Elon Musk quiso liderar OpenAI pero los otros fundadores no le dejaron y forzaron su salida

Sarah Jackson
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Elon Musk quiso liderar Open AI pero los otros fundadores no le dejaron
  • Elon Musk intentó hacerse cargo de OpenAI en 2018, pero se alejó después de que Sam Altman y otros fundadores rechazaran sus planes.
  • Hoy, es un crítico de OpenAI y dice que su forma actual "no es lo que pretendía en absoluto".

Cuando Elon Musk dejó la junta de OpenAI en 2018, tan solo tres años después de haberla fundado junto a Reid Hoffman, Sam Altman y otros millonarios, la empresa declaró que lo había hecho por un conflicto de intereses: Musk necesitaba desarrollar su propia tecnología de inteligencia artificial para los Tesla y no quería competir con otra de las empresas de su cartera por atraer el talento necesario. 

Sin embargo, un artículo de Semafor desvela que su salida se produjo tras un intento fallido de tomar el control y la dirección de la empresa. 

Según revela esa información, a final de 2017, la dirección de OpenAI no tenía clara su hoja de ruta. Para Musk, la tecnología no estaba evolucionando con la suficiente celeridad y se estaba quedando atrás, frente a las innovaciones de Google en la creación de arquitectura con redes neuronales; el pilar de la inteligencia artificial.

Su solución era la de inyectar una cuantiosa donación a la empresa, que por aquel entonces operaba como una organización sin ánimo de lucro y tomar el control de la empresa como director. Sin embargo, los otros miembros de la junta, como Sam Altman, rechazaron su idea de plano y forzaron su salida, que se produjo en febrero de 2018.

A pesar de que la declaración oficial apuntaba a que los fundadores habían quedado en buenos términos y que Musk seguiría invirtiendo una suma cercana a los mil millones de dólares, el magnate dejó de inyectar dinero en OpenAI.

 

La compañía explicaba en su blog respecto a la salida del fundador que "a medida que Tesla continúa centrándose más en la IA, esto eliminará un posible conflicto futuro para Elon". 

A partir de ese momento, OpenAI dio un drástico cambio en su hoja de ruta. Para empezar, dejó de ser una fundación sin ánimo de lucro para convertirse en una empresa que buscaba la rentabilidad a través de vender una tecnología de vanguardia.

Sus planes, no obstante, precisaban de una importante inversión inicial que sufragara los elevados costes de desarrollo. Según el informe, varios inversores, inseguros sobre la viabilidad de la empresa, retiraron sus ofertas dejando a la empresa en la incertidumbre.

A final de 2019, Microsoft entró al rescate con una inversión de mil millones de dólares, que le permitieron construir unas super máquinas capaces de elevar el potencial de la inteligencia artificial.

Para Musk, sin embargo, este cambio de ruta ha echado por tierra la esencia de OpenAI. 

Desde que dejó la junta, Musk se ha convertido en un crítico abierto de la empresa. Un año después de su salida, dijo que "no estaba de acuerdo con algo de lo que el equipo de OpenAI quería hacer". 

Más adelante, en 2020, afirmó que la firma "debería ser más abierta".

Ya con la llegada del debut de OpenAI, el ChatGPT, Musk afirmó que "OpenAI se inició como código abierto y sin fines de lucro. Ninguno de los dos sigue siendo cierto", aunque también afirmó, en un hilo de Twitter de Altman, que "ChatGPT es terriblemente bueno. No estamos lejos de una IA peligrosamente fuerte".

No obstante, Musk ha seguido criticando a la empresa. El mes pasado, el magnate publicó en Twitter que "OpenAI se creó como una empresa de código abierto (por eso la llamé IA "abierta"), para que sirviera como contrapeso a Google, pero ahora se ha convertido en una empresa de código cerrado y máxima rentabilidad controlada efectivamente por Microsoft. No es lo que pretendía en absoluto.

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