Nacho Giménez, el español que empezó su carrera en las refinerías de BP y ahora dirige su división de capital riesgo

Tasmin Lockwood,
Nacho Giménez, director y socio de BP Ventures.
Nacho Giménez, director y socio de BP Ventures.

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Nacho Giménez, director y socio de la rama de capital riesgo de BP, nunca pensó que llegaría a ser inversor de capital riesgo.

Giménez, que ha ido ascendiendo y ocupando diferentes puestos relacionados con el comercio y el transporte en BP, empezó en la empresa en 2001 como ingeniero químico, y reconoce que "no sabía realmente" lo que era el capital riesgo cuando surgió la oportunidad de cambiar a BP Ventures.

"No sabía nada de puestos en el consejo de administración ni de cargos. No sabía nada sobre cómo aportar el mejor liderazgo o las mejores prácticas a las empresas. Todo eso lo tenía que aprender. Fue emocionante", afirma.

Giménez se puso al día en el sector muy pronto; ahora, 5 años después, dirige un equipo global de 14 personas en BP Ventures.

El capital riesgo corporativo se diferencia del tradicional en que no tiende a centrarse únicamente en la obtención de grandes beneficios, sino que busca realizar inversiones estratégicas para lograr objetivos concretos. BP ha manifestado que su meta es alcanzar las emisiones netas de carbono cero en 2050.

Giménez explica que BP Ventures "es más importante que nunca" para ayudar a la petrolera a cumplir sus ambiciones de cero emisiones. Se pasa el día buscando nuevas tecnologías renovables y modelos de negocio, estudiando lo que hay disponible y cómo puede BP ayudar a sus clientes a llegar a cero emisiones netas.

"Para mí, se trata de saber dónde puedo tener un mayor impacto", cuenta a Business Insider, haciendo referencia a la inversión de recursos de BP.

BP Ventures invierte entre 5 y 10 millones de euros en rondas de la serie A a la D, pero su punto fuerte es la serie B.

Giménez comenta que se dedica a buscar startups de tecnología climática que tengan tracción, escalabilidad y un buen equipo que escuche la opinión del cliente. "Un mal equipo con una gran tecnología no tienen ningún futuro", señala.

Entre sus inversiones más recientes se encuentran BTR Energy, una empresa de software que dice estar ayudando al sector del transporte en EEUU a dejar de depender del carbón; BluSmart, una empresa de transporte de vehículos eléctricos; y Flylogix, que utiliza drones para detectar metano.

Giménez explica que lo que más le entusiasma son las herramientas que pueden ayudar a ampliar las soluciones climáticas naturales, los mercados de carbono y la movilidad eléctrica, así como las que ayudan a los clientes de BP a dejar de depender del carbón.

'Hay que ser valiente y no tener miedo a lo desconocido'

Giménez empezó a trabajar en una de las refinerías de petróleo de BP en España tras abandonar su doctorado. Su trabajo consistía en garantizar la seguridad en la fábrica donde se producían los combustibles.

Luego pasó a la planta de comercialización de Londres, donde coordinaba la compra de crudo. Ahí pasó 2 años ejecutando modelos matemáticos para estudiar las condiciones del mercado, qué tipo de crudo comprar, qué productos saldrían de ese crudo y cómo se venderían esos productos.

Además de eso, tenía que ponerse de acuerdo con el departamento de suministros, que determinaba si un invierno iba a ser muy frío o si en cualquier periodo vacacional se necesitaría más producto.

Al ascender internamente, pasó los siguientes 10 años analizando las tendencias a largo plazo del mercado para garantizar que BP tuviera un modelo de negocio sostenible. Durante ese análisis notó un cambio en el mercado hacia la sostenibilidad medioambiental.

"A principios de 2007, el mercado se centraba mucho en el crudo pesado. Poco a poco, las cosas empezaron a cambiar hacia productos más ligeros y gas que creaban menos emisiones", comenta.

Dice también que cada vez le preguntaban más por las energías renovables y la energía solar, y que esas preguntas han coincidido con el hecho de ser padre. "Empecé a pensar que quería darle un sentido más profundo a lo que hacía", indica Giménez.

Afirma que su interés por la innovación se vio estimulado por una viñeta del New Yorker que decía: "Sí, el planeta se destruyó. Pero durante un bello momento creamos valor para los accionistas".

Giménez añade que, aunque su transición al capital riesgo fue en cierto modo el resultado de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado, siempre ha sido una persona curiosa y abierta a nuevas oportunidades.

Su consejo para cualquiera que quiera entrar en el capital riesgo es "ser flexible".

"Crea un abanico de opciones que podrían ser oportunidades y explora por qué piensas en ellas. ¿Encajan con tus valores? No hay nada peor que estar en un papel en el que tus valores no encajen: hace que el trabajo sea muy, muy difícil. Sé valiente, ten coraje, y no tengas miedo a lo desconocido", aconseja.

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