¿Por qué los mosquitos pican más a unas personas que a otras? Una investigación analiza una nueva vía para erradicar la malaria

¿Por qué los mosquitos pican más a unas personas que a otras? Una investigación analiza una nueva vía para erradicar la malaria

Reuters/CDC/James Gathany

  • Una investigación de la Universidad de Pretoria (Sudáfrica) está analizando por qué los mosquitos pican a unas personas y a otras no. 
  • Unas sustancias químicas presentes en la piel llamadas semioquímicos tienen la respuesta.
  • Se trata de un primer paso hacia el objetivo de encontrar una nueva estrategia para erradicar o reducir enfermedades mortales como la malaria.
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"¿Por qué me pican a mí todos los mosquitos?". Si eres de las personas que alguna vez se ha hecho esta pregunta, tras observar buena parte de su cuerpo lleno de picaduras, la ciencia ya tiene una respuesta a tu problema.

Un grupo de investigación de la Universidad de Pretoria (Sudáfrica) ha analizado por qué los mosquitos pican a unas personas y a otras no, a partir del estudio de unos compuestos químicos presentes en la piel del ser humano, y han encontrado diferencias químicas entre la superficie cutánea de las personas que se consideran a sí mismas atractivas para los mosquitos y las que no.

"Los seres humanos pueden ser clasificados por su atractivo para los mosquitos en función de su perfil químico de la piel", afirma el estudio.

Los mosquitos hembra necesitan ingerir sangre para que sus huevos se desarrollen, por lo que se lanzan en busca de una 'víctima'. Pero no les sirve cualquiera. En su 'caza' está presente todo un proceso por el cual perciben la presencia de la víctima, gracias a señales como el dióxido de carbono o pistas visuales.

Entonces son el calor y la humedad que rodean a la víctima los que guían al mosquito hembra y, finalmente, el olor corporal influye en la decisión de a quién picar, y dónde.

La razón por la que los mosquitos pican más a unas personas que a otras son los semioquímicos, unas señales químicas presentes en la superficie de la piel y empleadas para la comunicación dentro de una especie, explican las investigadoras en un artículo publicado en The Conversation.

Estos elementos hacen que cada piel sea un mundo distinto: según estudios realizados a partir de secreciones de la piel de personas, hay más de 500 compuestos cutáneos, además de muchos más químicos aún por conocer. Algunos de ellos incluso podrían estar trabajando juntos para atraer o repeler a los mosquitos, afirman las autoras, Madelien Wooding e Yvette Naudé.

Con la participación de 20 personas voluntarias y el uso de una cinta especial de silicona que se puede llevar en la muñeca o en el tobillo, analizaron qué sujetos y zonas de la piel eran más atractivos para los mosquitos.

"Se detectaron compuestos volátiles y semivolátiles (aquellos que los mosquitos utilizan para encontrar a su hospedador humano y navegar por él) de una amplísima variedad de químicos (69 en total) y se llegó a la conclusión de que son estos los que dan lugar a las diferencias que existen en los perfiles químicos de la superficie de la piel", afirman las dos investigadoras, que descubrieron 31 compuestos desconocidos hasta entonces y 20 implicados en la picadura final de los mosquitos.

Aplicaciones médicas de este descubrimiento

Esta investigación va mucho más allá de averiguar solo por qué los mosquitos pican más a unas personas y a otras no. Eso es simplemente un primer paso hacia el objetivo de encontrar una nueva estrategia para erradicar o reducir enfermedades mortales como la malaria.

Los mosquitos contribuyen a la transmisión de enfermedades mortales como el zika, el dengue, la fiebre chikungunya, la fiebre del Valle del Rif y la malaria, de las que esta última es la que más amenaza la vida de las personas, con 229 millones de casos de malaria y 409.000 fallecimientos registrados en todo el mundo en 2019. De ellos, la mayoría se dio en menores de 5 años (67% de las muertes) y en países de África (94% de todos los casos y fallecimientos), según cifras de la OMS.

A partir de los hallazgos de esta investigación, se podrían utilizar los compuestos químicos más asociados a personas que atraen a los mosquitos como cebos para atrapar a estos insectos en el exterior, y los compuestos más presentes en los individuos a los que menos pican para elaborar nuevos repelentes.

Además, las técnicas de toma no invasiva de muestras cutáneas empleadas en la investigación "han sentado las bases para el examen detallado de la superficie de la piel humana", incluida su utilización en las habituales revisiones de salud de las personas, añaden las autoras.

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