Microsoft se aprovecha de una polémica entre Google, IBM y la comunidad 'open source' y lanza un servicio para intentar destronar las herramientas cloud de Istio

Una mujer ante un logo de Google en un evento en Delhi en 2018.
Una mujer ante un logo de Google en un evento en Delhi en 2018.
  • Microsoft se aprovecha de una polémica que arrancó Google el mes pasado y lanza su propia tecnología cloud open source.
  • El mes pasado, Google enfadó a IBM y a varios agentes de la comunidad open source por su gestión de un proyecto conocido como Istio.
  • Los desarrolladores esperaban que el proyecto se cediese a una organización independiente de la Linux Foundation.
  • En lugar de ello, Google creó una nueva entidad a la que entregó este proyecto.
  • Este miércoles, Microsoft ha anunciado que lanzará su competencia para Istio y que ya ha ofrecido a la organización de Linux que tome el control.
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La polémica que le estalló a Google el mes pasado —cuando enfadó a IBM y a varios integrantes de la comunidad open source por su gestión de un popular servicio cloud llamado Istio— era tan jugosa que Microsoft no se ha podido resistir.

Por recapitular rápidamente: en 2017 Istio era un proyecto joven y Google prometía transferir su gestión a la Cloud Native Computing Foundation (CNFC), una organización independiente de la Linux Foundation. Pero en junio, la compañía tecnológica creó una nueva organización y le transferió este proyecto, enfadando a muchos en la comunidad open source.

El miércoles, Microsoft anunció su propio competidor para Istio: Open Service Mesh. También prometió lo que Google no cumplió: entregar el proyecto a la CNCF.

"Creemos que un open source abierto que cumpla con los estándares es importante para la comunidad", defendió Microsoft en un comunicado a Business Insider.

El software libre, un lucrativo negocio para los proveedores cloud

Los proyectos open source son como la propiedad comunal del mundo tecnológico: programas que cualquiera puede usar o modificar. A medida que su popularidad crece, docenas de grandes compañías y miles de programadores se animan a contribuir en ellos. Necesitan, eso sí, líderes: alguien tiene que decidir quién puede contribuir y quién no en un proyecto. Y, aunque los programas son gratis, a medida que se vuelven más populares adquieren un tremendo valor comercial. En el mundo del cloud, los proveedores ofrecerán proyectos con programas open source como servicio por los que sus clientes pagan suscripciones.

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Organizaciones como la CNCF existen para asegurarse que ninguna gran compañía controla importantes proyectos open source, para que así no puedan manipularlos para su beneficio o sus intereses comerciales a expensas de los demás. La propia Google ayudó a consolidar la CNFC hace unos años con otra tecnología cloud open source muy popular que llamaron Kubernetes.

Pero el open source pone a Google entre la espada y la pared. La firma espera alcanzar la cima de las guerras cloud creando nuevas herramientas. Sin embargo, también observa como dos de sus proyectos más populares —Kubernetes y Tensorflow— se han vuelto populares y piezas claves en las ofertas cloud de sus competidores, como Amazon Web Services.

Así, el mes pasado, después de que Istio haya alcanzado gran popularidad después de que grandes nombres de la industria contribuyeran en el proyecto, como IBM/Red Hat, Cisco y otros, Google hizo algo inesperado.

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Creó una nueva organización dedicada a gestionar las marcas comerciales de los proyectos open source para controlar el uso de la marca o de los logos, no la totalidad de los proyectos. Después, transfirió Istio (y un par de otros de sus proyectos) a esta nueva entidad.

Algunas personas dieron la bienvenida a la nueva organización. Otras aseguraron que el movimiento de Google reflejaba la parte mala de la Linux Foundation, a la que acusan de haberse convertido en un campo de minas político en el que los proveedores con los bolsillos más grandes pueden comprar influencia.

"El nuevo liderazgo de Google y Google Cloud está teniendo dudas sobre entregar los frutos de su trabajo a fundaciones sobre las que eventualmente pierden el control", escribía el desarrollador Alan Shimel en DevOps.com.

Pero, como ya se había informado, muchos otros se enfurecieron con Google, recordando que la Linux Foundation —así como otras fundaciones open source— ya gestionan marcas comerciales y logos.

Una de las compañías que más contribuyó en el proyecto Istio, IBM, publicó un comunicado en su blog corporativo condenando este movimiento de Google, como ya hizo un famoso programador que ahora trabaja para el cloud de Oracle.

Qué es Istio y por qué el movimiento de Microsoft importa

Istio es un "servicio de malla", una herramienta que ayuda a los desarrolladores a ejecutar "microservicios". Los microservicios permiten a los desarrolladores crear apps cloud mediante pequeñas piezas modulares, en lugar de con un gran bloque de código. Un "servicio de malla" conecta estos microservicios para que se puedan ejecutar como una sola aplicación.

Antes de que se adentrase Microsoft, Istio ya tenía otros competidores. Pero la plataforma contaba con una gran ventaja gracias a los grandes nombres que estaban usando y trabajando en el servicio —lo que hacían asumiendo, en parte, que algún día recalaría en la CNCF—. Gracias a la decisión de Google, muchos de estos grandes nombres están saltando del barco.

Cuando un alto miembro de la CNCF habló contra la decisión de Google, adelantó que la Linux Foundation apostaría de forma considerable por un proyecto de la competencia. Aquí entra Microsoft y su Open Mesh Service.

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Gabe Monroy, manager de los programas con los asociados de Microsoft —y parte de la directiva de la CNCF— ha explicado a TechCrunch que Open Mesh Service va a destronar Istio por ser más fácil de usar, y que Microsoft "no está interesada" en contribuir en Istio, lo que desinfla todavía más el proyecto de Google. Microsoft no contribuye ni nunca ha contribuido oficialmente al proyecto Istio.

"Lo cierto es que los clientes no están teniendo un gran momento con Istio", defendió Monroy a TechCrunch. "Creo que incluso la gente que está más cerca de su comunidad se darán cuenta de que esta es la verdadera razón por la que no estamos interesados en contribuir en este momento en ese ecosistema".

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