Los mejores momentos deportivos de los premios Laureus

Vicente Cano
Sergi Milà, entrenador del FC Barcelona infantil, recibió el Laureus 2017 por consolar a un niño del equipo rival
Sergi Milà, entrenador del FC Barcelona infantil, recibió el Laureus 2017 por consolar a un niño del equipo rival

Noche de gala y algunas de las mayores estrellas del deporte mundial, sobre la alfombra roja. Demasiado reclamo para reparar en los otros homenajeados por los premios Laureus. Entre ellos, los mejores momentos del deporte del año pasado. 

La organización selecciona los cinco momentos más inspiradores del deporte entre los cientos que les proponen y los usuarios de Facebook eligen el momento ganador. Este año, la fiesta se celebrará en Mónaco este 27 de febrero. 

Quizá estas cinco historias te parezcan demasiado emotivas, pero Laureus Sport for Good —ese es el lema de esta fundación— se creó para combatir la violencia, la discriminación y mejorar las vidas de los jóvenes del mundo a través de los valores del deporte

1. La Kinnick Wave al final de cada cuarto

El 2 de septiembre de 2017, sucedió algo insólito en el estadio de fútbol americano de Kinnick, en Iowa. Todo el público, jugadores, banquillos y árbitros se paró durante la disputa de un partido de fútbol americano. 

Junto al estadio, hay un hospital, y alguien había pedido que se saludara a la planta donde están los niños enfermos. Cuando el público se enteró por megafonía de cuál era el sentido de lo que les estaban pidiendo, se entusiasmaron. 

Tanto que, desde entonces, al final de cada cuarto, en ese estadio todo el mundo se gira ahora para saludar a los niños que están en ese hospital. Que te animen sienta bien siempre, pero que lo hagan 70.000 personas a la vez, tiene que ser emocionante. Ahora la conocen como Kinnick Wave

2. Los campeones eternos del Chapecoense

En noviembre de 2016, el avión que transportaba al equipo de fútbol Chapecoense hacia la final de la Copa Sudamericana se estrelló. Solo seis de los 71 pasajeros salvaron la vida, entre ellos Alan Luciano Rusel (lateral), Hélio Zampier (defensa) y Jakson Follman (portero). 

El Chapecoense ya era antes del siniestro un equipo muy querido por millones, pero a partir de ahí la sociedad se volcó. Y los futbolistas llegaron en manada a las instalaciones del club que, al poco tiempo, ya había rehecho al equipo al completo.

En mayo, consiguieron ganar el campeonato catarinense. El FC Barcelona tuvo el detalle de invitar al equipo al trofeo Joan Gamper, durante el que pudo reincorporarse uno de los heridos en la tragedia, Alan Ruschel. 
 

3. Billy Monger ha vuelto

En un tremendo accidente que tuvo lugar en Donington Park, el piloto británico de 18 años Billy Monger perdió las dos piernas. Fue el 16 de abril cuando en mitad de una maniobra, no pudo ver otro coche casi parado contra el que chocó. 

Mucha gente del mundo del automovilismo se volcó con él, pero especialmente Lewis Hamilton. Billy pasó un día con su ídolo en Silverstone. Los equipos de F1 han introducido cambios en los coches para evitar que algo así vuelva a suceder. 

Pero lo más importante para los premios Laureus es la actitud de Billy, siempre alegre y positivo que se ha convertido en inspiración para muchas otras personas. Y antes de acabar 2017, ya estaba pilotando de nuevo. 

4. El caso de Bradley Lowery

Bradley Lowery era un niño con cáncer terminal y fan del futbolista del Sunderland de la Premier League, Jermain Defoe. Ahora está en el Bourdermoth, pero la temporada pasada el delantero se volcó totalmente con este niño. 

Salió de su mano en un partido de la Selección de Fútbol de Inglaterra y Defoe siempre fue a visitarle al hospital. Bradley falleció el 7 de julio, pero gracias a la implicación del mundo del fútbol su historia será recordada. 

5. Las lágrimas de Thomas Daniel

El niño de seis años Thomas Daniel se hizo mundialmente famoso cuando las cámaras de la F1 captaron sus lágrimas tras el choque, en la primera vuelta, de su ídolo Kimi Raikkönen

La gente del equipo Ferrari de F1 estuvo fina —y tan rápida como sus pilotos— para contactar con su padre de inmediato. Al fin y al cabo, ese día, el trabajo de Kimi no había durado mucho, así que el niño pudo conocer a su piloto en el hospitality de Ferrari

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