Así convirtió Niklas Östberg, CEO y cofundador de Delivery Hero, una startup en un compañía cotizada de más de 16.000 millones a la que ahora se sumará Glovo

Niklas Östberg, CEO y cofundador de Delivery Hero.
Niklas Östberg, CEO y cofundador de Delivery Hero.
  • Niklas Östberg fundó Delivery Hero en 2010. Una década más tarde, la compañía es uno de los gigantes del reparto de comida a domicilio: opera en 50 países y suma más de 43.000 empleados.
  • De joven, soñaba con convertirse en "el mejor esquiador de fondo del mundo". Ahora todo ha cambiado, aunque asegura que la fortaleza que le dio el deporte sigue marcando su camino.
  • En una reciente conversación con la consultora McKinsey, Östberg comparte su visión y estrategia de gestión: "El éxito se siente mejor cuando nadie cree en ti".
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Cuando la presión de los competidores es asfixiante y la compañía está quemando más dinero del que debería. Cuando sus productos no evolucionan lo suficientemente rápido y hay quien se pregunta, ¿será esta empresa rentable alguna vez? Cuando eso sucede, Niklas Östberg, CEO y fundador del gigante alemán Delivery Hero, sale a correr un rato para despejarse. 

Aunque eso, asegura, "no siempre es suficiente". 

"He aprendido a hacer un cambio mental y pasar de centrarme en lo que va mal a preguntarme: '¿Qué puedo hacer específicamente?'", cuenta el empresario sueco en una conversación con la consultora McKinsey.

"Cuando tengas un problema monstruoso por delante y no sepas por dónde empezar, haz una lista y resuelve el problema de uno en uno. Ese enfoque puede ayudar a generar confianza", aconseja.

Una startup en el DAX alemán

Östberg está al frente de una de las mayores compañías de reparto de comida a domicilio del mundo, llamada a revolucionar el sector. 

Recientemente, Delivery Hero se hacía con la española Glovo en una de las operaciones del año y, ahora, desde la compañía miran al futuro con optimismo y apuntan hacia la rentabilidad.

En tan solo una década esta startup fundada en Berlín ha logrado estar presente en 50 países, cotiza en el DAX alemán con una capitalización de 16.470 millones de euros en el momento que se escriben estas líneas y, en el último trimestre, alcanzó los 9 millones de pedidos en todo el mundo.

Sin embargo, no todo está siendo un camino de rosas. 

La rentabilidad, señalan los analistas, tendrá que esperar al menos a 2023. Además, en lo que va de año, Delivery Hero se ha desplomado un 35% en los mercados. 

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La presión a la que se ve sometido Östberg cada día es enorme. 

Esta semana, por ejemplo, a un simple tuit cargado de sarcasmo en el que comentaba una hipotética salida a bolsa de su filial de supermercados fantasma, le seguía una caída del 2% en el parqué. 

Östberg respondía en su perfil de Twitter: "Parece que algunos inversores han malinterpretado mi anterior tuit". Y añadía: "Tiendo a olvidar que la ironía no funciona mucho aquí". 

En esa misma conversación con McKinsey, el sueco rememora su juventud, cuando soñaba con convertirse en "el mejor esquiador de fondo del mundo". 

Aquellos entrenamientos en los oscuros y grises bosques de Suecia con un tiempo gélido, cuenta el empresario, le dieron la fortaleza de la que hace gala hoy en día. 

"El éxito se siente mejor cuando nadie cree en ti", asegura.

Saber delegar en tu equipo

Östberg ha sabido capitanear un barco que ha pasado de 0 a 100 en solo una década. Fueron 3 las personas que fundaron Delivery Hero en 2011. Actualmente, tiene más de 43.000 empleados. 

En 2015, la compañía tenía una valoración de 2.000 millones de euros y, en junio del 2021, tocó máximos con 33.000 millones de euros de capitalización bursátil.

Una de las claves de su éxito, asegura el sueco, es haber sido capaz de delegar, de compartir con sus compañeros qué estaba pasando a su alrededor, de saber escuchar.

"Al principio, lo hacía todo yo mismo y me costaba dejarme llevar. Aunque contratara a gente, seguía queriendo participar en todo, desde la creación de las campañas de marketing hasta la decisión de cómo debían ser las cosas en la aplicación".

"Además, cuando las cosas no iban bien, no se lo decía a nadie", añade.

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El empresario revela que un día todo cambió. Decidió abrirse, compartir con sus compañeros sus quebraderos de cabeza. Aquello "me quitó un peso de encima". 

"Ser abierto mata el estrés y te ayuda a afrontar mejor los problemas porque los compartes con los demás en lugar de gestionarlos tú solo". 

Rodéate de un buen equipo

Algo ha cambiado en Östberg. Sus objetivos ya no son los que eran cuando tenía 20 años, cuenta. De convertirse en el mejor esquiador del mundo a construir una empresa del tamaño de Delivery Hero. 

¿La clave del éxito? No ser el único que toma las decisiones y tener un buen equipo a su alrededor.

"Me encanta tomar decisiones pero, si le quito la autoridad para tomar decisiones a mi equipo o a las personas involucradas en un proyecto, dejarán de tener un sentido de la responsabilidad", apunta.

"Una vez que tengas un buen equipo en el que puedas confiar y que ejecute los proyectos incluso cuando tú no estás, tendrás más resistencia y más espacio para respirar".

El CEO sigue personalmente involucrado en la contratación de personal para garantizar que la cultura de la velocidad que caracteriza a Delivery Hero se mantiene y que las nuevas incorporaciones se adaptan a ella. 

Los palmeros, aquellos empleados que aplauden cualquier ocurrencia del jefe, sobran.

"Me fijo en su pasión, su capacidad y su empuje. También es fundamental contar con personas que puedan ser abiertas y honestas cuando las cosas no van como uno quiere".

Östberg mira al futuro con entusiasmo

Más allá de la gestión empresarial de Östberg en el éxito de su compañía, todo apunta a que el negocio del deliverytiene todavía mucho margen de crecimiento. La reducción de los tiempos de entrega a la robotización del sector son algunos de los retos.

La pandemia espoleó al sector y, aunque ahora la euforia se ha calmado, todo apunta a que muchos hábitos de consumo han llegado para quedarse. 

Cuando, desde McKinsey, preguntan al sueco sobre el futuro, sobre cómo ve la compañía dentro de 10 años, Östberg no escatima en confianza: "Creo que el negocio debería ser fácilmente 10 veces mayor de lo que es hoy"

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