Qué hace falta para que haya más mujeres en la alta dirección, según ejecutivos del sector de la inversión y las criptomonedas

De izquierda a derecha: Leire Crespo (Bnext), Darío Villena (Kapita) Heidi Hurskainen (Coinmotion Oy), Tali Salomon (eToro), y Gabriela Chang (EthicHub).
De izquierda a derecha: Leire Crespo (Bnext), Darío Villena (Kapita) Heidi Hurskainen (Coinmotion Oy), Tali Salomon (eToro), y Gabriela Chang (EthicHub).

Business Insider España

Hay sectores en los que el techo de cristal es más visible que en otros. 

Se entiende que el sector financiero es uno de los máximos exponentes de desigualdad. Una situación que comienza desde la base, pues la falta de cultura financiera persiste.

El estudio más reciente de eToro sobre mujeres e inversión revela que los aspectos más difíciles de la inversión para las españolas son no saber en qué productos invertir (23%) y no saber dónde localizar fuentes de información fiables (16%) que les ayuden a tomar decisiones. Además, un 12% señala que lo más difícil es precisamente comenzar a invertir y el 10% ve en la volatilidad del mercado otra dificultad.

Pese a que todavía existe esta brecha en el mundo de la inversión, es evidente que las mujeres se preocupan cada vez más por las cuestiones financieras.

El mismo estudio revela que casi 6 de cada 10 mujeres que invierten han comenzado a hacerlo desde la irrupción de la pandemia. Y, por encima de las previsiones, el 43% de las encuestadas españolas invierte en criptoactivos, lo que los convierte en su activo preferido.

“Estos datos contrastan con los de hace un año cuando, según otro estudio de eToro, tan solo el 17% de las encuestadas se sentía atraída por los criptoactivos y el 70% afirmaba desconocerlos”, dice Tali Salomon, directora regional de eToro para Iberia y Latinoamérica.

La estrategia de las mujeres inversoras se caracteriza por perseguir objetivos a largo plazo (el 34% se fija como objetivo inversor horizontes de 1 a 5 años). Sus metas principales son tener seguridad a largo plazo (22%) y complementar sus ingresos (21%).

“Estos datos nos demuestran que, a pesar de que queda mucho camino por recorrer para derribar barreras de acceso, cada vez más mujeres se están incorporando al mundo de la inversión, con objetivos claros, estrategias a largo plazo, mayor seguridad en sus decisiones y menor aversión al riesgo”, comenta Salomon.

Las dificultades son claras. “La inversión ha sido tradicionalmente un mundo especialmente masculino, probablemente debido a un concepto cultural en la primera mitad del siglo XX en el que el hombre trabajaba y facilitaba los ingresos familiares y la mujer tenía, digamos, labores domésticas para cuidar de la familia”, cuenta Gisela Turazzini, CEO de Blackbird Bank.

Mientras que las mujeres representan por término medio casi la mitad de los empleados del sector financiero, sólo ocupan el 30% de los puestos directivos. Una de las causas de este desequilibrio es el reparto desigual de las responsabilidades de cuidado de los hijos entre hombres y mujeres.

“Las mujeres suelen tomarse más tiempo de permiso por el nacimiento de un hijo y estas diferencias en su carrera contribuyen a crear un techo de cristal en su progresión dentro del sector; y, lo que es peor, estos problemas se ven agravados por la rigidez de los modelos de trabajo y la escasa calidad y acceso a guarderías asequibles”, lamenta Abigail Watt, economista de Abrdn.

En la actualidad, más del 50% de nuestros empleados en todo el mundo son mujeres o se identifican como tales. Nos centramos en la representación entre nuestros altos cargos. "Ahora, el 34,5% de ellos son mujeres y nuestro objetivo para 2025 es tener al menos un 40% de mujeres en nuestra dirección", cuenta al respecto Julie Dickson, Directora de Inversiones de Capital Group. 

Los empleados que se sienten incluidos y que valoran sus aportaciones individuales tienen más probabilidades de comprometerse y prosperar. "En este sentido, hemos puesto en marcha varias iniciativas para mejorar la mezcla de géneros desde el nivel inicial hasta el de la alta dirección, a través de diversos programas y de nuestras más de 40 comunidades internas, 19 de las cuales se centran específicamente en las mujeres", asegura Dickson.

Ana Guzmán, directora de impacto en Portocolom AV, piensa, por su parte, que no hay una razón única para ese desequilibrio entre géneros, sino un conjunto de factores biológicos, socioculturales, históricos y de tendencias que hacen que la presencia de la mujer en el mundo de la inversión “haya sido tradicionalmente escasa” y que, pese a haber aumentado, “todavía presente grandes retos”.

Se podría englobar en grandes tendencias que influyen en esta situación, analiza Guzmán. “En primer lugar, desde un punto de vista biológico, hombre y mujeres somos diferentes y nuestros niveles de cortisol y testosterona son diferentes y, aunque a simple vista parezca increíble, esto tiene su importancia a la hora de elegir carrera el mundo de la inversión”, dice.

“La testosterona, hormona que está generalmente más presente en los hombres, está relacionada con la competitividad, la asunción de riesgos y reduce el miedo (…). Según diversos estudios, las mujeres tienen mayor aversión al riesgo entre otras cosas por una menor presencia de testosterona y puede ser un condicionante a la hora de elegir carrera”, resalta la directora de impacto de la agencia de valores.

“El cortisol, hormona comúnmente denominada como la hormona del estrés, también está relacionada con una mayor asunción de riesgos y con un incremento del optimismo en la toma de decisiones, sesgando la información recibida, minimizando las noticias negativas y dando más importancia a las positivas”, ahonda.

"En el mundo de la innovación tecnológica hay que tomar riesgos, de los que las mujeres a veces no somos muy amigas, pero también hay gente joven con grandes valores igualitarios, así que es el contexto perfecto para proyectarnos hacia áreas directivas. Para ello, nosotras tenemos que quitarle el miedo al vacío y ellos apoyarnos en el vuelo", añade Leire Crespo, general counsel en Bnext.

Para Marie Lassegnore, gestora de carteras de crédito y responsable de renta fija ESG de La Française AM, en cambio, la cuestión de esta desigualdad no es la capacidad de las mujeres frente a la de los hombres para desempeñar el papel de gestor de carteras, sino que cree que no se promueve “entre los estudiantes hasta que se llega a la universidad”.

“Pienso que se debería hacer más hincapié y, en una fase más temprana de la formación, llevar a cabo una orientación para fomentar la igualdad en sectores, como el de la gestión de fondos, que siguen estando dominados por los hombres”, afirma.

Darío Villena, de Kapita Ventures y experto en el mundo cripto explica que hace falta lo mismo que hace falta en el resto de ámbitos: más referentes. “El mundo cripto no es nada diferente a la tecnología, las venture capital o los puestos directivos”, explica.

Un cambio que se está produciendo muy lentamente

Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial el avance sociocultural ha ido cambiando las tendencias. 

“Este cambio lógicamente ha llegado a la política y a la economía, permitiendo que el enorme talento que tenemos las mujeres empiece a desarrollarse en campos en los que cada vez existen menos diferencias... Cada vez son más las mujeres que hacen trading y, de hecho, están estructuralmente mejor preparadas para ser mejores traders que los hombres: así al menos está demostrado empíricamente”, añade Turazzini.

María García, responsable de Ventas de Edmond de Rothschild AM en Iberia, confirma también ese análisis: “Es verdad que todavía hay menos mujeres en el mundo de la inversión, pero esta situación se está corrigiendo poco a poco”.

"Hay que fomentar la educación, formación y comunicación de esta industria [en referencia al mundo de las criptomonedas] insistiendo que esto está ya en nuestras vidas profesionales y personales y va a ser una pieza fundamental en la transformación y desarrollo de industrias tradicionales y otras industrias que todavía ni somos capaces de concebir", explica Pilar Troncoso, profesora del programa de Blockchain e Innovación digital del IEB, responsable de Relaciones Institucionales en Nodalblock, Kubide y socia fundadora de ChainGo Tech. 

"Creo también que es importante dar visibilidad a las mujeres que estamos en este mundo desde los inicios del boom de blockchain y que hemos evangelizado los casos de uso con esta tecnología para que se entienda y se use las referencias y el ejemplo son grandes conductores de educación", concluye.

García desvela que, cuando comenzó a trabajar en finanzas hace más de 20 años, eran contadas las mujeres dentro del sector de la inversión. De manera natural y paulatina, esa cifra ha ido creciendo hasta el día de hoy, en el que se encuentran mujeres tanto en el mundo de la distribución como de la gestión, y cada vez con mayor frecuencia en cargos directivos.

“Un ejemplo es que personalmente ocupo un cargo directivo en España y la máxima representante del Grupo EdR, la presidenta del comité ejecutivo de Edmond de Rothschild, es una mujer, Ariane de Rothschild”, dice.

"El interés, la inversión y el uso de las criptomonedas por parte de las mujeres ha ido en aumento y creo que es solo cuestión de tiempo de que veamos más startups en el sector fundadas por mujeres. Hacen falta ejemplos positivos y visibles, pero también hace falta que las empresas del sector tecnológico en general promuevan la diversidad en sus actividades de forma proactiva", añade Heidi Hurskainen, CEO de Coinmotion Oy.

Cómo se puede avanzar aún más hacia la igualdad

El cambio, aunque lento, está llegando. Ese es el mensaje común.

"Hace falta reforzar la base STEM  para que desde niñas se tenga la percepción de que estas áreas también son espacios para mujeres. Considero que buena parte del rezago femenino en STEM tiene su raíz en los años de formación en la ESO y Bachillerato. Es muy importante dar a las niñas modelos de éxito de otras mujeres en tecnología para ir eliminando las barreras de condicionamiento cultural", profundiza Gabriela Chang, CSO y cofundadora de EthicHub. 

“La gestión de activos podría muy bien prestarse para ofrecer oportunidades de carrera emocionantes y gratificantes para las mujeres, ya que los roles requieren no solo una profundidad sino también una amplitud de conocimientos y habilidades multitarea”, asegura Tatjana Greil-Castro, gestora de carteras en Muzinich & Co.

“El proceso de cambio es imparable, puesto que la igualdad salarial y la independencia cada vez mayor de las mujeres hacen que sientan más curiosidad por cuidar su independencia financiera y traten de conseguir la libertad financiera que todos anhelamos tanto”, aborda Turazzini.

“El proceso de igualdad de género en el sector de la inversión es imparable y estoy orgullosa de que así sea”, agrega la responsable de Blackbird Bank.

Lassegnore cree que se debería hacer más hincapié “en la formación para fomentar la igualdad en sectores”, aunque también sería positiva la “creciente importancia de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) dentro de las gestoras de activos”, que lo incorporan a “sus objetivos de contratación y de cierre de la brecha salarial”.

Según un estudio elaborado por PwC, las mujeres de las generaciones más jóvenes valoran, entre otras cosas las oportunidades de progresión profesional, el trabajo flexible, el feedback continuo, y la reputación de su empresa: quieren que su trabajo tenga un sentido, que contribuya al entorno, tener sentimiento de pertenencia y sentirse orgullosas de su empleador.

“En este sentido, la industria financiera ha de hacer un serio ejercicio de reflexión, ya que el sector más citado como uno de los que no les gustaría trabajar, por su imagen, es el de servicios financieros, seguido por defensa, petróleo y gas, servicios públicos y administración y sectores químico y de metales”, relata Guzmán.

Desde su punto de vista, para cambiar algo tan arraigado históricamente se necesita involucración de todas las partes: “Sociedad, empresas, trabajadores, y las propias mujeres, haciendo todos un esfuerzo y pensar cómo cada uno, dentro de su área de influencia, puede ayudar a cambiar esta tendencia”.

Por tanto, una serie de medidas positivas que pueden adoptarse para ayudar a las mujeres pasaría por “garantizar que los hombres tengan acceso al permiso de paternidad y que se les incentive a tomarlo para que la carga de las interrupciones de la carrera profesional relacionadas con los hijos se reparta de forma más equitativa”, según Watt.

“También, los gobiernos pueden tomar medidas para reducir las mayores cargas fiscales relativas de los segundos ingresos y las familias monoparentales, que pueden desanimar a las mujeres a trabajar, lo que podría impulsar el empleo a tiempo completo, pero también el trabajo a tiempo parcial o el empleo flexible a corto plazo, ya que ambos ofrecen oportunidades vitales para que ellas sigan vinculadas al mercado laboral”, concluye.

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