Los multimillonarios quieren tapar el sol para enfriar la Tierra: ¿alternativa real o negocio?

Una mujer tapa el sol con sus manos.

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  • La modificación de la radiación solar (geoingeniería solar) consiste en tratar de enfriar la Tierra haciendo que llegue menos sol al planeta.
  • La ONU ha dejado claro que se requiere mucha más investigación sobre sus riesgos y beneficios y que estas "medidas temporales de emergencia" surgen porque "el cambio climático continúa empeorando y algunos de sus impactos ya son irreversibles".
  • Desoyendo las advertencias, Bill Gates y Jeff Bezos proponen tapar el sol, mientras que George Soros habla de crear nubes artificiales.

Los efectos del cambio climático cada vez son más comprobables, y ahora toca correr y diseñar alternativas radicales para combatir el calentamiento global. Algunas de ellas, como la modificación de la radiación solar (SRM por sus siglas en inglés), están rodeadas de dudas acerca de su efectividad y de sus aspectos legales, políticos y éticos.

También conocida como geoingería solar, se trata —dicho de manera coloquial— de enfriar la Tierra haciendo que llegue menos sol al planeta

De una forma más científica lo explican en el informe Modificación de la radiación solar: un análisis de riesgo-riesgo, elaborado por diversos expertos para Carnegie Climate Governance Initiative (C2G).

Según dicho análisis, es un término que engloba un conjunto de enfoques que proponen reducir o detener el calentamiento global, aumentando intencionadamente la cantidad de luz solar entrante que es reflejada por la atmósfera de vuelta al Espacio. 

Las opciones de la SRM más estudiadas hasta la fecha, apuntan, son la inyección de aerosoles estratosféricos (SAI por sus siglas en inglés), la liberación intencionada de partículas finas altamente reflectantes o de sus precursores en la estratosfera, y el blanqueo de nubes marinas (MCB por sus siglas en inglés), aumentando la reflectividad de las mismas. 

"Se requiere mucha más investigación antes de considerar su implementación"

Lo que parece claro es que hay un evidente desconocimiento sobre los efectos reales de la modificación de la radiación solar. Por ello, resulta imprescindible seguir investigando. 

Lo dejó claro el panel de expertos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). En un comunicado del pasado 27 de febrero comentaron lo siguiente: "Se requiere mucha más investigación sobre sus riesgos y beneficios antes de considerar su posible implementación". 

La SRM, subrayaron, aún no está lista para un despliegue a gran escala en pos de enfriar la Tierra. Y no es un sustituto de una rápida reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, que debe seguir siendo la prioridad mundial.

 

"Existen incertidumbres significativas sobre los impactos sociales y ambientales de la SRM, y su seguridad y viabilidad. Es un mecanismo que no aborda las causas del cambio climático, por lo que no arreglará ni cambiará los impactos que ya estamos experimentando", apuntaron.

“El cambio climático está llevando al mundo a tierras desconocidas, y la búsqueda de todas las soluciones viables está en marcha”, señaló Andrea Hinwood, directora científica del PNUMA. "Sin embargo, las nuevas tecnologías deben entenderse claramente y los posibles riesgos o impactos han de identificarse antes de ponerse en uso", agregó.

Para Hinwood, “ha habido muchos avances en la investigación de la SRM y avances importantes en el modelado, pero necesitamos mucha más evidencia empírica sobre los riesgos y las posibles consecuencias antes de exponer nuestra única atmósfera a esta tecnología”.

Afirmó, por añadidura, que "el sector privado y los reguladores deben abordar las incertidumbres básicas que rodean a estas tecnologías, responder algunas preguntas fundamentales sobre la seguridad y emplear el principio de precaución antes de que se pueda contemplar la SRM".

Hacen hincapié, además, en que estas medidas temporales de emergencia se están planteando en el discurso público y científico, "ya que los esfuerzos globales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no están en camino de cumplir con el objetivo del Acuerdo de París de 1,5° C. El cambio climático continúa empeorando, con algunos de sus impactos ya irreversibles".

El cambio climático está trastornando nuestro sistema alimentario, lo que lo hace vulnerable a futuras crisis

Aunque no tan severos, los 110 científicos y biólogos que firmaron esta carta abierta, opinan en una línea similar. 

Destacan la importancia de proceder con una investigación responsable para evaluar objetivamente el potencial de la SRM. E inciden: "Cualquier decisión de usarlo activamente, también debería ir precedida de trabajo para abordar los complejos aspectos legales, éticos y políticos de tomar tal decisión".

Un Acuerdo Internacional de No Uso de la Geoingeniería Solar

También hay quien está absolutamente en contra de la modificación de la radiación solar. En enero de 2022, el grupo Solar Geoengineering Non-Use Agreement, al que, aseguran, ya se han adscrito 410 académicos de 60 países, publicó una carta abierta para pedir un Acuerdo Internacional de No Uso de la Geoingeniería Solar.

En ella, afirman que las crecientes llamadas a la investigación y el desarrollo en geoingeniería solar son motivo de alarma. Detallan 3 preocupaciones fundamentales:

  • Los riesgos de la geoingeniería solar se desconocen y no podrán ser conocidos por completo. Sus impactos varían para diferentes regiones, existiendo incertidumbre sobre sus efectos en los patrones climáticos, la agricultura y la provisión de recursos para la satisfacción de necesidades básicas a nivel hídrico y alimentos.
  • Existe incerteza sobre la disponibilidad futura de este tipo de tecnologías y en avanzar en los procesos de descarbonización lo antes posible. Se corre el riesgo de que la modificación de la radiación solar se convierta en un argumento poderoso para que grupos de presión de la industria, negacionistas climáticos y algunos gobiernos retrasen sus políticas en descarbonización.
  • El sistema actual de gobernanza global no es apto para desarrollar e implementar acuerdos de largo alcance, necesarios para mantener un control político justo, inclusivo y eficaz sobre el despliegue de la geoingeniería solar. 

Según este grupo, la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente o la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático son incapaces de garantizar un control multilateral equitativo y eficaz sobre el despliegue de tecnologías de geoingeniería solar a escala global. 

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, dominado por solo 5 países con poder de veto, agregan, "carece también de la legitimidad que se requeriría a nivel global para regularla eficazmente".

El acuerdo para el que hacen el llamamiento, indican, debería comprometer a los gobiernos en estas 5 medidas y prohibiciones básicas:

  1. El compromiso de prohibir a las agencias de financiamiento nacional el apoyar el desarrollo de tecnologías para la geoingeniería solar, y a través de instituciones internacionales.
  2. El compromiso de prohibir los experimentos al aire libre en áreas bajo su jurisdicción de tecnologías de SRM.
  3. El compromiso de no otorgar derechos de patente a tecnologías de modificación de la radiación solar, incluidas las tecnologías de soporte como las de reacondicionamiento de aviones para inyecciones de aerosoles.
  4. El compromiso de no instalar tecnologías de geoingeniería solar desarrolladas por terceros países.
  5. El compromiso de oponerse a una futura institucionalización global de la SRM como opción de política en instituciones internacionales pertinentes, incluido el modelamiento y evaluación de escenarios por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.

Tapar el sol o crear nubes artificiales

Una expresión utilizada por los que rechazan de pleno la posible utilización de la modificación de la radicación solar es que eso sería como "jugar a ser Dios".  

Seguramente pensarán que eso es lo que pretende hacer Bill Gates, del que en enero de 2021 se supo que lideraba un proyecto para tapar el sol

Su plan incluía el uso de unos particulares globos aerostáticos para lanzar a la atmósfera toneladas de polvo de carbonato de calcio no tóxico: un material elegido por su capacidad para reflejar la luz solar y, así, reducir los efectos del calentamiento global. 

Otro milmillonario interesado en la geotermia es Jeff Bezos. También en 2021 se conoció que a través de su empresa, Amazon —y en asociación con el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR, por sus siglas en inglés) y la ONG de geoingeniería SilverLining—, tenía intención de crear una serie de simulaciones para averiguar qué sucedería al tapar algunos de los rayos del sol.

Otro buen ejemplo es el de George Soros, que, en la Conferencia de Seguridad de Múnich 2023, se refirió a David King, al que defino como "un científico especializado en fenómenos climáticos". 

King, resaltó Soros, "quiere recrear el efecto albedo mediante la creación de nubes blancas en la alta atmósfera. Con las salvaguardas científicas adecuadas y el consejo de las comunidades indígenas locales, este proyecto podría ayudar a re-estabilizar el sistema climático del ártico, que regula al sistema climático mundial entero".

En el MIT buscan, igualmente, alternativas. De hecho, están planteando utilizar una flota de burbujas espaciales que consigan enfriar la temperatura de la Tierra reflejando la luz solar lejos de este planeta. 

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