Netflix se reorganiza para amortiguar la caída de 2 millones de clientes que espera para el próximo trimestre, con medidas que incluyen despidos, cancelaciones y estrenos estratégicos

Elena Neira
Fotograma de 'Money Heist', la versión coreana de 'La Casa de Papel'.
Fotograma de 'Money Heist', la versión coreana de 'La Casa de Papel'.

Netflix

Los malos resultados de Netflix en el primer trimestre del año y las pésimas proyecciones que han hecho para el próximo están haciendo mella en la compañía. 

A la fuerte caída en su cotización bursátil y la pérdida de confianza del mercado se ha sumado una demanda judicial de sus accionistas, por presunto fraude a la hora de informar sobre aspectos clave relacionados con su crecimiento

Netflix está capeando el temporal con distintas medidas que ponen de manifiesto una reorganización estratégica. ¿El objetivo? Frenar la caída de suscriptores y tener mejores noticias cuando, en 3 meses, toque rendir cuentas ante los inversores.

Es evidente que en Wall Street se ha producido un cambio de chip en lo que al negocio del streaming se refiere. Durante años premió el crecimiento, incluso a costa de hacer la vista gorda ante unos beneficios escasos e, incluso, inexistentes.

Medidas insólitas tras el trimestre 'horribilis' de Netflix: un pésimo registro de suscriptores que llevará a la compañía a decir adiós a las cuentas compartidas y dar la bienvenida a la publicidad

Ahora, ante un crecimiento que presenta signos de fatiga dada la saturación de mercado, la mirada se dirige hacia la rentabilidad. Muy especialmente en el caso de Netflix, que durante años consiguió desviar la atención de la tesorería negativa gracias al crecimiento constante de clientes.

Las medidas que está desplegando están alineadas con esta nueva filosofía. De un lado, quieren mejorar la eficiencia de los gastos (aligerando departamentos y descartando proyectos de éxito dudoso) y, de otro, frenar las bajas (con estrenos de propiedades estrella).

Recortes de personal 

Los despidos suelen ser una de las primeras consecuencias ante unos malos resultados económicos. En el caso de Netflix, el hacha ha caído sobre el staff de Tudum.

La web se lanzó con la vocación de ser un punto de encuentro para fans de sus originales, que podían acceder avances exclusivos de contenido e información adicional. De manera indirecta, el site permitía tomar el pulso a la audiencia y tener una idea de los contenidos más anticipados.

Como informaba Variety hace unos días, la reorganización ha afectado a 25 personas que trabajaban en este departamento. Cinco de ellos, en declaraciones aBusiness Insider, cuentan que Netflix tenía una visión estratégica poco clara, sin métricas claras para el éxito, y una supuesta independencia editorial que finalmente se convirtió en "marketing de contenidos glorificado", como apunta una de las personas que ha sido despedida. "Nos vendieron esta falsa fantasía", comparte un segundo miembro del personal que fue despedido. "Nos han estafado".

Netflix ha declarado que Tudum sigue adelante, aunque con menos personal al frente. De momento se desconoce si otros departamentos de la compañía experimentarán reorganizaciones similares.

Cancelaciones y purga de proyectos

Tras los resultados del primer trimestre del año todas las miradas se posaron en la que siempre ha sido el talón de Aquiles de la compañía: su política de producción original. Hay muchos competidores en el mercado y la gran mayoría con porfolios cuajados de valiosas propiedades intelectuales. 

En este nuevo escenario la apuesta de Netflix por el volumen comienza a mostrar signos de agotamiento, no solo hacia afuera (cada vez es más difícil destacar frente a estrenos de la competencia de primer nivel) sino también hacia adentro. 

Como explicaba Kim Masterson enThe Hollywood Reporter, varios trabajadores han declarado off the record que lo único que se consigue con semejante volumen de producción es que los estrenos se canibalicen entre sí.

El audiovisual ha confiado durante años en el gancho del contenido para seducir al público, pero ahora afronta el más difícil todavía: mantener la producción, ajustar los precios y aumentar los márgenes

Si la máxima de Netflix es la eficiencia de la inversión y las producciones eficientes son las que tienen un impacto real y significativo en su bien más preciado (el número de suscriptores) el nuevo panorama ha hecho que las cancelaciones sean muy necesarias

Netflix ya ha anunciado que Space Force, Pretty Smart y Raising Dion no tendrán continuidad. A estas cancelaciones se ha sumado el descarte de proyectos apalabrados. 

Con respecto a estos últimos, uno de los que más titulares ha acaparado esta semana es que Netflix haya decidido pasar de Pearl, la serie de animación creada por Meghan Markle centrada en las aventuras de una niña de 12 años que se inspira en mujeres influyentes de la historia. El abandono del proyecto parece un efecto colateral de la presión de Disney en lo que a contenido infantil y juvenil se refiere. 

Pearl no ha sido la única. Según ha informaThe Wrap, entre los proyectos descartados de este género se encuentran Bone (basada en la serie de cómics de Jeff Smith) y The Twits, adaptación de Roald Dahl (que todavía podría ver la luz como película). Según han declarado de extrabajadores de la división Kids&Family, esto es una respuesta directa a las circunstancias actuales. 

Netflix ya no quiere ser una "casa de talento" fichado a cambio de elevadas sumas de dinero, sino el "hogar de contenidos que la audiencia quiera ver".

Estrenos estratégicos

Adoptar una política conservadora en cuanto a los gastos es solo una cara de la moneda. La otra es la apuesta por contenidos que puedan generar mucho retorno e invertir la tendencia negativa. Netflix es consciente de que un éxito como el protagonizado por El juego del calamar podría cambiar por completo la fotografía. 

Por eso no ha extrañado que, apenas una semana después de su martes negro, la compañía haya anunciado el estreno del remake coreano de La casa de papel. La serie llegará a la plataforma el 24 de junio, apenas 6 meses después de que la versión española echase el cierre y con el fenómeno del calamar a punto de diluirse en la memoria. 

Este podría ser uno de los estrenos que provocase el tsunami de altas necesario para compensar el bajón trimestral, ya que la serie llegará una semana antes del cierre de su balance. 

Netflix encara un trimestre clave en su historia. En los próximos 3 meses necesitará adoptar muchas más medidas impopulares y apostarlo todo a sus caballos ganadores. Este parece ser el único camino posible para demostrar que la caída ha sido algo coyuntural y no lo que muchos aseguran: un cambio de tendencia que contra el que Netflix tendrá poco que hacer. 

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