Así es una visita a Chernobyl, donde tienes que tener cuidado con tocar árboles, perros y edificios abandonados

- El 26 de abril de 1986, el mundo fue testigo del peor accidente nuclear cuando una explosión en la planta de energía nuclear de Chernobyl, en lo que entonces era la Unión Soviética, resultó en una nube de partículasradiactivas que se extendió por distintas partes de Europe.
- Se evacuó a un número aproximado de 350.000 personas, y actualmente las zonas que rodean la planta de energía nuclear se consideran algunas de las partes más contaminadas del planeta.
- Desde el accidente, solo unos pocos vecinos y una abundante cantidad de vida silvestre han permanecido en la zona de Exclusión de Chernobyl, el área restringida dentro de un radio de 30 km de la central eléctrica.
- Pero el interés de los visitantes ha estimulado una industria turística alrededor de la Zona de Exclusión de Chernobyl en los últimos años. Algunos se han referido a él como "turismo oscuro" una tendencia en la que los turistas viajan a sitios marcados por la muerte y el sufrimiento.
- Las empresas de visitas guiadas han estado llevando turistas a la zona desde alrededor del año 2000, aunque el gobierno ucraniano advertía, hasta 2011, que era ilegal hacerlo.
- A día de hoy, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha designado la Zona de Exclusión de Chernobyl como una atracción turística oficial, afirmando que espera traer "nueva vida" al área con mejoras como un "corredor verde" para turistas.
- Se espera que alrededor de 150.000 turistas visiten Chernobyl en 2019, gracias, en parte, a la miniserie de HBO del mismo nombre lanzada este mismo año, que narra los eventos de la explosión en abril de 1986.
- Si bien un experto en desechos nucleares afirmó a Business Insider que los visitantes pueden esperar una exposición a la radiación "muy mínima", todavía se les aconseja no tocar ningún perro, artefacto, árbol o muro de construcción.
- Hablamos con tres personas que han realizado visitas guiadas a la zona de exclusión de Chernobyl.
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El 26 de abril de 1986, una explosión en la planta de energía nuclear de Chernobyl, en lo que entonces era la Unión Soviética, desembocó en una nube de partículas radiactivas que se extendió por distintas partes de Europa.

Fuente: Business Insider, Adventure, BBC
El desastre ha pasado a la historia como el peor accidente nuclear del mundo.

31 personas murieron en la explosión, y las zonas que rodean la planta se contaminaron de forma permanente. Ahora se consideran algunas de las áreas más contaminadas del planeta.

Fuente: Reuters
Como resultado del desastre de Chernobyl, se estableció una zona de exclusión en 1986 dentro de un radio de 30 km de la central eléctrica, y el acceso al área se mantuvo muy restringido durante casi 30 años.

Fuente: Business Insider
Solo quedan unos pocos vecinos viviendo en la zona...

...y hay una vegetación abundante, gracias a la ausencia de humanos.

Pero en los últimos años, el lugar se ha convertido también en un punto de acceso para turistas que buscan conocer de primera mano la zona de exclusión y lo que queda de las ciudades abandonadas allí.

La primera ola de turismo se inició sobre el 2011, que es cuando el área se abrió por primera vez a los turistas que realizan visitas con un guía autorizado. Sin embargo, el gobierno ucraniano advirtió en ese momento que la seguridad de los visitantes no estaba garantizada.

Fuente: CNN, The Guardian
Con todo, en julio de 2019, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, anunció que el sitio se convertiría en una atracción turística oficial. Dijo que el área sufriría algunos cambios que la harían más atractiva para los visitantes, como el llamado "corredor verde" que ofrecería una mayor seguridad a la entrada de la zona de exclusión.

Fuente: CNN
"Hasta ahora, Chernobyl era una parte negativa de la marca de Ucrania", dijo Zelensky al firmar el decreto en julio de 2019. "Es hora de cambiarlo".

Fuente: CNN
El interés de los visitantes es algo que varios empresas turísticas locales de Chernobyl están aprovechando.

La compañía de visitas guiadas SoloEast ha estado llevando gente a Chernobyl desde el año 2000, según la CNN. Por su parte, el portal web de Chernobyl Tour anuncia una "experiencia reveladora del mundo post-apocalíptico".

Fuente: Chernobyl Tour, Chernobyl Welcome y CNN
Cuando Taylor Zwick, un turista de Praga, reservó su visita guiada para mayo de 2019 a la zona de exclusión a través de Chernobyl Tour, contó a Business Insider que tuvo que facilitar su número de pasaporte.

Inés Aguilera, una estudiante española que vive en Copenhague, afirmó que los trabajadores de la guía turística de Chernobyl Tour fueron muy estrictos antes de ir a la zona de exclusión a lo largo de una visita diferente a mediados de mayo. "Tuvimos que enseñar nuestros pasaportes muchas veces", dijo a Business Insider.

Aguilera y un grupo de amigos estaban estudiando en el extranjero en Copenhague cuando decidieron ir. "Es como una de estas cosas raras que siempre has querido hacer de niño", apuntó Aguilera.

Zwick afirmó que un recorrido completo le costó alrededor de 72 euros, y Aguilera apuntó que pagó por su tour más o menos 80 euros. Cuando revisamos la página web de Chernobyl Tour en agosto, encontramos viajes de un día a un precio de 90 euros o más. Los tours de un día de SoloEast tienen un precio aproximado de 82 euros en su página web a partir de agosto.

Fuente: Chernobyl Tour y SoloEast
Zwick aseguró que pagó parte de su recorrido a través de PayPal cuando realizó la reserva, y que tuvo que abonar el resto en efectivo. Aguilera contó a Business Insider que tenía que hacer lo mismo cuando hizo la reserva. Pagó la segunda mitad en efectivo cuando entró en el autobús que hace de enlace.

Se les dieron instrucciones al hacer la reserva. Aguilera explicó que tenían que usar mangas y pantalones largos, y que no podían dejar espacio entre las piernas y los calcetines. Tampoco podrían tocar ningún metal o el suelo mientras recorrieran Chernobyl.

Julia Czub, una estudiante de Reino Unido que recorrió Chernobyl en mayo de 2019 con la compañía de turismo SoloEast, describió a Business Insider que no se les permitía tocar árboles dentro de la zona de exclusión y que no podían dejar una bolsa ni nada en el suelo.

Afirmó haber reservado el tour en diciembre de 2018, casi seis meses antes del lanzamiento de la serie de HBO, por lo que el interés en visitar Chernobyl es anterior a la exitosa miniserie.

Diferentes visitantes de países europeos de distintos países se encontraban entre los tres grupos de turistas. Zwick cuenta que se encontró con un grupo de Suecia que había ido a Kiev para una despedida de soltero y decidió hacer un recorrido privado por Chernobyl.

Después de reservar online, los visitantes reciben un código QR, a través del cual tienen acceso a Chernobyl, según Zwick. Éste es escaneado al subir al autobús en Kiev que te lleva a Chernobyl.

Zwick indicó que se encontró con el autobús en la estación de trenes de Kiev. Era un autocar que daba capacidad para entre 40 y 45 personas. El autobús salió de la estación de tren a las 8 de la mañana...

... y Zwick explicó que tardó aproximadamente dos horas en llegar al punto de control de Leliv a las afueras de la zona de exclusión más cercana a la planta (10 kilómetros).

Aguilera dijo que su viaje no fue muy agradable: "Fue muy incómodo porque las carreteras estaban llenas de baches".

Antes de entrar en la zona de exclusión, Zwick aseveró que se les facilitó lo que parecía algo similar a unas "unidades flash" interconectadas a los cordones verdes que debían ponerse alrededor del cuello.

Los dispositivos estaban hechos para medir los diferentes niveles de radiación a los que estuvieron expuestos durante el recorrido. Zwick expuso que los guías turísticos los recogían al final del recorrido y los llevaban con los trabajadores.

Después de detenerse en el punto de control de Leliv, Zwick nos contó que giraron en una carretera lateral hacia el Ojo de Moscú, o la estación de radar Duga-1, que los soviéticos tenían la intención de utilizar como sistema de advertencia contra misiles estadounidenses en los años de la Guerra Fría.

Alrededor de la 1 de la tarde, Zwick concretó que se desplazaron hacia la central nuclear de Chernobyl.

Czub afirmó que no se le permitía hacer fotos demasiado cerca del reactor, pero aún así pudo acercarse. "No tenía idea de que podríamos acercarnos tanto", dijo. "Estábamos literalmente justo al lado".

Zwick almorzó en la cafetería de Chernobyl donde comen los trabajadores, que está justo al lado de la planta. Hay un grupo de empleados que vive cerca y trabaja en la planta tres semanas seguidas antes de tomar un descanso para evitar la exposición extrema a la radiación.

Zwick aseguró que vio perros colgados frente a la cafetería. También, visualizó a muchos de los "perros de Chernobyl" durante el tour.

Zwick afirmó que la comida estaba incluida en el paquete turístico que compró. Le sirvieron puré de patatas, pollo y sopa, y señaló que era decente. Llevó su propia comida tras leer críticas negativas en TripAdvisor.

Zwick indicó que se quedaron en la cafetería entre 30 minutos y una hora antes de dirigirse a Pripyat, el pueblo fantasma abandonado que, en tiempos remotos, fue la estrella brillante de la Unión Soviética. La ciudad albergó a trabajadores de la planta en la década de los 80.

Había piscinas, supermercados y otros establecimientos atractivos que desde entonces han pasado a ser decadentes.

Czub indicó que Pripyat fue su ubicación favorita del tour: "No esperaba que la ciudad fuera tan interesante".

También reparó en que había un café justo al lado del río con hermosas vidrieras. Deambularon por Pripyat entre una hora u hora y media, según Zwick.

El guía turístico no llevó a Zwick a todos los lugares. Por ejemplo, no pudo ver la piscina que sí vio Aguilera.

"Ese fue nuestro punto culminante", analizó Aguilera sobre la piscina abandonada.

Zwick afirmó que el itinerario no es muy estricto, solo depende de lo que el grupo quiera hacer.

A lo largo del viaje, Zwick señaló que llevaba un contador Geiger, un dispositivo que puede medir los niveles de radiación, que alquiló a la compañía de viajes por 9 euros.

Aguilera y sus dos amigas también alquilaron uno para usarlo durante todo el trayecto.

Zwick dijo que sus lecturas fluctuaron durante su recorrido por la zona de exclusión contaminada. Frente al reactor de la central nuclear, su contador emitía lecturas normales.

Pero en un momento llegó a 200 mSv cerca de la rueda de la fortuna en el parque de atracciones de Pripyat. Unos niveles de radiación normal son de 3 mSv.

Zwick contó que un guía turístico les dijo que esos niveles altos de radiación en la rueda de la fortuna se debieron a una mota de polvo radiactivo que había viajado desde el reactor a uno de los coches de la atracción en el momento de la explosión. Todavía la radiación allí es elevada.

Muchos de los edificios en la zona están hechos de hormigón. Zwick señaló que los trabajadores le indicaron que la mayoría de los edificios de madera tuvieron que ser demolidos ya que dicho material absorbe la radiación.

Sin embargo, Aguilera puntualizó que incluso las estructuras de hormigón que quedaban en pie se están deteriorando.

"No sé cuánto tiempo durante cuánto tiempo será posible hacer estos recorridos porque los edificios están a punto de ceder", avisó Aguilera.

Muchos de los letreros en la parte superior de los edificios están en ucraniano, pero los carteles del interior de una tienda abandonada estaban en ruso, según Zwick. Comentó que en ese momento, los rusos intentaban excluir el ucraniano, por lo que intentaron incluir mucha información en su propio idioma cuando construyeron la ciudad de Pripyat.

Pripyat fue la última parada de la visita, contó Zwick. Después de eso, regresaron a Kiev. En el punto de control, tuvieron que salir y pasar por unos escáneres de radiación.

Zwick señaló que era similar a un detector de metales. Dijo que el objetivo era asegurarse de que cada turista no absorbía una cantidad anormal de radiación. "Fue como pasar por una puerta", según Aguilera.

También matizó que ni siquiera había un vigilante al lado del escáner. "Parece un lugar muy seguro".

Zwick reflexionó sobre por qué los escáneres de radiación eran una mera formalidad.

Zwick dijo que en los diversos puntos de control, había tiendas de recuerdos donde se podían comprar sudaderas, sombreros, bocadillos y medidores Geiger.

Czub también señaló que también vio el puesto de souvenirs, aunque dijo que le parecía raro hacer alguna adquisición. Aún así, "había mucha gente comprando cosas", afirmó.

Aguilera compró algunas postales y un parche para poner en su mochila.

Zwick dijo haber estado dentro de la zona de exclusión de Chernobyl durante un total de casi nueve horas. Aguilera indicó lo mismo.

Los tres visitantes coincidían en que les dijeron que la radiación a la que estaban expuestos era mínima.

"Recibimos más radiación yendo de Copenhague a Kiev que en la zona de exclusión", dijo Aguilera. "Al menos eso es lo que nos dijeron", añadió.

A Zwick también le dijeron que la radiación a la que estuvo expuesto por pasar todo el día era equivalente a un vuelo de 3 horas y que una radiografía de tórax le da 40 veces más radiación que la visita que realizó.

A medida que más y más turistas viajan a la Zona de Exclusión de Chernobyl, se ha abierto el debate de la insensibilidad hacia la gravedad de la tragedia que dejó a decenas de muertos y cientos de miles más sin hogar.

Fuente: CNN
Durante años, algunos se han referido al turismo de Chernobyl como "turismo oscuro", una tendencia turística que consiste en acudir a sitios marcados por la muerte y el sufrimiento.

Fuente: CNN
El fotógrafo David McMillan ha visitado y fotografiado la zona de exclusión de Chernobyl al menos 20 veces en el transcurso de 25 años. Le dijo a Business Insider que ha observado que el turismo se ha vuelto cada vez más común en el sitio.

"Están allí con sus smartphones, haciéndose selfies", dijo McMillan.

Czub afirmó que, aunque hizo fotos durante su gira, trató de ser consciente y respetuosa. Originaria de Polonia, dijo que las personas de su país están específicamente interesadas en Chernobyl porque están muy cerca del lugar del desastre.

Zwick puntualizó que su viaje a Chernobyl le ha ayudado a saber más sobre la historia del desastre y lo que sucedió después.

Y Aguilera, por su parte, intentó ser respetuosa durante todo el recorrido y afirmó haberse sentido siempre conmovida por la historia del accidente de Chernobyl.

Añadió que ha visto la miniserie de HBO desde su viaje por la Zona de Exclusión de Chernobyl y que la recreación de las escenas dentro de la zona es realista.

"Veo mis fotos y luego la serie, y se parecen bastante", dijo Aguilera.

Czub cree que la serie de HBO seguirá atrayendo multitudes, y también lo cree el propietario del grupo de gira SoloEast, quien le dijo a CNN que ha visto un aumento de interés de casi el 40% desde que se emitió la mini serie.

Fuente: CNN
"Supongo que habrá más y más por venir", dijo Czub.
