He asistido a la primera rueda de prensa en el metaverso y sólo ha faltado que el jamón fuera real

Siguiendo la rueda de prensa en el metaverso, desde el salón de mi casa.
Siguiendo la rueda de prensa en el metaverso, desde el salón de mi casa.

Elaboracion propia

Físicamente estoy en medio del salón de mi casa sentado en una silla. Llevo unas gafas enormes y unos mandos en las manos. En derredor siguen mis estanterías y mis libros (o eso creo). Continúan en el mundo real. Yo no. Ahora soy un avatar (el cual creo que he conseguido que se me dé un aire). Ando por los pasillos, me meto en despachos y hablo con desconocidos que, quizá, estén igual de alucinados que yo, aunque lo disimulan mejor. Estoy en el metaverso.

He saltado a otra dimensión. Una en la que caminas sin mover las piernas y coges cosas sin activar tus manos. Tan real que cuesta no creérsela. Interactúas con dibujos a los que la boca se les mueve y que aplauden con un emoji, con la naturalidad con la que charlarías en un bar alrededor de una cerveza. 

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Me aíslo por completo de la realidad, asumiendo que lo auténtico ahora está ahí, dentro de esas grandes lentes que he ajustado a mi cabeza. Estoy alucinado, expectante... flipando. Perdonen la emoción, pero, aunque no sea un extraño tecnológico, es la primera vez que estoy en el metaverso. Y eso impone. Bastante.

También marea: para los que somos legos en esto de los universos paralelos, es complicado acostumbrarse a no girar la cabeza y realizar todos los movimientos con los mandos.

Quizá en muy poco tiempo sea lo habitual. ¿Acaso en breve habrá unas gafas de realidad virtual para cada persona? Puede que haya que ponérselas a primera hora de la mañana y permanecer con ellas hasta que acabe la jornada laboral. O incluso después.

La rueda de prensa se realizó en el Aula Magna de MadWorld.
La rueda de prensa se realizó en el Aula Magna de MadWorld.

Qms Comunicación.

La primera rueda de prensa en el metaverso

De momento, parte de mi trabajo hoy se desarrolla sin una mesa y sin un ordenador delante. Soy uno de los privilegiados que asiste a la primera rueda de prensa en el metaverso. Servirá para presentar de manera oficial MadWorld: “El primer coworking creativo con formación en el universo del metaverso”

Los organizadores y culpables de mi embelese son Madrid Content School, “escuela líder especializada en Branded Content”, y La Agencia Encubierta

Podría decir que, tras picar en un icono, aparecí en las oficinas de MadWorld. Pero estaría mintiendo. 

La realidad es que antes di más vueltas que un ventilador en esa habitación que hacía de sala de espera y en la que todo estaba cuidado con mimo: revistas encima de una mesa, libros en las estanterías, alfombras, sillones... 

Amagué varias veces hasta que finalmente entré. Y me di cuenta de que lo anterior no era nada comparado con lo que me esperaba. 

En unas oficinas que replican (con todo lujo de detalles) las de la serie Mad Men, Javier Pizarro ‘Jurro’, cofundador de MadWorld; Diana Pérez y Claudia González (de QMS Comunicación, que compartían avatar) me dieron la bienvenida.

Tras indicarme cómo debía ‘desmutearme’, comencé una conversación breve con Jurro, en la que me señaló dónde estaba el Aula Magna en la que tendría lugar la rueda de prensa. 

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Al terminar la charla, descubrí que por primera vez me había trasladado por completo, desde el punto de vista mental, a ese metaverso. Si no supiera que hacerlo físicamente es imposible, diría que mi cuerpo también estaba allí. 

Sólo veía cabezas, troncos y manos pululando de aquí para allá. Investigando, mirando, cotilleando, tocando sin tocar. Aprovechando la desvergüenza que da el anonimato y la inexistencia carnal te atreves a ir de un lado a otro sin demasiado sentido, a quedarte mirando a otra apersona, o incluso a atravesarla si interrumpe tu camino. 

A colarte en una conversación (esto también se hace en el mundo real), a subirte a una mesa o a tirarte por la ventana mientras escuchas la intro de Mad Men. Siempre vuelves a aparecer. Ventajas del metaverso.

Allí estoy, compartiendo pasillo, debate o auditorio con personas que, seguramente, también están en sus casas, solas. Quietas en medio de una habitación. Pero imparables dentro del otro universo.Si se quitan las gafas volverán a la realidad, antagónica para cada uno. Yo no lo hice cuando fui al servicio (el de verdad) y ahora me preguntó que debieron pensar el resto de invitados. Desgraciadamente, el avatar no se corta justo en la cintura.

Las conversaciones, absolutamente reales, se suceden alrededor. Pero si yo estoy sólo en mi casa (mejor no pensarlo). “Te tienen explotado, tienes que exigir tus derechos hasta en el metaverso”, le dice uno a otro detrás de mí. 

Si hablo me escuchan, ¿no? Voy a probar. Uy, sí, una de las organizadoras me pregunta que qué he dicho. Es rubia y tiene el pelo corto (su avatar, ella no sé). Huyo.

Aprovecho para entrar en diversas habitaciones. En una de ellas, alguien trata de enseñarme a coger cosas, en este caso, un gato de mentira. No soy capaz. Spoiler: al final aprendí. Y tanto que aprendí. 

“Las marcas tienen que 'metaversizarse'”

Shhh, shhhh, por favor, venid todos ya al auditorio, que vamos a empezar”.

Allá vamos, voy a intentar sentarme. Me caigo. Dónde estoy. Buff, ya la he liado, he caído por detrás de la grada. A ver cómo salgo de aquí. 

“Óscar, que no hace falta que saltes de verdad”, me repito desesperado conmigo mismo. No sé muy bien de qué manera, pero vuelvo a aparecer en la puerta. Me dirijo de nuevo al auditorio. Es el metaverso, aun así, tengo un poquito de vergüenza por si me han visto caerme.

Los invitados, entrando al auditorio de MadWorld.
Los invitados, entrando al auditorio de MadWorld.

Qms Comunicación

Decido sentarme y escuchar. No puedo. Esto es demasiado alucinante. Subo y bajo. Miro alrededor, muevo las manos. Mi imagen para el resto debe ser la de un loco embaucado por el nuevo mundo.

Toma la palabra Jurro y destaca que “MadWorld es la oportunidad para aprender todo lo que necesitas saber sobre el metaverso: surge como una necesidad. Queríamos conocer desde dentro qué oportunidades ofrece esta nueva realidad para los creativos y creadores, qué deben conocer los profesionales que trabajan en el metaverso y cómo pueden atraer a las marcas comprendiendo sus necesidades”. 

En su opinión, “para que los metaversos funcionen y sean una apuesta a largo plazo deben dar contenidos de calidad, que aporten valor real y útil a los usuarios. Esto es lo que permite crear una comunidad”. Mira, en eso el metaverso se parece al mundo real. 

El siguiente en hablar es Jon Lavin, fundador y codirector de la escuela. Afirma que en la Madrid Content School acaban de cumplir un año y no se les ocurrió “mejor forma de celebrarlo que en el metaverso. Desde que nacimos en plena pandemia hemos sido una escuela diferente, y estar aquí encajaba a la perfección con nuestra filosofía”. 

Levin asevera que les gusta “hablar del lifelong learning, nunca dejar de aprender, por eso queremos estar donde hay una oportunidad para los profesionales del marketing y la comunicación, para ayudarles a formarse. También nos gusta la innovación, no parar de estar a la última y de sorprender. Y nos gusta seguir haciendo comunidad. En nuestro ADN está la colaboración, entre alumnos, entre profesores, entre alumnos y profesores, con otras compañías… por eso tiene todo el sentido que MadWorld sea un coworking, que nuestras oficinas estén ahí y que lancemos este curso junto con Inmersiva XR.”

Por añadidura, reconoce que “nadie sabe bien dónde acabara el metaverso, pero de momento es un mundo lleno de posibilidades que genera mucho interés entre la gente y las marcas. Si en los 2000 las marcas se dieron cuenta de la necesidad de digitalizarse, ahora hay que metaversizarse”. 

No obstante, hace hincapié en que “para que las marcas estén en el metaverso necesitan contenido para que la gente quiera pasar el rato con ellas. Para eso se necesitan especialistas que creen ese contenido. Y para hacer esos especialistas se necesita formación. Por eso, el Curso de Creación de Contenidos y Desarrollo de Negocio para el metaverso está 100% enfocado al negocio y a las demandas de las empresas, que se rifan a los pocos especialistas que existen. Y los mejores, son nuestros profesores.”

Uno de los puntos diferenciadores de MadWorld, subrayan desde la organización, es la posibilidad de reunir a un gran número de destacados colectivos y profesionales de un mismo sector, algo que sería imposible de otra forma. Asociaciones como APG Spain, BCMA (Branded Content Marketing Association), Inmersiva XR, Complot y Más Mujeres Creativas, entre otras, tienen sede en estas oficinas virtuales.

Fin de fiesta con Paco Pil

Tras finalizar la rueda de prensa comienza un tour virtual. Algunos cotillas como yo ya habían inspeccionado con anterioridad. Pero quedaban secretos por desvelar. El más impactante, esa habitación llena de canapés y con un jamón perfectamente reproducido. “Al metaverso aún le faltan cosas”, pienso. 

Entro entonces en una habitación donde esperan varios trajes de gala. Hay que ir elegantes al fin de fiesta. Todavía no he aprendido a coger cosas, así que soy de los pocos que continúa con su avatar sin refinar. Una pena. A estas alturas, creo que ya me conocen todos y todas. 

“Poneos encima de ese círculo verde y a ver qué pasa”. Y, de repente, mi salón se convierte en una enorme terraza. En la barra había bebidas y, en el centro, un escenario en el que el gran Paco Pil presenta su nuevo tema, basado en el metaverso

En su repertorio no falta el mítico Johnny techno ska, que los invitados celebran bailando y moviendo los brazos de la manera menos ridícula posible. No sé cómo se me vería desde fuera (en mi casa, quiero decir), pero dudo de que fuera agradable a la vista. 

Paco Pil en concierto en el metaverso.
Paco Pil en concierto en el metaverso.

Qms Comunicación

Junto al patio en el que se celebra el concierto existe otro anexo. Y allí hay una canasta con balones. Por fin, ayudado por Jon Levin, aprendo a coger cosas. Excepto un par de pelotas que se van al otro lado de la terraza, donde están casi todos los invitados (siento si le di a alguien, aunque al menos no le hice daño. Otra cosa buena del metaverso). Del resto muchos acaban dentro del aro. Aprendí a coger cosas y a tirarlas. Vaya si lo hice.

Antes de irme, una última conversación con Jurro y Diana en la que les doy mi sincera enhorabuena por la organización y delato mi entusiasmo... “Sí, ya te hemos visto por ahí saltando”, me comentan. Imagino que mi avatar se pone rojo de vergüenza. “Me han visto, y seguro que también cuando me he caído”, pienso yo. 

Así ha sido mi primera experiencia en el metaverso y me he quedado con ganas de mucho más. De probar y conocer. De experimentar. 

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Pero también me ha servido para ansiar que, por mucho que el mundo vaya hacia adelante (viendo algunos eventos recientes, más bien se diría que vamos para atrás), una parte de la realidad se mantenga al margen de la revolución tecnológica.

Y este deseo, creo, no empece para valuar cómo se merece el notable avance que, bien utilizado, puede suponer, desde muchos puntos de vista, la proliferación de estos metaversos.

Lo hago y lo valoro. Y también espero que los museos, los parques, las librerías, los bares... sigan existiendo. Los de verdad. Esos en los que el jamón se come.

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