El negocio del 'streaming' tiene un problema de rentabilidad hasta para quienes se han creído la publicidad desde el principio, como Peacock

Fotograma de 'Poker Face', el último éxito estrenado en Peacock.
Fotograma de 'Poker Face', el último éxito estrenado en Peacock.

Peacock

  • Tras presentar resultados, Peacock ha tomado la estrategia de Netflix: proyectar un difícil escenario económico para que los inversores no perciban un excesivo optimismo como muestra de temeridad. 
  • La pregunta, como ha pasado durante la presentación de resultados de otras compañías de la competencia, es si el mercado va a tener tanta paciencia. 

2022 fue una auténtica prueba de fuego para el negocio del streaming. Y 2023 no parece que presente mejores perspectivas. Para la mayoría de las compañías que operan en este ámbito cuadrar los balances está resultando misión imposible, algo que ha vuelto a quedar en evidencia tras la presentación de resultados de Peacock, la plataforma de streaming de NBC Universal (la unidad de entretenimiento de Comcast). 

Al igual que otras empresas de su entorno, no ha conseguido que el crecimiento en suscriptores en el último trimestre haya amortiguado las pérdidas. Y lo peor, según ellos, todavía está por llegar. 

Peacock ha cerrado 2022 añadiendo 5 millones de suscriptores a su plataforma, lo que eleva la cifra total de clientes de alguna de sus versiones de pago (AVOD y SVOD) a 20 millones. 

Estiman que las pérdidas (cercanas a 1.000 millones de dólares en el último trimestre) alcancen su cota máxima en 2023, con una proyección de 3.000 millones, un pico de deuda que se revertirá a partir de 2024, año que marcará su entrada en beneficios. 

La compañía parece haber tomado nota de la estrategia de Netflix: proyectar un difícil escenario económico para que los inversores no perciban un excesivo optimismo como muestra de temeridad. La pregunta, como ha pasado durante la presentación de resultados de otras compañías de la competencia, es si el mercado va a tener tanta paciencia. 

 

Peacock es muy consciente de que Wall Street no quiere únicamente un streaming con resultados económicos positivos, sino también un modelo de negocio sostenible, con algún plan B que permita distintas vías de ingresos, especialmente de la publicidad. En este sentido juegan con cierta ventaja.

El cordcutting hizo que NBC Universal comprendiese que era necesario ofrecer acceso a su catálogo de contenidos de forma más asequible y alineada con la manera de consumir entretenimiento en la actualidad, especialmente entre las audiencias más jóvenes. 

Tan solo hacía falta encontrar una forma que se pudiese conciliar con sus otros negocios (televisión de pago y en abierto). El resultado fue Peacock, una plataforma con sus tres niveles de acceso (abierto con publicidad, suscripción con publicidad —AVOD— y suscripción sin publicidad —SVOD—). Esta fórmula ha sido el as en la manga de la compañía, una manera sencilla de generar negocio y renovar audiencias sin morder la mano que les da de comer: los anunciantes. 

Ahora, tras las dificultades de lanzar un negocio en plena crisis sanitaria mundial, se suma un montón de competencia que quiere un trozo del AVOD. 

Winter is here (El invierno ha llegado, en español)

Kelly Campbell, presidenta Peacock.
Kelly Campbell, presidenta Peacock.

Peacock

 Peacock probablemente sea una de las plataformas con más debilidades del mercado.  

La pandemia afectó muchísimo al lanzamiento, ya que atacó a una de las grandes líneas de flotación de su oferta: los deportes. 

Las circunstancias la obligaron a trasladar el foco de la versión en abierto a las versiones de pago, un sector que comenzaba a estar muy saturado. Esto no ha hecho sino aumentar la presión sobre una compañía cuyo mercado está circunscrito a un único país (Estados Unidos) ya que, a diferencia de la competencia, no ha mostrado interés en asumir sola los riesgos de escalar el negocio internacionalmente. 

A nivel europeo, de hecho, lo hará a través de Sky Showtime, una joint venture con Sky y Paramount Global. 

20 millones de suscriptores pueden parecer pocos, en especial si se compara la cifra con las que tiene la competencia. Pero en un territorio tan difícil como Estados Unidos, no es un logro menor. El pasado diciembre, además, marcó un hito importante para la compañía. Por primera vez conseguía una cuota del 1% en el total de visionados de televisión dentro del panel Nielsen. 

Las cifras de engagament de sus clientes de pago, además, están muy por encima de lo que se proyectó hace 3 años: "Estamos registrando más de 20 horas de visionado mensuales en los suscriptores de pago" afirmaba hace un mes Jeff Shell, CEO de NBC Universal.

¿Y ahora qué?

El mensaje de la compañía durante la llamada a inversores fue muy claro a pesar de los malos resultados: NBC Universal tiene la vocación de convertir la plataforma en un eje estratégico de su plan de distribución. 

Gran parte de su contenido está ya, de hecho, migrando hacia el streaming. Peacock cuenta con el catch up del contenido de NBC a las 24 horas de su emisión (que antes se licenciaba a Hulu) y con contenidos del canal de televisión por cable Bravo. 

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También ofrece retransmisiones simultáneas televisión-bajo demanda (como el partido de futbol americano del domingo por la noche) y ha probado suerte con los estrenos simultáneos (day and date) en cines y plataforma.

NBC Universal sabe que Peacock necesita reforzar el atractivo de sus contenidos si quiere aumentar su base de clientes de pago y, por extensión, generar beneficios. Pero para una empresa como esta, con negocios e intereses en todas las ventanas, preservarlas y exprimirlas al máximo también debe ser una prioridad. El reto, al menos de momento, es atinar con la proporción adecuada de plazos y contenidos para conseguir un mínimo de rentabilidad.

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