Ni brillantes Rolex ni bolsos Louis Vuitton: por qué los ricos está invirtiendo en educación y salud

Don't over-staff.
Don't over-staff.Alan Crowhurst/Getty Images
  • Los ricos están siendo más discretos con su dinero y gastan menos en diamantes, Lamborghinis o Rolex brillantes.
  • Mostrar la riqueza ya no es la manera de querer indicar riqueza.
  • Invertir en cosas como la educación y la salud ayuda a los ricos a impulsar la movilidad social y obtener acceso a lo que la clase media no puede.

Tener un bolso Louis Vuitton, un Bugatti de millones de dólares o de un brillante Rolex ha sido siempre un símbolo de estatus.

Pero ese brillo cada vez se está viendo menos entre la comunidad de ultrarricos. Están gastando más que nunca en seguridad y privacidad, cambiando casas solitarias en lo alto de una colina por viviendas invisibles en vecindarios sin imágenes de Google Street View.

Y en una era en que el consumo masivo significa que tanto la clase alta como la clase media pueden poseer la misma marca de lujo, los ricos están renunciando a los bienes materiales para invertir en medios inmateriales como una forma de mostrar el estatus. Es lo que Elizabeth Currid-Halkett denomina consumo discreto en su libro The Sum of Small Things: A Theory of an Aspirational Class.

Es lo opuesto al consumo conspicuo, un término concebido por Thorstein Veblen en La Teoría de la Clase Ociosa que se refiere al concepto de usar elementos materiales para mostrar estatus social, un sello distintivo de la élite, según escribe Currid-Halkett en un artículo en la BBC.

Una exhibición llamativa como un bolso de lujo ya no significa riqueza como solía hacerlo.
Una exhibición llamativa como un bolso de lujo ya no significa riqueza como solía hacerlo.Anke Grelik/Getty Images

Básicamente, mostrar la riqueza ya no es la manera de señalar la riqueza. En concreto, el 1% de los más ricos estadounidenses han estado gastando menos en bienes materiales desde 2007, según apunta Currid-Halkett, citando datos de la encuesta de gastos del consumidor de EE. UU.

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Pero no solo es una tendencia creciente entre millonarios y multimillonarios, sino que también se practica por lo que Currid-Halkett llama "la clase aspiracional".

"Esta nueva élite consolida su estatus a través del conocimiento valioso y la construcción de capital cultural, sin mencionar los hábitos de gasto que lo acompañan", indica Currid-Halkett. "Evitando un materialismo abierto, los ricos están invirtiendo significativamente más en educación, jubilación y salud, —todos los cuales son bienes inmateriales—, pero cuestan mucho más que cualquier bolso que un consumidor de ingresos medios pueda comprar".

Invertir en educación impulsa la movilidad social

Ese nuevo tipo de consumo pasa desapercibido para la clase media, pero sí que lo percibe la élite lo que lo hace tan discreto — Currid-Halkett lo ha definido como una forma abreviada de que la élite muestre su "capital cultural" ente sí y cimiente su estatus.

Las demostraciones de conocimiento, como citar artículos del New Yorker, son una forma de mostrar este capital cultural, brindando la posibilidad de influir al subir en la escala social y hacer conexiones. "En resumen, el consumo discreto confiere movilidad social", escribe Currid-Halkett.

Invertir en una educación de primer nivel es una de las formas en que los ricos están mostrando su riqueza.
Invertir en una educación de primer nivel es una de las formas en que los ricos están mostrando su riqueza.Maddie Meyer/Getty Images

JC Pan, de New Republic, ha escrito que los padres están tratando de reproducir su posición de clase en sus hijos: "Compran a sus hijos productos en tiendas exclusivas de salud, los llevan de viaje a las Galápagos y, —lo que es más importante—, les brindan todas las ventajas educativas, desde educación infantil de lujo hasta tutores para preparar la entrada a la universidad o el pago de la matrícula de la Ivy League. En 2014, el 1% de los más ricos gastó un 860% más que la media nacional en educación".

Un ejemplo son las familias ricas que gastan millones para vivir a poca distancia a pie de las mejores escuelas públicas, primarias y secundarias del país, o las que pagan hasta 60.000 dólares por un viaje a la universidad en un jet privado: hacen una inversión de este tipo en educación con la esperanza de preparar a sus hijos para un futuro exitoso y bien conectado.

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Y los padres mismos invierten en sus propios conocimientos y logros trabajando todo el tiempo, otra forma moderna de mostrar estatus, ha informado Shana Lebowitz, de Business Insider EE.UU.

Como lo expresa Currid-Halkett, "Para la clase aspiracional de hoy, las opciones de consumo discretas aseguran y preservan el estatus social, incluso si no lo muestran necesariamente".

Salud y bienestar también representan estatus

Un reciente artículo de Vogue explica que la salud y el bienestar se han convertido en un símbolo de estatus de lujo, y tiene sentido.

"La elite cultural gasta relativamente poco en productos de belleza, pero derrocha en ejercicio, porque piensa que los cuerpos (como la comida) deben parecer naturales", ha escrito el reportero delFinancial Times Simon Kuper en un análisis sobre la élite cultural.

"El cuerpo delgado y tonificado expresa la cosmovisión de esta clase: incluso el ocio debe ser productivo. En lugar de rastrear centros comerciales, los miembros de la clase narran sus excursiones familiares en Facebook", continua Kuper.

Los ricos están invirtiendo en salud, incluyendo cuotas de gimnasios costosos como Equinox, para indicar el estatus.
Los ricos están invirtiendo en salud, incluyendo cuotas de gimnasios costosos como Equinox, para indicar el estatus.Equinox Facebook

Algunos neoyorquinos con buenos sueldos llegan a pagar hasta 900 dólares mensuales por su cuota de gimnasio en Manhattan's Performix House-  para lo cual hay que seguir además un riguroso proceso de solicitud, entrada privada y estudio de contenido para personas influyentes en las redes sociales, a cambio el gimnasio de élite promete lo mejor en salud y bienestar.

Es el mismo sentimiento evocado al salir de una clase de 30 dólares de Soul Cycle (un tipo de spinnig que se ha puesto de moda en Estados Unidos) para comprar un zumo verde de 10 dólares o tener una cuota de más de 200 dólares en una de las cadenas de gimnasios más elegantes del país, Equinox, donde, según el rumor, solo hay gente guapa haciendo ejercicio y las clases son impartidas por exdeportistas olímpicos. Incluso ofrece una cuota ultra exclusiva de 26.000 dólares para magnates viajeros.

"Parece que es la única manera aceptada de alarde", dice a Vogue una spinner de Soul Cycle. "Eres un idiota si te jactas coche o de cuánto dinero ganas, pero presumir de cuánto pedales es normal, aunque sigue siendo muy molesto".

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