La Surface Pro 8 de Microsoft sigue brillando como rey de los convertibles con deliciosa pantalla, peso pluma y enorme productividad, aunque tiene un par de detalles que no me encajan

Microsoft Surface Pro 8

En el terreno de los ordenadores convertibles —tablets al fin y al cabo, pero con unas tripas muy interesantes que lo pueden hacer competir contra portátiles ligeros— siempre ha habido un rey: las Surface de Microsoft

La compañía americana ya tiene mucha veteranía en el campo y cuentan con un bagaje de ya más de 12 años innovando y creando equipos a los que poco a poco van añadiendo novedades, características y, al fin y al cabo, mejoras clave para la experiencia de usuario. 

Durante unas 3 semanas he tenido el placer de disfrutar de la Microsoft Surface Pro 8, que ya lleva unos meses en el mercado y a la que han añadido un buen puñado de actualizaciones de peso que hacen de este convertible un auténtico caramelo para los que busquen la versatilidad que ofrece una tablet, pero no quiera dejar de lado la potencia de un portátil. 

¿Sus principales atractivos? Una pantalla fantástica, peso pluma imbatible y un rendimiento excelente. También tiene sus pequeños fallos, pero para saber qué me ha parecido la Surface Pro 8 te invito a que me acompañes a lo largo de este análisis.

Los ordenadores Surface de Microsoft se han convertido en una parte esencial de la estrategia de la empresa para mantener la relevancia de Windows

Diseño sobrio y cargado de conexiones que se siente genial en mano y que no pesa nada. 

Microsoft Surface Pro 8

Lo primero que llama la atención del Surface Pro 8 es lo bien que está construido y lo sobrio y elegante de su diseño: es un equipo compacto, sin grandes alardes —salvo el gran logo de Microsoft en la parte inferior— y que más que una tablet, parece un portátil, algo que ya deja claras sus intenciones. 

Lo mejor, eso sí, es su peso: tan solo 891 gramos —sin la funda con teclado, eso sí—. Esto, unido a unas dimensiones de 287×208×9,3mm lo hacen un dispositivo fácil de llevar a cualquier parte y que además se siente muy liviano. 

Entrando en materia, el Surface Pro 8 sí que cuenta con una botonera muy tablet con el botón de subir y bajar el volumen en la parte superior izquierda y conexión para auriculares, mientras que en la derecha alberga el botón de bloqueo, 2 puertos USB-C —compatibles con Thunderbolt 4 y la entrada para cargar el dispositivo. 

En la zona inferior aparecen 2 enganches para conectar el teclado, mientras que en la superior y en parte de los laterales se ve la salida del ventilador a modo de rejilla, algo que he considerado escaso, aunque entraré en este punto más adelante. 

Por lo demás, 2 apuntes que no me han terminado de convencer: la pestaña que actúa de soporte del equipo es algo difícil de abrir —a pesar de que luego es altamente regulable— y cuando lo cierras con la funda, sobresale algo esta última, pero nada grave o problemático que empañe la experiencia. 

Pantalla de nivel y sonido más que correcto que cumple a la perfección en lo que le pido a un producto de estas características. 

Microsoft Surface Pro 8

Sin duda alguna, la gran estrella de la función. 

La Surface Pro 8 cuenta con un enorme panel de 13 pulgadas de 2880x1920 píxeles con tecnología Dolby Vision que alcanza un brillo máximo de 450 nits. 

¿Esto qué significa? Cuenta con la cifra mágica de los portátiles ligeros de los últimos años y te va a dejar ver todo lo que hagas a un gran nivel. Además, cuenta con una más que correcta fidelidad de color, aunque no la mejor para profesionales de la imagen.

El único punto negativo es que en condiciones donde el sol impacte de manera directa en la pantalla sí que se genera algún que otro reflejo molesto que impide disfrutar al máximo del panel. 

Lo mejor, de todas formas, se encuentra en una tasa de refresco de 120hz que aportan a la experiencia de usuario una fluidez alucinante que además pone a Microsoft en cabeza en lo que se refiere a portátiles no gaming en este aspecto.

Como supondrás, es configurable y puedes poner una tasa de refresco de 60hz, pero si no te importa la batería, creo que el sacrificio merece mucho la pena. 

En cuanto al sonido, apuesta por 2 altavoces estéreo de 2W que además son compatibles con Dolby Atmos y pese al poco grosor del equipo están muy bien aprovechados. 

Donde realmente brilla es en la manera de recoger el audio, ya que es capaz de dejar fuera el ruido externo para centrarse solo en tu voz y que así puedas tener reuniones en cualquier parte. 

Un icono en productividad... si desembolsas un extra. 

Microsoft Surface Pro 8

Como es lógico, donde realmente tiene que brillar un dispositivo de estas características es en la productividad que ofrecen, gracias, sobre todo, a su enorme versatilidad: panel táctil, modo tablet, conectividad total y mucho más. 

Y en este sentido, tengo sentimientos encontrados

No por el equipo en sí mismo, sino porque tanto la funda-teclado como el Surface Slim Pen 2, el nuevo lápiz táctil de Microsoft, no vienen en la caja y hay que comprarlo aparte. 

En total son 200 euros por el primero y 250 euros por el pack completo y sinceramente podrían haber venido incluidos en la caja, ya que sin ellos, la experiencia se resiente mucho

Uno de los días que estuve probando el equipo, lo hice prescindiendo por completo de estos añadidos, como si únicamente me fuese a comprar la Surface 8 Pro y, aunque se defiende, notas que falta algo

Al final el soporte trasero es prácticamente abatible y el teclado emergente en pantalla rinde, pero se come mucho panel y al final da la sensación de estar más ante una tablet que ante un convertible, que es de lo que estamos hablando. 

Con ambos dispositivos incorporados, la experiencia es otro cantar. 

En cuanto al teclado, da el pego y parece mucho más profesional que una funda-teclado. Buen recorrido en las teclas, con retroiluminación y un tacto muy logrado. La única pega es que se queda un poco elevado frente a la mesa y se mueve constantemente mientras tecleas, pero no repercute en el flujo de trabajo. 

También incorpora un trackpad que, sin ser una maravilla, hace las funciones de ratón de forma notable, aunque siempre he optado por o bien tocar en pantalla o usar el lápiz táctil.

Microsoft Surface Pro 8

Y de este último hay mucho que decir: primero, ha sufrido un rediseño que sinceramente le ha sentado genial y se acopla mucho mejor a la mano y lo segundo es la gran versatilidad que ofrece

Lo más interesante, sin duda alguna, es el sistema de microvibraciones. Al poner el lápiz en la pantalla para escribir o dibujar, se siente cierta rugosidad en los dedos, como si estuvieses haciendo lo propio en el papel. Una pasada. 

Eso sí, de momento solo tiene compatibilidad con Whiteboard y aplicaciones básicas del sistema operativo, pero espero y deseo que añadan nuevas características en un futuro

Por último, destacar que en la funda hay un hueco específico para el dispositivo que puedes colocar de cualquier manera y que hace de estación de carga. Adiós a la posibilidad de perderlo. Fenomenal. 

Con estos 2 añadidos el equipo gana enteros y tiene un comportamiento endiviable en un dispositivo que da la talla en casi cualquier tarea. 

Potencia más que suficiente para un equipo de estas características, aunque es ruidoso y se calienta en tareas exigentes. 

Microsoft Surface Pro 8

En su interior guarda un procesador Intel Iris Xe con una memoria configurable LPDDR4x de 8/16/32GB, así como memoria interna de 512GB/1TB SSD en función de tus necesidades. 

¿Y qué te vas a encontrar? Pues con un comportamiento más que notable. No vas a tener problema alguno en cualquier tarea de trabajo todoterreno —olvídate de programas exigentes, evidentemente— e incluso disfrutar de algún que otro juego poco exigente. 

El único problema que le he visto en este periodo es que se calienta demasiado y hace ruido, aunque sin ser molesto. 

¿El motivo? Esa disipación de calor, como comentaba más arriba, no es demasiado grande y la ventilación no puede con todo, pero tengo claro que antes me quedo con su diseño liviano y manejable a algo más grande que frene la temperatura, así que poco más que añadir. 

Buen nivel de conectividad con muchos añadidos respecto a versiones anteriores, así que punto para Microsoft. 

Microsoft Surface Pro 8

Uno de los problemas de anteriores Surface es que estaban parcos en conexiones. Aquí tampoco es un añadido de escándalo, pero sí que añaden lo justo para salir del paso y se agradece. 

Como ya te he comentado cuenta con 2 puertos USB-C, por lo que ya da versatilidad para dispositivos externos que vayan con este puerto —lector de tarjetas, carga del móvil, conexión con disco duro...— al que suma 1 ranura nano SIM, wifi 6, bluetooth 5.1 y red móvil 4G con módem Snapdragon X20. 

También hay que destacar un sensor trasero de la cámara de 10 megapíxeles capaz de grabar en 4K que sinceramente no he utilizado para nada (no veo la utilidad en este tipo de dispositivos), así como cámara frontal de 5 megapíxeles que da el tipo en reuniones virtuales

Por último, destacar que prescinde de lector de huellas, lógicamente, pero sí que tiene reconocimiento facial con Windows Hello, que responde a las mil maravillas. 

Con Windows 11 y con pocos añadidos para que puedas moldear la experiencia a tu manera. 

Microsoft Surface Pro 8

Aquí poco hay que añadir. La Microsoft Surface se mueve con Windows 11 el cual va añadiendo nuevas opciones y refinando lo que ya era un software bastante solvente y añade muy pocas cosas a las que realmente le vas a sacar partido. 

Sí que incluye esa aplicación concreta para tomar notas con el lápiz táctil, pero por lo demás viene prácticamente de cero para que tú puedas ajustar tu experiencia como te apetezca. 

El único problema es que si no te convence Windows 11 no he encontrado el modo de volver atrás y como al final Microsoft quiera que se convierta en la norma no te va a quedar otra que pasar por el aro. 

Autonomía más que suficiente para un día de trabajo sin necesidad de que te lleves el cargador.

Microsoft Surface Pro 8

Si trabajas con el brillo a nivel medio y con los programas básicos no vas a tener ningún problema en alargar la autonomía hasta las 8-9 horas sin problema. Lo necesario para una jornada de trabajo. 

Eso sí, te estoy hablando sin tener la pantalla de 120hz activada, ya que si optas por esta tasa de refresco, la autonomía cae hasta las 6-7 horas más o menos

En mi caso siempre he ido al máximo y como ya voy con mochila a todas partes, no me ha importado llevar conmigo el cargador, que es bastante reducido. Además, es capaz de cargar el 50% de la autonomía en una media hora, así que no hace falta que vivas anclado al enchufe. 

La Microsoft Surface Pro 8 es un convertible excepcional al que solo le puedo poner una pega: la ausencia del teclado y el lápiz táctil en el pack, ya que sin ellos la experiencia se resiente mucho. 

Microsoft Surface Pro 8

No solo ha mejorado a la edición anterior, sino que creo que en el terreno de convertibles pocos pueden hacerle sombra

Tiene un peso ideal que lo convierten en un producto todoterreno para llevar a cualquier parte, un rendimiento excelente para las tareas del día a día y te va a permitir elevar tu productividad al máximo, eso sí, si compras por separado el teclado-funda y el lápiz táctil

Creo que cualquier persona que vaya a comprar el equipo, al final va a tener que desembolsar ese extra, así que, ¿por qué no incluirlo en el pack aunque tenga un impacto en el precio?

Por lo demás, vas a tener una pantalla sensacional que brilla gracias a esa extrema fuidez que consigue con los 120hz, una autonomía solvente y un rendimiento que no parece propio de este segmento. 

Actualmente lo puedes comprar por 976 euros en la tienda oficial de Microsoft y si buscas convertible potente que no deje nada de lado, no te vas a equivocar. 

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