La última tecnología declara la guerra al terrorismo en España: Interior usará 'big data' e inteligencia artificial en un sistema que tratará de anticipar amenazas

Policía e Inteligencia Artificial

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  • El Ministerio del Interior, a través de la Subdirección General de Gestión Económica y Patrimonial, licita un contrato para mejorar el sistema de análisis de datos de la Policía Nacional.
  • La empresa adjudicataria del servicio, cuya identidad quedará en secreto por motivos de seguridad, recibirá más de 1,8 millones de euros.
  • Entre otras muchas características, el modelo, tal y como recoge Interior en sus pliegos, tendrá que ser capaz de establecer distintos niveles de amenaza a través de tecnología big data y algoritmos.
  • Está previsto que pueda ponerse en marcha dentro de 2 años.
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La tecnología avanza. Lo hace en las empresas, en las instituciones y en la sociedad. También, conviene recordarlo, lo hace entre grupos terroristas a los que no les importa matar para lograr sus objetivos. Estos sofistican cada vez más sus métodos para prepararse sin ser detectados y actuar sin ser detenidos. En las películas, los villanos van casi siempre varios pasos por delante de la policía en cuanto a tecnología. Pero la realidad no es tan sencilla.

No lo es porque en el mundo real los Gobiernos se apoyan en proyectos de todo tipo para contar en el menor tiempo posible con la ayuda de los últimos avances. El último ejemplo de ello lo ha dado el Ministerio del Interior español licitando hace apenas una semana un contrato cuyo objetivo es claro: mejorar los sistemas de análisis de datos de la Policía Nacional.

Sí, mejorar, porque estos sistemas ya existen, aunque desde Interior, sin embargo, entienden que estos por ahora no cuentan con todas las posibilidades tecnológicas que ofrecen hoy en día tecnologías como el big data o los modelos predictivos propios de la inteligencia artificial y sus algoritmos. La consecuencia es que han decidido ponerse manos a la obra.

Así, el contrato de licitación, adelantado este miércoles por El Confidencial y anunciado por primera vez por la Administración a principios del mes de julio, cerró plazo de presentación de proyectos el pasado 27 de julio. Este contempla un tiempo de ejecución de unos 22 meses tras los que el nuevo sistema debería funcionar y el pago de 1,8 millones de euros a una empresa adjudicataria cuya identidad permanecerá en el anonimato.

El motivo de esta discreción, explica Interior, es que una filtración de la misma podría desencadenar, por ejemplo, que esta se viera presionada a revelar sus secretos precisamente a las organizaciones criminales que se intenta detener. 

Esto explica también la modalidad del contrato, negociado y sin publicidad, una fórmula de contratación pública especialmente opaca que, en la práctica, supone la contratación a dedo de una empresa. Se trata de un proceder que en las últimas décadas ha sido el vehículo perfecto para la corrupción política en España.

El uso de esta modalidad para este caso, sin embargo, está plenamente justificado, tal y como recoge el artículo 168 de la Ley de Contratos del Sector Público, que prevé el procedimiento en el supuesto de que los detalles de un contrato deban permanecer en secreto.

El nuevo sistema deberá distinguir distintos niveles de amenaza

"La gestión de los servicios y la evolución de las aplicaciones vinculadas al sistema de inteligencia de la Comisaría General de Información es un proyecto de alto nivel estratégico para la Policía Nacional y la propia especialidad de Información, en aras de la consecución de una respuesta policial más eficaz frente a la realidad delincuencial altamente tecnificada del siglo XXI", explica Interior en las especificaciones técnicas del pliego.

Este recoge a través de distintos módulos las características que debe tener el nuevo sistema, que debe ser capaz, entre otras muchas cosas, de valerse de los datos que ya maneja la propia Comisaría General de Información para establecer distintos niveles de amenaza terrorista basándose en anomalías detectadas.

"Utilizando datos provenientes de distintos flujos de datos que ya existen en el sistema de inteligencia de la CGI, se pretende disponer de un sistema que alerte en caso de que un grado de amenaza supere cierto umbral", detalla Interior. 

El organismo además subraya que el sistema debe ser capaz de trabajar con algoritmos que calculen posibles situaciones de riesgo, almacenar eventos (con especial atención a los que superen ciertos umbrales de amenaza) y, finalmente, lanzar alertas a los agentes. Pura IA al servicio de la Policía Nacional. 

Esta ha pedido en los pliegos otras especificaciones como un log-in centralizado, interfaz gráfica y capacidad de manejar una ingente cantidad de estadísticas.

'Big data' e IA, unas herramientas valiosas contra el crimen

No es, ni mucho menos, la primera vez que se plantea la posibilidad de que las últimas herramientas en análisis de datos, que ya sirven a infinidad de empresas tecnológicas para saber lo que pueden querer sus clientes antes incluso de que lo quieran, hagan también lo propio para tratar de adivinar lo que están planeando los grupos terroristas antes de que lo hagan o, mejor aún, antes incluso de que lo piensen.

La relación entre IA, big data y seguridad ha sido prolífica desde hace años en multitud de ámbitos, empresas e instituciones. En 2019, por ejemplo, la consultora Oliver Wyman reveló en un informe que, gracias a la IA, las actividades sospechosas detectadas en los bancos eran ya 20 veces mayor que en 2012. 

La mismísima ONU ha estado bien pendiente del desarrollo de estas soluciones para poner la tecnología a trabajar a su favor. Así lo confesó en una entrevista para El País Irakli Beridze, director del Instituto Interregional de la ONU para la Investigación del Crimen y la Justicia, que subrayó ante todo la importancia de que estas tecnologías se empleen de un modo lícito.

"La regulación nacional e internacional necesitará asegurar que estas tecnologías se usan para el bien y que los riesgos se mitigan. [...] Creo que las cosas están ocurriendo al ritmo normal. Por ejemplo, hay debates sobre aplicaciones militares, como las armas autónomas", explicó Beridze.

Contrariamente a esta opinión, últimamente han surgido voces como la de Andrew McAfee, un experto del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) que, tal y como ha recordado Business Insider, se ha opuesto a la regulación que prepara Bruselas en materia de Inteligencia Artificial aduciendo que esta limitará las posibilidades de una tecnología aún joven.

A este respecto, si ha habido una empresa que ha estado en los últimos años en el ojo del huracán esa ha sido la misteriosa Palantir, una empresa especializada en el desarrollo de software de análisis de datos cuyo consejero delegado ha presumido en alguna ocasión de que su tecnología ha servido para matar terroristas.

"Me entero de que se ha detenido un ataque terrorista en Europa aproximadamente una vez a la semana, y no solo hablo de lo que todos vemos en los medios de comunicación sobre ataques de musulmanes radicales, sino también de personas de extrema derecha que quieren atacar a musulmanes", explicó a principios de 2019 Alex Karp, consejero delegado de la compañía, en una entrevista en inside.pod, podcast de la empresa matriz de Business Insider, Axel Springer. "Creo que si esos ataques terroristas hubieran ocurrido, habría una realidad política muy diferente, y eso es muy estimulante".

Con todo, Palantir, que ha llegado a cotizar en bolsa en el último año en cerca de 40 dólares (ahora se mantiene en algo más de 20), ha sido, como buena parte de las empresas dedicadas a algo tan delicado como la gestión de datos, objeto de debate y de polémicas.

En su caso, las protestas se han concentrado en grupos de activistas en favor del derecho a la privacidad que no ven con buenos ojos que una empresa privada tenga acceso, a través de sus colaboraciones con el Gobierno de EEUU, a información delicada de los ciudadanos. 

Los críticos de Palantir se han extendido por Alemania, un país en el que la empresa, por ejemplo, ayudó a identificar al terrorista que atacó el mercado de Berlín en 2016. De nuevo, que una empresa estadounidense tuviera acceso a una importante cantidad de información de una persona radicada en Europa despertó algo más que recelos.

Por ahora, el debate se recrudece mientras los Gobiernos se afanan por estar, al menos, un paso por delante del terrorismo. El español, entre ellos.

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