La próxima misión espacial de la NASA de 1.000 millones de dólares enviará un dron con batería nuclear a Titán, la luna helada de Saturno

Una representación de la misión de la NASA.
Una representación de la misión de la NASA.
  • La próxima misión de la NASA al espacio de 1.000 millones de dólares enviará un helicóptero nuclear para explorar los cielos de la luna de Saturno, Titán.
  • Este dron llamado Dragonfly investigará la luna helada, recogiendo muestras y midiendo las composiciones de la superficie de Titán.
  • Ese análisis ayudará a los científicos a buscar señales de vida en la luna lejana.
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La NASA ha anunciado el próximo gran hito de la humanidad en la exploración espacial.

En 15 años, los científicos podrían aterrizar un dron en la superficie de la luna helada de Saturno, Titán, según ha dicho la agencia espacial. El dron, llamado Dragonfly, analizará la superficie de la luna mientras busca señales de vida microbiana pasada -o presente-.

Según la NASA, el lanzamiento de Dragonfly está programado para alrededor de 2026 y llegar a Titán en 2034. Este proyecto es uno de entre una docena de misiones de 850 millones de dólares que los equipos de investigación presentaron a la agencia espacial en 2017.

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"Esta misión de vanguardia habría sido impensable hace apenas unos años", explica el administrador de la NASA Jim Bridenstine en un comunicado sobre el viaje de Dragonfly a Titán. "Visitar este misterioso mundo oceánico podría revolucionar lo que sabemos sobre la vida en el universo."

¿Por qué Titán? 

Una imagen coloreada artificialmente de la luna de Saturno, Titán, que muestra sus lagos, montañas y otras características de su superficie.
Una imagen coloreada artificialmente de la luna de Saturno, Titán, que muestra sus lagos, montañas y otras características de su superficie.

Titán es uno de los muchos mundos oceánicos en nuestro sistema solar, incluyendo Encélado, Plutón, Europa y Ganímedes, que podrían ser adecuados para albergar vida.

Es la luna más grande de Saturno y la segunda más grande del sistema solar. Los científicos también se refieren a él como una "proto-Tierra" debido a su tamaño y composición.

La superficie de Titán tiene lagos de hidrocarburos líquidos, como el metano (el ingrediente clave del gas natural), así como nubes de etano y niebla ricos en moléculas que contienen carbono. La atmósfera de Titán consiste principalmente de nitrógeno, como la de la Tierra, pero es cuatro veces más gruesa que la que rodea a nuestro planeta. Así que mientras que ningún ser humano podría respirar allí, el aire espeso es útil para los drones voladores.

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Además, un enorme océano de agua líquida podría existir debajo de la corteza de hielo de aproximadamente 60 millas de espesor de Titán.

Todo esto hace de Titán un candidato privilegiado para la búsqueda constante de señales de vida en el espacio. 

"Titán es el único otro lugar en el sistema solar conocido por tener un ciclo de líquidos similar al de la Tierra que fluye a través de su superficie", tuitea Thomas Zurbuchen, administrador de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA. "Dragonfly explorará los procesos que dan forma a este extraordinario ambiente lleno de compuestos orgánicos - los bloques de construcción de la vida tal como la conocemos."

Un dron con plutonio de 1.000 millones de dólares

Plutonio

Titán es un mundo gélido donde las temperaturas de la superficie rondan los - 179 grados Celsius. La luz del sol es mucho más tenue en Saturno - alrededor de un 1% de la fuerza con la que llega a la Tierra - por lo que los paneles solares no serían suficientes para alimentar la energía de una nave espacial allí.

Para  propulsar Dragonfly y evitar que sus circuitos y motores se congelen en Titán, el equipo detrás de la misión recibirá una fuente de alimentación llamada generador termoeléctrico radioisotópico, o RTG.

En resumen, el dispositivo convierte la energía térmica en electricidad. El corazón latiente de un RTG es una sustancia radioactiva llamada plutonio-238 (Pu-238) que, hasta hace poco, se fabricaba como subproducto de la producción de armas nucleares de la Guerra Fría. A medida que el Pu-238 se descompone, el material hierve a fuego lento. En un RTG, ese calor pasa a través de una cubierta de materiales termoeléctricos que pueden convertir una fracción de ese calor en voltaje.

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Dron Dragonfly de la NASA

En una nave espacial, un RTG emite un calor duradero que ayuda a proteger los frágiles componentes electrónicos. El uso de un RTG como fuente de energía en lugar de paneles solares también reduce el peso total de un robot para misiones en el espacio profundo.

Además, la mitad de cualquier cantidad de Pu-238 tarda unos 87 años en descomponerse en un material más estable, lo que significa que una misión espacial que depende de la sustancia puede durar décadas.

La NASA planea proveer 850 millones de dólares para diseñar, probar y construir Dragonfly. Además, la agencia proporcionará un RTG para la nave espacial y también financiará su lanzamiento con un potente (y hasta ahora desconocido) cohete.

Si Dragonfly llega a Titán a salvo después de su viaje de ocho años, utilizará mapas creados por la misión Cassini de la NASA para "saltar" alrededor del mundo lejano en vuelos que durarán hasta 8 kilómetros. En total, la nave espacial puede volar más de 160 kilómetros durante su primera misión.

La NASA espera que esa aventura dure unos dos años y ocho meses, aunque otras naves espaciales propulsadas con plutonio, como las sondas Voyager, han durado décadas.

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