El misterioso Satoshi Nakamoto era raro, paranoico y autoritario, según uno de los pioneros del Bitcoin

Un hombre del que se sospechó que era Satoshi Nakamoto, el fundador del bitcoin, saliendo de su casa en Temple City, California, en marzo de 2014.
Un hombre del que se sospechó que era Satoshi Nakamoto, el fundador del bitcoin, saliendo de su casa en Temple City, California, en marzo de 2014.
  • Satoshi Nakamoto, seudónimo bajo el que se escondía el creador del bitcoin, desapareció de la red hace siete años.
  • Laszlo Hanyecz, un desarrollador que trabajó en bitcoin desde el principio, cuenta a Business Insider cómo intercambió cientos de correos electrónicos con Nakamoto en 2010.

Diez años después de que aparecieran los primeros rumores sobre el nacimiento de la primera criptomoneda, aún no se conoce la identidad de su creador, que se esconde bajo el seudónimo Satoshi Nakamoto.

Nakamoto desapareció de internet en abril de 2011, pero dejó un pequeño rastro: los correos electrónicos que intercambió con los primeros desarrolladores de la criptomoneda, como comentarios en foros y la documentación original del bitcoin. Y aún con esos datos y todas las especulaciones sobre la identidad de Nakamoto, su nombre real sigue sin conocerse.

Por eso, un desarrollador de Bitcoin, Laszlo Hanyecz, conocido por haber realizado la primera transacción del mundo real a través de Bitcoin ─encargando unas pizzas─, cuenta a Business Insider cómo intercambió cientos de correos electrónicos con el creador de Bitcoin en 2010.

Todo comenzó cuando Hanyecz, que había estado minando bitcoins en su portátil, mostró interés en colaborar en el desarrollo de la criptomoneda. Nakamoto estuvo de acuerdo, según el testimonio de Hanyecz, y a lo largo del año, Nakamoto encargó tareas a Hanyecz, que encontró la relación siempre "un poco extraña".

"Pensé que el bitcoin era increíble, y quería participar, pero ya tenía un trabajo estable", explica Hanyecz. "Nakamoto me enviaba correos electrónicos del tipo: 'Oye, ¿puedes arreglar esto?', o 'Oye, ¿puedes hacer esto?'".

Bitcoin

Hanyecz señala que a pesar de que su trabajo en Bitcoin era un proyecto en el que trabajaba gratis, Nakamoto lo trataba como si fuera un empleado a tiempo completo.

"Me decía, 'Hey, se ha caído el lado oeste', o 'Tenemos estos fallos, hay que arreglar esto'. Yo pensaba '¿nosotros? Si no somos un equipo'", indica Hanyecz. "Pensaba que era la prueba de que tal vez me había aceptado como compañero. Pero yo no quería esa responsabilidad. No entendía lo que estaba sucediendo en ese momento".

Así, cuenta que las peticiones de Nakamoto no siempre le parecían bien.

"Yo le decía: 'Oye, tú no eres mi jefe'", relata Hanyecz. "Pero no me lo tomé muy en serio."

"Hice algunas preguntas, pero él siempre las esquivaba".

Nakamoto tampoco parecía muy entusiasmado con la creciente actividad minera de Hanyecz.

"Me decía: 'Bueno, preferiría que no minaras demasiado'", cuenta Hanyecz. "Intentaba hacer crecer la comunidad y conseguir más clientes para que tuviera un uso comercial. Y él reconocía que la minería se convertiría en algo en lo que algunas personas se harían ricas".

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Hanyecz narra que normalmente se ponía en contacto con Nakamoto a lo largo de la semana para hacerle consultas técnicas relacionadas con el código de bitcoin. Cuando Nakamoto decidía responder, lo hacía todo de una vez, normalmente hacia el final de la semana.

"Simplemente asumí que estaba ocupado trabajando en otras cosas", explica Hanyecz.

Aunque Hanyecz y Nakamoto trabajaban juntos en un proyecto difícil y altamente técnico, Hanyecz cuenta que Nakamoto siempre mantuvo un velo de anonimato, hasta un punto de que le pareció muy extraño a Hanyecz.

Chicas asiáticas disfrazadas

"Él o ella o quienquiera que sea nunca me dijo nada personal", dice Hanyecz. "Hice algunas preguntas, pero siempre las esquivaba. Nunca las contestó".

Debido al nombre de Nakamoto, Hanyecz, como muchos otros, asumió que estaba hablando con un hombre ligeramente excéntrico y de ascendencia asiática.

Incluso había varios correos electrónicos en los que Nakamoto tachaba a Hanyecz de paranoico, señala.

"Hubo un par de veces en que recibí mensajes que parecían fuera de lugar", asegura Hanyecz. "Me deshice de ellos porque pensé, '¿a quién le importa si este tipo me dice que me fuera a tomar vientos?'". Ese no era mi trabajo ni nada de eso, era un pasatiempo. Intentaba ser su amigo. Parecía muy paranoico con la gente que rompía el software. Lo seguía denominando como una versión pre-lanzamiento, y yo le estaba ayudando a conseguir que llegar a una versión definitiva".

Echando la vista atrás atrás, Hanyecz reconoce que la paranoia de Nakamoto era comprensible.

"Si algo le hubiera pasado al código desde el principio, no estaríamos teniendo esta conversación hoy", reflexiona.

Hanyecz asegura que estaba acostumbrado a tratar con gente excéntrica en Internet, pero que sus interacciones con Nakamoto le provocaban lo que él llamaba "un sentimiento extraño".

Finalmente, Hanyecz reconoce que sentía un profundo respeto tanto por el proyecto de Nakamoto como por la persona o el equipo detrás de ese nombre. Hanyecz cree que el bitcoin podría no existir hoy en día si no fuera por la decisión de su creador de evadir ser un personaje público.

"Es emocionante porque la gente ama a un hombre misterioso, pero yo trato de guiar a la gente hacia el hecho de que no importa quién lo hizo; podría ser un psicópata asesino", dice Hanyecz. "A la gente le gusta identificarse con héroes o villanos, pero en el uyniverso de las criptomonedas, un código tiene que hablar por sí mismo. El carisma y ser una persona interesante sólo te lleva hasta cierto punto cuando eres un desarrollador. En última instancia, serás juzgado por la calidad de tu código y tu idea".

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