DEP Metaverso: obituario de la última moda de la industria tecnológica que acaba en el cementerio

Ed Zitron,
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El metaverso va camino del cementerio de las modas fracasadas de la industria tecnológica.
El metaverso va camino del cementerio de las modas fracasadas de la industria tecnológica.

Robyn Phelps/Insider

  • Mark Zuckerberg pasó años intentando hacer realidad el metaverso, pero ahora ha sido sustituido por la IA y se dirige al cementerio de ideas de la industria tecnológica.
  • El hecho de que el propio Zuckerberg se haya alejado claramente del metaverso deja en mal lugar a todos los que le siguieron y debería ser motivo de seria reflexión para los fondos de capital riesgo que pusieron su dinero al servicio de la idea.

El metaverso, la que fuera una difusa tecnología que prometía permitir a los usuarios pasar el rato en un mundo incómodo y confuso parecido a un videojuego, ha muerto tras ser abandonado por el mundo empresarial. Tenía tres años de vida.

El metaverso con mayúsculas, derivado de la película de 1982 Tron y del videojuego de 2003 Second Life, nació en 2021 cuando el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, cambió el nombre de su empresa, valorada en un billón de dólares, por Meta. 

Tras su debut, el metaverso se convirtió en la obsesión del sector tecnológico y en la nueva herramienta para atraer a los inversores de Wall Street. Sin embargo, la falta de una visión coherente del producto acabó provocando su declive, algo que ni el bombo publicitario ha podido salvar. Ahora que la industria tecnológica se ha centrado en una nueva y más prometedora idea —la IA generativa— el metaverso ha pasado a mejor vida.

El metaverso se dirige ahora al cementerio de ideas fallidas de la industria tecnológica. Pero su corta vida y su ignominiosa muerte retratan a la industria tecnológica que lo vio nacer.

Una gran promesa

Desde el momento de su lanzamiento, Zuckerberg afirmó que el metaverso sería el futuro de Internet. El deslumbrante y espurio vídeo promocional que acompañó el anuncio del cambio de nombre de Zuckerberg describía un futuro en el que podríamos interactuar a la perfección en mundos virtuales: los usuarios "establecerían contacto visual" y "se sentirían como si estuvieran juntos en la misma habitación".

El metaverso ofrecía a la gente la oportunidad de participar en una experiencia "inmersiva", afirmaba.

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Estas promesas grandilocuentes generaron grandes expectativas en torno al metaverso. Los medios de comunicación no hablaban de otra cosa: The Verge publicó una entrevista de casi 5.000 palabras con Zuckerberg inmediatamente después del anuncio, en la que el autor lo definía como "una visión expansiva e inmersiva de internet". Los brillantes perfiles del Metaverso parecían marcar un camino prometedor, pero la tecnología real no ha cumplido esa promesa. En una extrañísima entrevista sobre realidad virtual con la presentadora de la CBS Gayle King, se mostraron unos avatares de baja calidad de King y Zuckerberg que hacían gestos torpes entre sí, lo que difería mucho de la visión futurista que se había pintado en ese vídeo introductorio de Meta.

El metaverso también sufrió una aguda crisis de identidad. Una propuesta de negocio funcional requiere ciertas cosas para prosperar: un caso de uso real claro, un público objetivo y la voluntad de los clientes de comprar el producto. Zuckerberg se explayó poéticamente sobre el metaverso como "una visión que abarca muchas empresas'' y "el sucesor de Internet móvil", pero no logró especificar qué problemas empresariales básicos abordaría el metaverso.

El concepto de mundos virtuales en los que los usuarios interactúan entre sí mediante avatares digitales es antiguo, remontándose a finales de los años 90 con juegos de rol multijugador online, como Meridian 59, Ultima Online y EverQuest

Y mientras que el metaverso era supuestamente la mejora de esta idea mediante nueva tecnología, el único producto real de Zuckerberg (la plataforma de realidad virtual Horizon Worlds, que requería el uso de unos auriculares Oculus muy poco prácticos) no conseguía sugerir nada parecido a una hoja de ruta o una visión genuina. 

A pesar de que el desarrollo conceptual del metaverso se detuvo, la prensa publicó declaraciones sobre el futuro de la tecnología que se situaban entre la irrealidad y la irresponsabilidad. El presentador de la CNBC Jim Cramer asintió con aprobación cuando Zuckerberg afirmó que 1.000 millones de personas utilizarían el metaverso y gastarían cientos de dólares en él. Todo esto, pese a la incapacidad del CEO de especificar cuál sería el servicio o por qué alguien querría ponerse unos aparatosos cascos de realidad virtual en la cara para asistir a un concierto de dibujos animados de baja calidad.

Una vida de altos vuelos

La indefinición del metaverso no impidió su ascenso a la cima del mundo empresarial. En los meses siguientes al anuncio de este proyecto de Meta, el resto de las empresas comenzaron a ofrecer un producto relacionado con el metaverso, a pesar de que no era obvio qué era o por qué debían hacerlo.

Satya Nadella, CEO de Microsoft, declaró en la conferencia Ignite de 2021 que no podía "exagerar el gran avance" que el metaverso suponía para su empresa, el sector y el mundo. Roblox, una plataforma de juegos online que existe desde 2004, se subió a la ola del metaverso con una salida a bolsa y una valoración de 41.000 millones de dólares. 

Por supuesto, el sector de las criptomonedas aprovechó la oportunidad: la gente detrás de la empresa Bored Ape Yacht Club NFT engañó a la prensa haciéndoles creer que subir las fotos digitales de los monos de alguien a la realidad virtual sería la clave para "dominar el metaverso". 

Otros creadores de criptomonedas incluso convencieron a la gente de que el terreno digital en el metaverso sería la próxima frontera de la inversión inmobiliaria. Algunas compañías que parecían tener poco que ver con la tecnología se subieron al carro. Walmart se unió al metaverso, y Disney también.

A pesar de la obsesión de Zuckerberg con el metaverso, la tecnología nunca estuvo a la altura de las expectativas.
A pesar de la obsesión de Zuckerberg con el metaverso, la tecnología nunca estuvo a la altura de las expectativas.

Facebook

Las prisas de las empresas por entrar en el juego llevaron a los inversores, consultores y analistas de Wall Street a intentar superarse mutuamente en sus previsiones de crecimiento del metaverso. La consultora Gartner afirmaba que el 25% de los usuarios pasaría al menos una hora al día en el metaverso en 2026. El Wall Street Journal afirmó que el metaverso cambiaría para siempre nuestra forma de trabajar.

La consultora McKinsey predijo que esta tecnología podría generar hasta "5 billones de dólares en valor", y añadió que alrededor del 95% de los líderes empresariales esperaban que el metaverso "impactara positivamente en su industria" en un plazo de 5 a 10 años. Para no quedarse atrás, Citi publicó un enorme informe que declaraba que el metaverso sería una oportunidad de 13 billones de dólares.

Las tecnológicas han perseguido modas pasajeras en un intento desesperado por ganarse el favor de los inversores de Wall Street

Una caída brutal

A pesar de todo este bombo y platillo, el proyecto no ha triunfado. Todas y cada una de las ideas de negocio o proyecciones de mercado se basaban en las vagas promesas de un único CEO. Y cuando se ofreció a la gente la oportunidad de probarlo, nadie lo utilizó realmente.

Decentraland, el producto más financiado, descentralizado y basado en criptomonedas del metaverso (un mundo online por el que se puede "pasear"), tenía unos 38 usuarios activos diarios en su "ecosistema de 1.300 millones de dólares". La plataforma, no obstante, rebatió esta cifra afirmando que tenía 8.000 usuarios activos diarios (lo que sigue siendo una fracción mínima del número de personas que juegan grandes juegos online como Fortnite). 

Meta también tuvo problemas con las cifras: en octubre de 2022, Mashable informó de que Horizon Worlds tenía menos de 200.000 usuarios activos mensuales, muy por debajo del objetivo de 500.000 que Meta se había fijado para finales de 2022. The Wall Street Journal publicó que solo el 9% de los mundos creados por los usuarios eran visitados por más de 50 jugadores, y The Verge aseguró que tenía tantos fallos que incluso los empleados de Meta lo rechazaban. A pesar del poderío de una empresa que entonces valía un billón de dólares, Meta no pudo convencer a la gente de que utilizara el producto por el que había apostado su futuro. 

El metaverso se vio gravemente afectado a medida que la economía se ralentizaba y crecía la expectación en torno a la IA generativa. Microsoft cerró su plataforma de trabajo virtual AltSpaceVR en enero de 2023, despidió a los 100 miembros de su "equipo de metaverso industrial" e hizo una serie de recortes en su equipo HoloLens

Disney cerró su división del metaverso en marzo, y Walmart hizo lo propio poniendo fin a sus proyectos basados en Roblox. Los miles de millones invertidos y la exagerada publicidad en torno a un concepto a medio hacer llevaron a miles (si no decenas de miles) de personas a perder su trabajo.

Sin embargo, la herida de muerte del metaverso llegó cuando se hizo evidente que Zuckerberg y su empresa habían cambiado sus objetivos. El CEO declaró en una actualización de marzo que "la mayor inversión de Meta es el avance de la IA y su incorporación a cada uno de nuestros productos". El director de tecnología de Meta, Andrew Bosworth, declaró a la CNBC en abril que él, junto con Mark Zuckerberg y el director de producto de la empresa, Chris Cox, dedicaban ahora la mayor parte de su tiempo a la IA. 

El avatar de Mark Zuckerberg, CEO de Meta, durante una presentación del metaverso.

La empresa incluso ha dejado de vender el metaverso a los anunciantes, a pesar de haber gastado más de 100.000 millones de dólares en investigación y desarrollo en su misión de ser los líderes de esta tecnología. Aunque Zuckerberg hable todavía del desarrollo de videojuegos para las  Quest, está claro que Meta ha pasado página con el Metaverso.

¿Alguien ha aprendido la lección?

Aunque la idea de mundos virtuales o experiencias colectivas online puede seguir viva de alguna forma, el metaverso está muerto. Se ha sumado a una larga serie de modas tecnológicas como la Web3 y o las Google Glass. Le sobreviven ideas como la ya mencionada IA generativa y el coche autónomo. Pero, a pesar de este largo linaje de decepciones, seamos claros: la muerte del metaverso debería recordarse como uno de los fracasos más históricos de la historia de la tecnología.

No creo que Mark Zuckerberg tuviera nunca un interés real en el "metaverso", porque nunca pareció definirlo más allá de un Facebook ligeramente retocado con avatares y hardware engorroso. Era el medio para aumentar el precio de las acciones, más que una visión real del futuro de la interacción humana. Y Zuckerberg utilizó su enorme riqueza y poder para conseguir que toda la industria tecnológica y buena parte del mundo empresarial apoyaran esta idea a medias. 

El hecho de que Zuckerberg se haya alejado claramente del metaverso deja en mal lugar a todos los que le siguieron, y a cualquiera que todavía le considere un líder tecnológico visionario. También debería ser motivo de una seria reflexión entre la comunidad de capital riesgo, que apoyó la idea de una forma muy imprudente. En un mundo justo, Zuckerberg debería ser despedido como CEO de Meta (en el mundo real, esto es imposible). 

Zuckerberg engañó a todo el mundo, malgastó decenas de miles de millones de dólares, convenció a la industria para que se sometiera a su quijotesca obsesión, y luego la mató en cuanto otra idea empezó a interesar a Wall Street. No hay ninguna razón para que un hombre que ha supervisado el despido de decenas de miles de personas dirija una gran empresa. 

No hay futuro para Meta con Mark Zuckerberg al timón: se estancará, y luego morirá y seguirá al metaverso hasta la proverbial tumba.

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