Llevas toda la vida haciéndolo mal: por qué es mejor dormir vestido que desnudo cuando hace calor

Dormir vestido

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La llegada del verano es una pesadilla para muchas personas a la hora de meterse en la cama, más si cabe estos días en plena ola de calor. Sudor, insomnio, una inasumible factura de aire acondicionado, irritabilidad o sed engordan la larga lista de efectos para quienes no pegan ojo y, ante las asfixiantes temperaturas, deciden dormir sin ropa.¿Es mejor dormir desnudo que vestido cuando hace calor? La verdad es que no. 

Dormir con ropa es más refrescante y tiene beneficios durante el verano, cuando las noches tropicales se multiplicancon nefastas consecuencias para la salud— y el termómetro no baja de los 20 grados, dificultando conciliar el sueño y obtener un descanso de calidad. 

El método egipcio, la curiosa técnica para dormir bien cuando hace mucho calor

Si te pones alguna prenda para dormir en verano, estarás más fresco y descansarás mejor, siempre y cuando se trate de ropa ligera y hecha de fibras naturales, como un camisón, pijama o camiseta de algodón fino. Este tipo de tejidos transpirables son idóneos para retirar el sudor de la piel y favorecer su evaporación.

Al absorber el calor, tu cuerpo se refresca, mientras que, si duermes totalmente desnudo, este permanecerá en tu piel, agravando la sensación de incomodidad y causando que te sientas más incómodo, pegajoso y acalorado en las noches estivales.

La temperatura de tu cuerpo desciende durante la noche: se trata de un mecanismo termorregulador de tu organismo. Lo habitual es que la temperatura interna del cuerpo descienda a su nivel mínimo aproximadamente unas 4 horas después de empezar a dormir. Sin embargo, dormir desnudo puede aumentar la temperatura corporal. 

Otros trucos para dormir bien en verano y sortear el calor

Recuerda: si puedes, opta por pijamas cortos de algodón y holgados. Además, para descansar mejor en verano, también resulta esencial mantenerte hidratado; cenar ligero; evitar el alcohol, la cafeína y otras sustancias estimulantes; adoptar una buena postura corporal para dormir; bajar las persianas durante el día y abrir las ventanas por la noche o utilizar sábanas transpirables. 

Recuerda que, si es posible, tu habitación debe estar fresca: la temperatura óptima de la estancia para descansar bien se sitúa entre los 19 °C y los 21 °C. Las habitaciones más frías facilitan el sueño. Ventila al amanecer y al anochecer, y prioriza la ventilación cruzada antes que el aire acondicionado.

Además, antes de dormir, puedes tomar una ducha fresca para reducir tu temperatura corporal. En las noches más tórridas, puedes aplicar compresas frías o bolsas de hielo envueltas en un trapo en los puntos de pulso en las muñecas, el cuello, los codos, la ingle, los tobillos y detrás de las rodillas para crear un efecto de enfriamiento rápido en todo el cuerpo.

Aunque adores a tu pareja, también debes saber que durmiendo acompañado pasas más calor. Quizá deberíais dejar un espacio en medio o no compartir cama en las noches más asfixiantes del verano. 

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