia (semFYC).

Por qué se limita la venta de ibuprofeno de 600 mg

"No existe ninguna razón científica para recomendar el uso de ibuprofeno de 600 miligramos", aseguró ya en 2013 el doctor Josep María Cost, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en el Centro de  Salud La Marina de Barcelona. "Se ha demostrado: dosis altas no aportan más eficacia en el tratamiento del dolor leve-moderado".

En opinión de los especialistas en general "se ha abusado mucho" del ibuprofeno como del paracetamol y su efecto no es inocuo, especialmente para pacientes de enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión, obesidad, donde una ingesta elevada puede tener consecuencias importantes.

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Por ejemplo, “tomar un ibuprofeno puede anular el efecto de los antihipertensivos”, lo que obliga a reajustar el tratamiento contra la hipertensión; en personas que toman anticoagulantes para evitar ictus, “existe un riesgo hemorrágico importante”, puntualiza González.

En personas con diabetes el uso a corto plazo se ha relacionado mayor riesgo de insuficiencia cardíaca. A largo plazo su consumo para aliviar el dolor puede aumentar las posibilidades de volverlo crónico.

Por todo ello los médicos y farmacéuticos subrayan la importancia de informar al paciente sobre los riesgos.