Este es el motivo por el que nunca debes quitarte la chaqueta en una boda

La ceremonia ha terminado, ya estáis en el banquete y, o bien tienes un calor asfixiante o no te sientes cómodo, y decides colgar tu americana en el respaldo de tu silla. 

Si te suena familiar y lo has estado haciendo hasta el momento, mal. Si eres de los que no se la quita aunque te sientas el sudor filtrarse por todos los poros de tu piel, bravo: lo estás haciendo bien. 

Porque aunque no te lo creas, nunca debes quitarte la chaqueta durante una boda y hay un motivo detrás bastante obvio que lo explica con contundencia.

Técnicamente no hay ningún estudio que deje claro el motivo por el que no debes hacerlo, pero simple y llanamente es porque es el protocolo no hablado de una boda. 

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Lo habitual es que durante la ceremonia en la Iglesia o en una sala del Registro Civil para un matrimonio no religioso, todo el mundo esté de punta en blanco mientras dura todo este proceso, pero una vez termina y ya estás en el banquete, la gente se relaja y la elegancia habitual da paso a unas mangas de camisa que desentonan en el conjunto global.

Tienes que tener claro que el rito no acaba tras la firma de los papeles que junta a las dos personas, sino que se alarga hasta el fin de la celebración y por ese motivo no debes quitarte la chaqueta durante una boda hasta que vuelves a tu casa: la etiqueta dura toda la ceremonia, es decir, no vale unos momentos sí y otros no. 

Sí, puede ser un auténtico sufrimiento en días de mucho calor o quieres darlo todo en la pista de baile y la chaqueta te molesta, pero al final estás faltando a un protocolo no hablado que, sin lugar a dudas, es un auténtico horror visual.