¿Y si la mejor estrategia de inversión fuese no hacer nada?

- A pesar de lo que pueda parecer, mantener las inversiones es la estrategia que más beneficios reporta a largo plazo para el inversor de a pie.
- Las grandes subidas normalmente se producen después de fuertes caídas, que son las que normalmente no se ven venir.
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Compra barato y vende caro y quédate fuera del mercado en momentos de caídas. Esa es la premisa básica de la inversión bursátil y la forma de maximizar las ganancias. Más fácil de decir que de ejecutar, sobre y quizás una estrategia errónea para el pequeño ahorrador.
¿Y si la mejor fórmula de inversión fuese invertir y no hacer nada? ¿Puede ser más rentable estar siempre invertido en el mercado?
Por muy contraintuitivo que parezca, mantener las inversiones es la estrategia que más beneficios reporta a largo plazo para el inversor de a pie. Hay dos razones principales:
- Perderse los mejores días de mercado tiene un impacto enorme en la rentabilidad final.
- Las grandes subidas normalmente se producen después de fuertes caídas, que son las que normalmente no se ven venir.
El coste de perderse los mejores días del mercado
Es por todos conocido que la bolsa sube y baja, pero es habitual pensar en ellos como algo más o menos estable. La realidad es diferente, los mayores beneficios se concentran en unos días concretos. Estar fuera del mercado esos días supone una gran diferencia en la rentabilidad que puedes obtener a largo plazo.
Según un análisis de J.P. Morgan, la rentabilidad media anual del S&P 500 entre 2002 y 2022 fue del 9,4%. Réstale los 10 mejores días de cada año y ese porcentaje se desploma hasta el 5,21%.

La tendencia del mercado es alcista, pero hay ciertas fechas que concentran buena parte de las subidas. En concreto, estos fueron los 10 mejores días del mercado en los últimos 20 años en el S&P 500 según un análisis de J.P. Morgan:
Fecha concreta | Rentabilidad | |
---|---|---|
1 | 13 de octubre de 2008 | 11,6% |
2 | 28 de octubre de 2008 | 10,8% |
3 | 24 de marzo de 2020 | 9,4% |
4 | 13 de marzo de 2020 | 9,3% |
5 | 23 de marzo de 2009 | 7,1% |
6 | 6 de abrul de 2020 | 7,0% |
7 | 13 de noviembre de 2008 | 6,9% |
8 | 24 de noviembre de 2008 | 6,5% |
9 | 10 de marzo de 2009 | 6,4% |
10 | 6,3% |
La mayoría tienen una cosa en común: se producen poco después de las grandes subidas. En concreto, siete de los mejores días bursátiles se dieron en un periodo de 15 días desde la mayor caída.
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¿Y si fueses capaz de predecir esos días de caídas? El resultado normalmente sería mejor que en el caso anterior, como resume la siguiente tabla elaborada por la CNBC con datos de Bank of America. Esto es lo que hubieses ganado o perdido en cada década:

El motivo de que librarte de los peores días sea la opción más rentable es sencillo: para recuperar de una caída del 50% necesitarás registrar un crecimiento del 100%. Por eso, evitar pérdidas es la mejor estrategia en teoría.
El problema es que pocos inversores son capaces de ejecutarla bien en la práctica. Avanzar los peores días del mercado es muy complicado. Lo más habitual es no verlos venir y salir del mercado justo después y ya conoces la consecuencia.
Al final, la rentabilidad que tiende a obtener un inversor medio es muy lejana a la del índice, que representaría estar todo el tiempo invertido:

Hay estudios que incluso han relacionado la frecuencia con la que invierte una persona con los resultados que obtiene. ¿La conclusión? A mayor frecuencia, peores resultados.
Además, esta estrategia de salir en plenas caídas tiene un componente psicológico adicional. Quienes salen en un mal momento de mercado tardarán en volver a invertir, si es que lo hacen.
El coste adicional del market timing
Además de obtener peores resultados, jugar a batir al mercado y encontrar el mejor momento para comprar o vender tiene otros dos hándicaps que merman la rentabilidad.
El primero son las comisiones que hay que pagar por esas operaciones. Da igual que se trate de fondos inversión, acciones, ETFs… La inmensa mayoría de productos financieros incluyen comisiones de compra o venta de algún tipo.
Cada vez que hagas o deshagas una posición tendrás que pagarlas, con el gasto que eso supone.
El segundo son los impuestos, que también afectan al rendimiento a largo plazo. ENLACE. Cada vez que vendes un activo tienes que pagar impuestos en la declaración de la renta y Hacienda reclamará entre un 19% y un 26% del beneficio, por lo que no podrás aprovechar al máximo el efecto del interés compuesto.
Entre comisiones e impuestos, tu beneficio será menor, reforzando la teoría de que no hacer nada puede ser la mejor estrategia, por lo menos para el pequeño inversor.
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