¿Merece la pena acogerte al Plan MOVES? Cómo tomar la decisión como un financiero

El sector de la automoción juega un papel importante dentro de la economía española, ya que representa hasta el 10% del PIB y emplea a 650.000 personas de manera directa y casi 2 millones de trabajadores indirectos. Sin embargo, la crisis de la COVID-19 ha tenido unos efectos adversos sobre su competitividad, ya que algunas plantas se han cerrado y la continuidad de otras ha estado en vilo hasta el último momento.

Por esta razón, el Gobierno ha puesto en marcha un ambicioso plan dotado con 3.750 millones de euros para renovar el parque de vehículos a otro más moderno y eficiente. Este programa, denominado Plan de impulso a la cadena de valor de la industria de la automoción y que incluye  el Plan MOVES, servirá para sustituir los vehículos más antiguos, de al menos 10 años de antigüedad, por otros más eficientes.

Pero, ¿merece la pena acogerte a este plan? Estos son los cálculos de un finaciero.

Requisitos para acogerte al Plan MOVES

Las ayudas del plan MOVES están condicionadas al tipo de vehículo elegido y si existe achatarramiento o no. En general, el límite de precio de venta del vehículo es de 45.000 euros, salvo en el caso de vehículos eléctricos de 8 plazas, donde el importe de venta sube hasta los 53.000 euros. 

Las ayudas dependen del tipo de vehículo. Así, para la compra de un turismo eléctrico puro o híbrido con una autonomía mayor o igual a 90 kilómetros, la ayuda será de 5.500 euros si se entrega un vehículo antiguo para achatarramiento, o de 4.000 euros si no hay achatarramiento, según datos de la IDAE. 

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¿Merece la pena acogerme al plan MOVES?

A continuación, vamos a ver si realmente merece la pena acogerse al Plan MOVES. Para ello, vamos a hacer un cálculo de ejemplo con datos orientativos entre un coche eléctrico y un coche diésel. Para ello, se compara por ejemplo, la compra de un Peugeot e-208, aplicando la ayuda después de entregar un coche para achatarramiento, y el equivalente 208 de gasolina de 130 CV.

Para ello, aquí se ven los costes asociados a cada uno de ellos:

En este supuesto, la diferencia es bastante significativa. El coche eléctrico supone un ahorro a los diez años de 7.395 euros con respecto a un modelo similar de diésel.

El plan MOVES garantiza un ahorro de 5.500 euros, que es significativo, pero el mayor ahorro se nota en el combustible por los kilómetros realizados, donde la diferencia es de más de 15.000 euros.

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¿A partir de qué momento compensa? El umbral de rentabilidad del Plan MOVES

Este ejemplo práctico que hemos realizado nos hace pensar que el Plan MOVES compensa, sobre todo si compramos un coche eléctrico. Sin embargo, no todos los conductores tienen las mismas necesidades ni todos realizan el mismo uso del vehículo. 

Por eso, en realidad, la pregunta debería ser, ¿a partir de qué momento compensa el Plan MOVES? Este cálculo, que haciendo una analogía con el mundo empresarial y financiero podríamos titular como el umbral de rentabilidad del plan MOVES, depende del número de kilómetros realizados al año, y viene a decirnos cuál es el punto en el que el coste del coche eléctrico es igual al del coche diésel.

Pues bien, teniendo en cuenta todos los costes anteriores, vamos a ver a partir de qué momento compensa utilizar un coche eléctrico a través del Plan MOVES.

Como se puede ver, a partir del sexto año de uso se empiezan a apreciar las diferencias entre la utilización de un vehículo eléctrico con el Plan MOVES y un turismo de combustión.

Estas cifras pueden variar en función del uso que se le dé a cada vehículo. Pero, en resumen, cuantos más kilómetros utilices el vehículo adquirido con el Plan MOVES, mayor será el ahorro.