Las moscas son engañadas por ilusiones ópticas al igual que tú, lo que podría ayudar a entender mejor el sistema visual humano

Una mosca.
  • Un estudio publicado en PNAS ha descubierto que los ojos de las moscas de la fruta son fácilmente engañados por patrones visuales estáticos con alto contraste.
  • Así, al igual que tú, las moscas pueden ver movimiento en donde no lo hay.
  • Las ilusiones ópticas se producen cuando se presentan varias formas en una imagen única y el cerebro entra en conflicto pero el nuevo estudio podría ayudar a entender mejor el sistema visual humano.
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Un estudio publicado en PNAS ha descubierto que los ojos de las moscas de la fruta son engañados por patrones visuales estáticos con alto contraste.

Así, al igual que tú, pueden ver movimiento en donde no lo hay.

"El último ancestro común de las moscas y los humanos vivió hace quinientos millones de años, pero las 2 especies han desarrollado estrategias similares para percibir el movimiento", ha señalado el neurocientífico Damon Clark de la Universidad de Yale. 

En este sentido, si los científicos consiguen comprender estas estrategias compartidas, también podrán entender mejor el sistema visual humano.

El grupo de científicos ha concluido que las moscas de la fruta (Drosophila melanogaster), al igual que los vertebrados, perciben el movimiento ilusorio en imágenes estacionarias, ya que poseen el mismo circuito cerebral básico que el ser humano, según Science Alert.

Por supuesto, la diferencia es que tu sistema cerebral es más complejo.

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Los expertos, que durante años han pensado que los ojos de las moscas y los humanos surgieron de manera muy diferente en la evolución, combinaron mediciones del comportamiento, silenciamiento genético e imágenes neuronales y encontraron la misma base genética subyacente para el ojo en todas las filas de animales.

Posteriormente, algunos científicos han argumentado que únicamente había un ojo original pero luego se ramificó en varias formas diferentes a lo largo de millones de años.

Según investigaciones previas, los primates no humanos, los gatos y los peces también pueden ser engañados para ver el movimiento donde no lo hay.

Sin embargo, hasta ahora no se había evidenciado en un insecto tan diferente al ser humano en términos evolutivos: la mosca de la fruta.

"Fue emocionante descubrir que las moscas perciben el movimiento en imágenes estáticas de la misma manera que nosotros", ha reconocido Clark.

Gracias a que las moscas de la fruta tienen cerebros pequeños, los científicos pueden examinar de cerca la actividad de las neuronas. Así, pueden hacerse una idea de lo que pasa en el cerebro humano.

No obstante, las ilusiones ópticas continúan siendo un misterio. 

Según algunos expertos, el ser humano ve movimiento en estas imágenes estáticas porque generalmente tienen un mayor contraste. Supuestamente el cerebro las procesa más rápido y presenta los datos en un orden que genera una ilusión de movimiento.

Pero otras investigaciones atribuyen las ilusiones ópticas a las pequeñas e involuntarias sacudidas que los ojos hacen cuando están examinando algo. 

Lo cierto es que las ilusiones ópticas se producen cuando se presentan varias formas en una imagen única y el cerebro entra en conflicto. 

El estudio publicado en PNAS también ha explicado cómo en el cerebro de la mosca de la fruta el movimiento es detectado primero por las neuronas selectivas de dirección T4 y T5, y estas responden a los bordes de contraste nítidos.

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Pero cuando los expertos eliminaron estas neuronas elementales detectoras de movimiento, la ilusión de movimiento también desapareció. 

T4 y T5 trabajan en direcciones opuestas y si se apaga solo una de estas neuronas, las moscas de la fruta giraban en la dirección opuesta a la que habrían seguido si ambas neuronas estuvieran activas.

En este sentido, existe un desequilibrio entre los detectores de movimiento y cómo las moscas responden o no al estímulo.

Para concluir, los científicos han señalado que existe algo en la arquitectura del cerebro humano que está impulsando esta ilusión de movimiento.

Así, podría ayudar a explicar por qué el alto contraste y los micro movimientos del ojo en ciertas direcciones se han convertido en culpables de la ilusión, según Science Alert.

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