De la burbuja de los aeropuertos fantasma a la fiebre por los centros de datos: la amenaza que esconde una digitalización apresurada

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España impulsa su digitalización también construyendo centros de datos. Ayuntamientos como el de Sevilla, Villena o Córdoba están levantando estas infraestructuras que permiten el almacenamiento y la interconexión de datos. También la Seguridad Social ha hecho una inversión de casi 60 millones de euros gracias a los fondos europeos de recuperación para construir uno nuevo.

El Ministerio que dirige José Luis Escrivá tendrá este nuevo centro de datos en Soria. La temperatura de la ciudad permitirá el ahorro de una importante cantidad de dinero al no tener que invertir tanto en refrigeración. Los mayores costes en la operativa de uno de estos centros son los del consumo eléctrico: tantos servidores acumulados emiten calor y hay que mantener el frío.

Aunque usar los fondos europeos para construir centros de datos tal vez no sea la mejor de las ideas.

Así opina Robert Assink, director general de Interxion en España. Interxion es una de las grandes en el sector de los centros de datos. En Madrid tiene 3 de estas instalaciones, y están preparando la construcción del cuarto. El potencial del sector es evidente: la patronal Spain DC aseguraba en un informe que el sector crecería en Madrid hasta 27 puntos más que en París o Ámsterdam.

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Pero a esta fiesta no debería sumarse la Administración General del Estado. "Ya tenemos los primeros ejemplos sobre cómo, a nuestra forma de entenderlo, no se están usando bien los fondos europeos", asegura Assink. "Con la excusa de digitalizar el país, hay varias iniciativas para construir centros de datos por parte de la Administración Pública".

"Lo comparo con la época en la que se construyeron aeropuertos en toda España que ahora están muertos de risa", enfatiza. El recuerdo de los aeropuertos fantasma sigue muy presente en el país. Supuso el derroche de millones de euros en instalaciones que después no han contado con apenas servicio, como fue el conocido aeropuerto de Castellón.

No se trata de que los centros de datos que están construyendo las Administraciones Públicas vayan a competir con firmas como Interxion. El propio Assink indica que, según él ve las cosas, la construcción de estas infraestructuras están yendo "en contra de la tendencia de mercado". "No se optimiza si tienes 10 centros de datos pequeños y medianos", asegura. "Es una economía de escala".

A juicio del directivo, es más eficaz y sostenible un gran macrocentro de datos que contar con varios centros menores, uno para cada ayuntamiento o diputación que haya en el país. Marc Bara, profesor de la OBS Business School, también ve acertada la analogía con los aeropuertos fantasma porque es cierto que estos centros de datos actúan como pistas de aterrizaje de datos.

"En Madrid, donde hay tantos centros de datos y se planea construir más, podríamos tener el equivalente a un gran aeropuerto internacional como ya es Barajas", explica Bara. "Los datos son la electricidad de hoy en día, lo que mueve la economía digitalizada". 

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Bara comparte además que un centro de datos es algo "tan complejo y tan grande de gestionar" que "no parece que sea muy susceptible de ser algo creado ni gestionado por Administraciones Públicas". Sí reconoce que esos centros de datos pequeños o medianos tienen una función más próxima a "caja fuerte propia". Pero cree que lo que debe hacer la Administración es reducir la burocracia.

Una burocracia contra la que varias firmas del sector llevan meses presentando batalla a través de Spain DC. "Lo que deben hacer las Administraciones es 'facilitar' la construcción de esos centros de datos, que sea lo más ágil posible. Hoy las licencias pasan por varios niveles administrativos, y si no es un lío es muy lento".

Un macrocentro de datos tiene la posibilidad de dar servicio y atención a cientos de clientes. Bara no cree que la Administración vaya a entrar a competir en ese sector en el que ya hay grandes players, ya que no cuenta con esos recursos propios necesarios para garantizar su operativa e incluso su sosteniblidad ante el elevado consumo eléctrico.

España cuenta desde julio de 2021 con su primer Chief Data Officer de la historia. La elección, Alberto Palomo, fue adelantada por Business Insider España. Entre los desafíos del propio Palomo está impulsar la creación de centros de datos propios y públicos, por una razón: la soberanía tecnológica.

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Aunque Assink coincide en que la soberanía de los datos "es un factor relevante", opina que también lo es "psicológico". "Con el Reglamento General de Protección de Datos no importa si los datos están en Alemania o en Madrid, a efectos legales es lo mismo".

Por eso el director general de Interxion España mantiene, en una entrevista con este medio, una pregunta. "¿En qué se debe emplear el dinero público? La Administración General del Estado, ¿quiere ser la mejor gestora de centros de datos o el mejor prestador de servicios esenciales, como la salud o la educación?".

"No creo que el dinero público esté bien empleado si se empiezan a construir centros de datos como si fueran aeropuertos", incide. "La Administración puede acudir al sector privado y contratar servicios por una fracción de lo que ellos invertirán de dinero público, aunque este dinero llegue 'gratis' por parte de Europa".

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