Millones de dosis de vacunas del COVID-19 están a punto de caducar en todo el mundo: España se había comprometido a donar 7,5 millones de vacunas a Latinoamérica antes de que acabe el año

Dosis de las vacunas contra el coronavirus.

Win McNamee/Getty Images

  • Millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 en todo el mundo están a punto de caducar en medio de la pandemia.
  • Los esfuerzos de vacunación generan algunos desperdicios, pero el despliegue masivo de la vacuna del COVID-19 podría significar un desastre.
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Millones de dosis de las vacunas desarrolladas contra el COVID-19 en todo el mundo caducarán en las próximas semanas mientras la pandemia de coronavirus hace estragos.

Aunque las vacunas se desarrollaron, produjeron y distribuyeron a una velocidad sin precedentes, una serie de factores —entre ellos las dudas sobre las vacunas y la desinformación— han contribuido a que muchas dosis se queden inservibles.

Los programas de distribución de vacunas suelen producir desperdicios, pero Prashant Yadav, experto en la cadena de suministro de productos sanitarios del Centro para el Desarrollo Global, ha revelado a The Washington Post que "no hay nadie que haga un seguimiento sistemático de las dosis caducadas", lo que dificulta saber cuántas dosis se desperdician.

Aunque no existe un contador oficial a nivel mundial sobre el número de dosis que caducan en las estanterías, los informativos locales han pintado un panorama de despilfarro de vacunas en todo el mundo.

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En Israel, 80.000 dosis de la vacuna del COVID-19 iban a caducar a finales de julio, según los medios de comunicación locales. En esta misma línea, el gobierno búlgaro anunció el mes pasado que quería donar las vacunas que iban a caducar, ya que había recibido casi 5 millones de dosis pero sólo había utilizado 1,8 millones. 

Cientos de miles de vacunas expirarán también en Países Bajos, aunque más de la mitad de la población ya ha sido inoculada. Pero el gobierno neerlandés ha estado desechando dosis, alegando razones legales y logísticas por las que no pueden ser donadas y exportadas, según el informe de The Washington Post.

"Es una actitud elitista y decadente", ha lamentado Dennis Mook-Kanamori, médico del Centro Médico de la Universidad de Leiden, Países Bajos.

Pero otros países, como España, han intentado poner solución

España se había comprometido a donar 7,5 millones de dosis a Latinoamérica antes de que finalizase el año, según informa El País. En consonancia, a finales de julio, Vozpópuli informó que más de 750.000 inyecciones de AstraZeneca ya tenían destino Iberoamérica —principalmente a Perú, Ecuador, Nicaragua, Guatemala y Paraguay—. 

Asimismo, Francia donó 100.000 dosis a Mauritania a finales de abril, y Austria canalizó la donación de otras 650.000 a varios países de los Balcanes, según los informes de El País.

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En África, donde algo más del 2% de la población ha recibido sólo una dosis, más de 450.000 dosis habían caducado a principios de agosto, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

"La mayoría de las vacunas que llegan tienen una fecha de caducidad demasiado temprana", explica al medio Richard Mihigo, coordinador de inmunización y desarrollo de vacunas de la oficina regional de la OMS en África.

En EEUU, se han desechado millones de vacunas en medio de la división entre los estadounidenses respecto a las directrices de seguridad sanitaria, como a la obligación de las mascarillas y los requisitos de vacunación. El estado de Alabama se deshizo de 65.000 dosis de vacunas, Iowa desechó más de 81.000 y algo más de 110.000 vacunas se tiraron en Georgia, según informes locales.

"Las dosis que tenemos no son suficientes", dice a The Post Lawrence Gostin, profesor de derecho sanitario global en la Universidad de Georgetown, Washington, EEUU. 

"Están caducando, se están estropeando con la escasez de electricidad, no se están entregando a la población. Es toda una catástrofe".

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