Mitos veraniegos (como el de la digestión) que llevas toda tu vida creyendo

Mitos de verano

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Primero en Upday Cintillo

El verano es la estación de los días eternos y las puestas de sol imposibles, del gazpacho y los helados, de la cerveza en el chiringuito, de las olas para surfear, de los chapuzones para combatir las olas de calor, de las noches tropicales con aire acondicionado, los viajes para los mochileros o los crucigramas y las partidas de tute en la playa. También es época de mitos veraniegos.

Sí, sí. Hay mitos de verano que llevas toda la vida creyendo a pies juntillas, mantras transmitidos de generación en generación, sin que nadie se haya parado a cuestionarse el porqué de esperar tanto tiempo para bañarse después de comer, o de las verdaderas propiedades del agua de la piscina. ¿O de verdad crees que si comes muchos dulces les gustarás más a los mosquitos?

Este gráfico revela cuánto se ha alargado el verano desde 1950

Después de leer este artículo no acudirás igual a la piscina, a la playa o a la orilla del mar. Seguramente dejes de lado ritos y costumbres veraniegas inútiles o le cuentes a tus padres que esas cosas que te contaron de niño no eran tan ciertas como, seguramente, ellos mismos creían. 

Toca comenzar por el mito veraniego más extendido y popular: la inamovible costumbre de esperar hasta 2 horas para bañarte en el mar después de comer

Mito n.º 1: hay que esperar 2 horas para hacer la digestión

¿Cuántas veces contaste en tu infancia los minutos que faltaban para poder volver a zambullirte en el agua?
¿Cuántas veces contaste en tu infancia los minutos que faltaban para poder volver a zambullirte en el agua?

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De aquellos polvos, estos lodos: el pánico a tener un corte de digestión ha sido tal que la gran mayoría de la gente prácticamente usa la regla de las 2 horas, el tiempo que teóricamente se debe esperar después de comer para poder bañarte.

En realidad, es un mito veraniego: lo que verdaderamente agrava el riesgo de que se te corte la digestión es introducirte de golpe en agua muy fría, puesto que se origina una bajada brusca de la tensión arterial. El fenómeno se conoce como hidrocución y también puede suceder tras realizar deporte intenso, beber alcohol o tomar el sol durante muchas horas.

Por tanto, especialmente después de las comidas copiosas, en lugar de esperar 2 horas para luego tirarte al mar en plancha, lo que debes hacer es entrar al agua poco a poco —mojando antes muñecas, nuca, rodillas o barriga—. 

Además, debes prestar atención a los principales síntomas de un corte de digestión, estos son, según la OCU: cansancio repentino, sensación de frío, zumbidos en los oídos y en casos extremos desmayos y paradas cardiorrespiratorias.

Mito n.º 2: la orina es el mejor remedio instantáneo para las picaduras de medusa

Medusa

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La sabiduría popular lleva años diciendo que lo mejor para la picadura de una medusa es el agua salada, pero lo cierto es que no hay ningún tipo de evidencia de que este remedio casero funcione para paliar el escozor ni tenga ningún efecto beneficioso sobre la zona afectada. 

Si tienes la mala fortuna de que te toque este verano, lo que debes hacer ante la picadura de una medusa es, en primer lugar, lavar el veneno con agua de mar y retirar los tentáculos de la piel con guantes o pinzas. No uses agua dulce, y en el caso de las medusas tropicales, puedes emplear vinagre. 

Para aliviar el dolor de la picadura de medusa, son útiles las compresas calientes o frías. Aunque no suele ser preciso acudir al hospital, busca ayuda médica si experimentas una reacción grave con problemas para respirar o alteración de la conciencia. 

Mito n.º 3: no tienes que echarte crema solar en los días nublados

Sol

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Seguro que también has escuchado en alguna ocasión que si el día no abre y el no luce brillante, no es necesario echarte protector solar en los días nublados. Es otro mito veraniego que deberías desterrar cuantos antes, especialmente si no quieres aumentar las papeletas de sufrir melanomas y otros tipos de cáncer de piel. 

En verano lo recomendable es echarte crema solar todos los días, sobre todo durante las horas centrales de la jornada. En el período estival los días nublados pueden ser muy traicioneros y provocar que te quemes: precisamente los rayos UV traspasan las nubes y se produce un efecto espejo que puede afectar a la piel. 

Mito n.º 4: el agua de la piscina te protege siempre de todos los gérmenes

Piscina

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Hay varios mitos relacionados con el agua de la piscina. No te morirás por tragarla, pero la presencia de cloro tampoco evita todos los males ni previene que cojas todas las infecciones posibles. De hecho, aunque los desinfectantes como el clro matan a la mayoría de gérmenes en menos de una hora, algunos pueden sobrevivir durante días, según los CDC.

Cuando el cloro se incorpora una piscina, forma un ácido débil llamado ácido hipocloroso que mata las bacterias, como salmonela y E. coli, además de otros gérmenes causantes de virus como la diarrea y oído de nadador. Sin embargo, evita bañarte si tienes molestias estomacales. También es buena idea ducharse antes y después del chapuzón. 

Además, si tragas agua de la piscina debes saber que un solo trago puede contener partículas fecales o gérmenes como cryptosporidium, que causa una enfermedad gastrointestinal aguda.

Entre las enfermedades más transmitidas en aguas recreativas como piscinas, jacuzzis o spas, los CDC enumeran las siguientes: 

  • Enfermedades diarreicas.
  • Foliculitis del jacuzzi (Sarpullidos)
  • Infecciones de oído.
  • Infecciones respiratorias.
  • Irritación química de los ojos y los pulmones.

Además, del 2000 al 2014, se reportaron a los CDC casi 500 brotes de enfermedades transmitidas por el agua en lugares de recreación acuática. 

Otro estudio encontró que más del 10% de las inspecciones de rutina de piscinas públicas, bañeras de hidromasaje o spas, y áreas de juegos con agua condujeron a su cierre inmediato por infracciones serias, como niveles inadecuados de cloro o de bromo.

Mito n.º 5: lo mejor para refrescarte en las noches tropicales es dormir desnudo

Noches tropicales

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En las asfixiantes noches veraniegas, es probable que creas que lo mejor es dormir totalmente desnudo para intentar luchar contra los elevados termómetros de las madrugadas tropicales. Sin embargo, en realidad dormir desnudo es contraproducente ya que puede aumentar tu temperatura corporal. Es otro de los mitos más que te llevas media vida creyendo.

En realidad, lo óptimo es utilizar prendas frescas, ligeras y transpirables, siempre con tejidos elaborados con fibras naturales, como el algodón fino. Este tipo de pijamas o ropa para dormir son ideales para que el sudor se evapore y retire de la piel, dándote más comodidad a la hora de conciliar el sueño. 

Por el día, sucede el mismo fenómeno: no estás más fresco cuanta menos ropa lleves. Fíjate en la indumentaria de las personas que viven en calurosos desiertos como el Sahara. Para evitar la deshidratación, se visten de cabeza a pies. La ropa les ayuda a evitar quemaduras solares, deshidratación, y en su caso, también las tormentas de arena. 

Mito n.º 6: sudar adelgaza

Sudar

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Otro de los mitos veraniegos más extendidos es el de que sudar adelgaza. Si quieres perder peso, deberás hacerlo a través de una dieta equilibrada y completa, bajo supervisión médica y realizando deporte para quemar grasas y calorías, así como para acelerar tu metabolismo

"En términos prácticos, sudar no adelgaza; sólo pierdes agua. La sudoración no es un proceso que gaste suficiente energía para hacer perder peso consistente o adelgazar", explica el doctor Kalazich a la BBC. Si sudas en reposo como en la sauna, o tomando el sol, no adelgazarás. 

De hecho, aunque pierdas peso corporal tras un ejercicio vigoroso, debes reponer los líquidos y electrolitos a posteriori, o será contraproducente y perjudicial para tu rendimiento deportivo. En especial, el sodio y el potasio son imprescindibles para la homeostasis o equilibrio celular. 

Para combatir la deshidratación y prevenir golpes de calor, no te olvides de beber abundante agua en verano. 

Mito n.º 7: no te puede dar un golpe de calor a la sombra

Golpe de calor

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Si llevas media vida creyéndote eso de que los golpes de calor solamente tienen que ver con la exposición directa al sol, estás equivocado. 

No debes confundir golpe de calor con insolación: el primero se suelen producir por una exposición prolongada a altas temperaturas (más de 40º), y la segunda por una exposición prolongada al sol sin la exposición adecuada, acompañada de altas temperaturas. Un golpe de calor puede resultar mucho más peligroso y letal, y también puede suceder estando a la sombra o practicando deporte.

Cuando sufres un golpe de calor, tu temperatura corporal sube por encima de los 40ºC y puedes sufrir síntomas como fiebre, cambios en el estado mental como confusión y agitación, problemas en el habla, piel seca o sudoración excesiva, vómitos, náuseasy mareos y piel muy enrojecida. También desmayos y pulso acelerado, fuerte e irregular.

Hay que tener mucho cuidado: evitar el exterior en las horas centrales de los días de calor, beber abundante agua, no realizar actividad física intensa y, por supuesto, llamar a la ambulancia de inmediato si una persona sufre un golpe de calor. Puede ser especialmente grave la población más vulnerable, como niños y personas mayores.

Mito n.º 8: atraes más a los mosquitos porque tienes la sangre dulce

Niñas atacadas por mosquitos.
Niñas atacadas por mosquitos.

Esto no es una película de vampiros: los mosquitos prefieren a unas personas más que a otras más bien debido al olor y calor corporal, no a tu sabor. En concreto, estos bichos se sienten atraidos por el dióxido de carbono o el ácido láctico que exhalamos al respirar o al sudar. 

Cuanto más sudes y más dióxido de carbono exhales, más probable es que te levantes perdido de picaduras. Personas altas, adultos, mujeres embarazadas o personas con sobrepeso u besidad tienen más papeletas. 

"Las exhalaciones corporales son diferentes, según la persona, y por eso son atractivas para diversos tipos de mosquitos”, explica el biólogo a DW, recalcando que hay un factor de la dieta que sí influye en que los mosquitos te piquen, y no son las golosinas, sin el alcohol, que modifica las emanaciones de tu piel. 

Los mosquitos también emplean sus receptores y la vista para detectar indicios que te convierten en una víctima perfecta para sus aguijnes, como el calor corporal, la transpiración y el olor de la piel. También influye el grupo sanguíneo: un estudio publicado en en la revista Journal of Medical Entomology comprobó que la sangre O es la más deseada por los mosquitos. 

Mito n.º 9: el aire acondicionado puede resfriarte

Viejo termostato

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Hay muchos mitos en torno al aire acondicionado, pero esta leyenda es de las más destacadas durante los meses de verano. En realidad, los resfriados solamente son causados por virus y no existen evidencias de que el frío o la corriente te causen por si solos esta infección respiratoria. 

Lo que sí que sucede es que demasiado aire acondicionado puede reducir la humedad en las vías respiratorias superiores, haciendo que sientas la garganta áspera o la nariz y fosas secas

Si no limpias adecuadamente tu aparato de aire acondicionado también sentarás el caldo de cultivo perfecto para bacterias y hongos, lo que podría provocarte problemas como asma o estornudos.

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