¿Qué han hecho los multimillonarios durante la pandemia? Comprarse la nacionalidad de otros países para poder esquivar las restricciones de movimiento

Ricos Yate
  • Mientras que Estados Unidos se acerca a los 5 millones de casos de coronavirus, algunos países permanecen cerrados para los ciudadanos estadounidenses.
  • En este sentido, algunos multimillonarios han optado por comprar un segundo pasaporte para obtener la ciudadanía de países con los que no tienen ningún tipo de relación y huir de la pandemia.
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Durante muchos años, el pasaporte estadounidense le ha permitido a los ciudadanos del país viajar sin problemas por gran parte del mundo.

Sin embargo, actualmente Estados Unidosse acerca a los 5 millones de casos de coronavirus, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Y, a pesar de que las fronteras han empezado a reabrirse a los viajes internacionales, algunos países permanecen cerrados para los ciudadanos estadounidenses.

Como consecuencia de ello, ha crecido el número de millonarios que han optado por comprar un segundo pasaporte para obtener la ciudadanía de otro país, según explica The Washington Post.

Se trata de una práctica conocida y extendida durante los últimos años, pero ha experimentado una oleada especialmente importante en los últimos meses como consecuencia de la pandemia. 

De hecho, según datos de la empresa Hanley & Partners —especializada en este tipo de prácticas—, entre enero y junio del 2020 se habría producido un aumento del 49% anual de las solicitudes de tercera nacionalidad.

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Además, en el primer trimestre del año el número de personas que solicitaron una consulta aumentó en un 42% en comparación con el último trimestre del 2019.

En este mundo elitista de la migración por inversión, las solicitudes de pasaportes no se basan en la nacionalidad o la ciudadanía, sino en la riqueza y la voluntad de moverse por el planeta, según explica la cadena estadounidenses CNN.

Los programas de ciudadanía por inversión (CIP, por sus siglas en inglés) son actualmente un sector en crecimiento, al igual que los acuerdos de residencia por inversión, también conocidos como "visas doradas".

Los multimillonarios que optan por esta práctica buscan diversificar su cartera de valores —gracias al traslado del dinero al país en cuestión— y a cambio reciben los beneficios de obtenener la ciudadanía, incluyendo un nuevo pasaporte. 

Según la CNN, entre los últimos 5 a 10 años, las principales motivaciones de los beneficiarios del CIP han sido la libertad de movimiento, los beneficios fiscales y factores de estilo de vida, como una mejor educación o libertades civiles.

Sin embargo, el COVID-19 ha transformado un poco los intereses.

En este sentido, el atractivo de los pasaportes extranjeros radica tanto en la voluntad de eludir los confinamientos, como en tener acceso al mayor número posible de sistemas de salud.

Cuánto cuesta obtener la ciudadanía y cuáles son los destinos más populares

Arton Capital es una asesoría financiera de ciudadanía global con sede en Montreal, Canadá. Además, tiene una estrategia particular en estos programas para inversores.

La empresa define la ciudadanía por inversión como "el proceso de obtener una segunda ciudadanía y un pasaporte invirtiendo en la economía del país anfitrión" —ya sea en forma de inmuebles, bonos o nuevos negocios— según ha comentado Armand Arton, presidente de la firma financiera Arton Capital, a The Washington Post.

En concreto, Arton Capital ha detectado un aumento de entre el 30% y el 40% de la demanda de servicios que ayudan a los clientes a obtener la ciudadanía en un estado soberano a través de medios financieros.

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El precio de estos servicios oscila entre los 100.000 dólares para algunas opciones del Caribe hasta los más de 2 millones de dólares para las europeas.

Montenegro y Chipre son los más populares, con un crecimiento de nuevas solicitudes de hasta 142% y 75%, respectivamente, en el primer trimestre de 2020 frente al cuarto trimestre de 2019, y Malta también continúa siendo atractiva para los millonarios, según CNN.

"Muchas personas en este grupo de patrimonio neto extremadamente alto están interesadas en Chipre y Malta, porque les otorga al solicitante y a su familia acceso ilimitado y libertad de asentamiento en toda la Unión Europea", ha explicado Travel Dominic Volek, director para Asia de Henley & Partners, otra firma mundial de asesoría en temas de ciudadanía y residencia, a CNN.

Además, Australia y Nueva Zelanda tienen una gran demanda, ya que han destacado positivamente en cuanto a la gestión de la crisis sanitaria.

"Nueva Zelanda ha salido victoriosa en términos de cómo gestionó la pandemia, comparada con algunos de los otros destinos generalmente más favorecidos como el Reino Unido o Estados Unidos", ha agregado Volek.

No obstante, solo las familias con un patrimonio neto bastante alto pueden participar en estos programas de residencia. Por ejemplo, el de Australia cuesta entre 1 y 3,5 millones de dólares, mientras que el de Nueva Zelanda oscila entre los 1,9 a los 6,5 millones de dólares.

Un concepto de más de 35 años que ha generado interés como consecuencia del COVID-19

Las solicitudes de tercera nacionalidad han existido desde hace 35 años aproximadamente.

Alrededor de 25 países como Portugal, Dominica y el Reino Unido, ofrecen formas de residencia o programas de ciudadanía por inversión como fuente de ingresos.

No obstante, según The Washington PostEstados Unidos fue el primer país en adoptar el programa.

De hecho, en 1990, el gobierno creó el Programa de Visa de Inversionista Inmigrante EB-5, que ha recibido cerca de 80.000 solicitantes desde entonces.

"Es una forma de que los estados soberanos recauden capital libre de deuda y también para impulsar más inversión extranjera directa —y combinar estos programas con otras áreas de política— para realmente mejorar la inversión en ciertas industrias", ha explicado Paddy Blewer, director de relaciones públicas de Henley & Partners, a The Washington Post.

Es importante destacar que existe un periodo de tiempo entre la solicitud y la recepción del nuevo pasaporte, por lo que realmente no constituye una solución a corto plazo. 

"No importa si te conviertes en ciudadano de Santa Lucía o de Malta; no te dejarán entrar porque has estado en Florida durante los últimos seis meses", ha sentenciado Blewer.

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