Uno de los debates más agitados del momento es el que concierne a la reapertura de los colegios durante el próximo curso escolar y se está llevando a cabo sin un conocimiento claro sobre el papel que juegan los menores en la propagación del virus.
Sin embargo, un gran estudio de Corea del Sur que ha incluido a casi 65.000 personas acaba de arrojar algo de luz sobre el rol de los niños y advierte de que los mayores contagian igual que los adultos.
Durante la investigación, los científicos identificaron 5.706 pacientes cero, que representaban los primeros casos confirmados con COVID-19 de un grupo, también conocidos como casos índice.
Mediante el rastreo de contactos, localizaron a otras 59.073 personas que tuvieron contacto con estos casos índice, y demostraron que, como era de esperar, las personas que viven en el mismo hogar que una persona infectada son las más propensas a contraer el virus.
Sin embargo, la verdadera revelación vino al segmentar a los pacientes cero por edades y descubrir que, en los hogares donde los infectados tenían entre 10 y 19 años, se contagiaba más el virus al resto de personas que convivían. En esos hogares, un 18,6% de las personas con las que habían entrado en contacto el menor acababa contrayendo el virus.
En cambio, los menores de 10 años fueron identificados como el grupo que menos contagiaba el virus al resto de personas en el hogar, lo que sugiere que el papel que juegan en la propagación varía con la edad.
Además, los investigadores advierten de que el número de niños podría estar subestimado dado que suele haber un porcentaje más alto de asintomáticos entre los menores, lo que dificulta su identificación.
Sin embargo, también reconocen que la investigación tiene limitaciones, ya que no determina cómo se contagió realmente cada persona, por lo que un miembro de la familia podría haberse infectado fuera del hogar.
A pesar de todo, los expertos independientes consultados por The New York Times aseguran que es el mejor estudio realizado hasta la fecha y aseguran que los hallazgos deben ser tenidos en cuenta a la hora de dirigir las políticas públicas y decidir sobre la reapertura de los colegios.