No necesitamos que la tecnología se vuelva menos adictiva; solo necesitamos que sea mejor

Chica mirando al móvil
  • La industria tecnológica se ha enfrentado últimamente a un creciente escrutinio sobre los posibles efectos negativos de sus productos.
  • Muchos críticos denuncian que smartphones, redes sociales y otros productos y servicios tecnológicos fomentan la "adicción", pero eso probablemente sea exagerar la situación. En realidad pocas interacciones con los dispositivos o servicios pueden catalogarse bajo la definición de adicción.
  • El verdadero problema con los productos tecnológicos no es que fomenten la adicción, sino que pueden llegar a ser molestos y perjudiciales. Y eso es algo que las compañías tecnológicas deben solucionar.

La industria tecnológica atraviesa una nueva era de críticas y escrutinio.

Esta vez no se trata de noticias falsas o de nazis escupiendo veneno en Twitter. En cambio, el foco se centra en los efectos nocivos que pueden provocar en los usuarios los productos tecnológicos, y en la carga que el uso de gadgets y servicios tienen a la hora de crear adicción, quizás intencionadamente.

A principios de este mes, por ejemplo, un grupo de accionistas de Apple expresó su preocupación de que los niños se volvieran adictos a sus iPhone e instó a la compañía a hacer algo al respecto. El pasado otoño, el ex ejecutivo de Facebook Chamath Palihapitiya denunció que las redes sociales estaban "destruyendo el funcionamiento de la sociedad". Mientras tanto, Tristan Harris, un ex especialista en diseño ético de Google, ha estado advirtiendo en repetidas ocasiones sobre la adicción a la tecnología, asegurando el año pasado a The Guardian que "nuestras mentes pueden ser secuestradas" por nuestros dispositivos y aplicaciones.

Y eso sin mencionar al creciente número de ejecutivos del mundo de la tecnología y otras figuras de la industria que han comenzado a generar alarmas sobre la naturaleza supuestamente adictiva de los productos tecnológicos.

Estas críticas generalmente se reducen a la afirmación de que las compañías tecnológicas están fabricando de forma deliberada y nefasta productos diseñados para confundir las mentes de los usuarios. Cuantos más minutos consigan Facebook o Twitter que los usuarios pasen en sus servicios, más atractivos y valiosos serán para los anunciantes que pagan a las plataformas por tener tu atención.

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Por lo tanto, las compañías tecnológicas hacen todo lo posible para que vuelvas, creando intencionalmente características como "me gusta" y "respuestas" diseñadas para aprovechar el efecto de la dopamina, la sensación inducida químicamente que obtienes en respuesta a esos estímulos positivos.

Pero creo que los críticos están siendo demasiado libres y simples con la acusación de que los productos tecnológicos están generando adicción.

Sí, es probable que haya muchas personas que se hayan obsesionado tanto con sus dispositivos o aplicaciones o servicios en línea y que su apego a ellos tenga efectos negativos en sus vidas. Esas personas deberían recibir ayuda y encontrar formas de destetarse de la tecnología.

La gran mayoría de los usuarios de tecnología no están en ese barco

"La adicción es un comportamiento específico y compulsivo", explica Nir Eyal, autor de "Hooked. How To Buid Habit".

Eyal, que asesora a las compañías tecnológicas sobre cómo crear productos éticos que no dañen a los usuarios, añade: "por ejemplo, no soy adicto a Facebook a menos que no pueda parar incluso si quiero hacerlo. Muy pocas personas son realmente adictas a la tecnología ".

En lugar de la adicción, el problema al que se enfrentan la mayoría de los usuarios de tecnología es que sus dispositivos y servicios son molestos y destructivos. Es fácil sentirse estresado o sobrecargado por su culpa.

En otras palabras, la industria tecnológica no necesita preocuparse de hacer que sus productos sean menos adictivos. Necesita enfocarse en hacerlos mejores.

A principios de esta semana, Farhad Manjoo del New York Times ofreció algunas ideas sobre cómo Apple podría "construir un iPhone menos adictivo". De acuerdo a sus propuestas, los usuarios tendrían una mayor capacidad para adaptar las notificaciones y recibirían más datos sobre cuánto usan sus dispositivos.

Ya sea que dichos cambios sean o no muy útiles para los pocos ususarios que realmente son adictos a sus teléfonos inteligentes, las propuestas representarían un gran comienzo para que los dispositivos funcionaran mejor para todos.

Por ejemplo, a menos que exista una emergencia real, no hay motivo para que, después de salir de la oficina, tu teléfono emita un zumbido incesante con alertas relacionadas con el trabajo. Sin embargo, creo que eso sucede todo el tiempo por culpa de Slack, la aplicación de mensajería que utilizamos en el trabajo. En su última actualización, Slack ha reducido la cantidad de control que tienen los usuarios sobre los tipos de notificaciones que reciben.

Dado lo molestas que pueden llegar a ser estas notificaciones, los desarrolladores de la aplicación deberían haber hecho un mejor trabajo al pensar en los cambios, porque en última instancia son perjudiciales para la propia empresa. Slack no se beneficia al convertir a los usuarios en adictos al trabajo agobiados. En cambio, se beneficia al ayudarlos a ser mejores trabajadores.

Se supone que los dispositivos y servicios tecnológicos juegan un papel útil en nuestras vidas, ayudándonos a trabajar, entreteniéndonos, ayudándonos a resolver problemas cotidianos. Pero con demasiada frecuencia estos productos se vuelven exigentes, sin darnos mucha capacidad para desactivarlos. Los fabricantes de productos tecnológicos deben pensar más en su diseño para evitar estos problemas.

La buena noticia es que algunas compañías de tecnología ya lo están haciendo

El año pasado, Apple introdujo una nueva característica para el iPhone que bloquea las alertas mientras el usuario conducen, incluso oscureciendo por completo la pantalla hasta salir del coche.

Y justo la semana pasada, Facebook ha anunciado que está mejorando la forma en que funciona su feed de noticias, otorgando más protagonismo a las publicaciones de personas cercanas y minimizando las publicaciones de empresas y medios de comunicación que con demasiada frecuencia simplemente buscan clics. Los trabajadores de la compañía han reconocido que el cambio podría reducir la cantidad de tiempo que los usuarios pasan en su servicio, lo que los hace menos atractivos para los anunciantes, pero argumentaron que el servicio será mejor para los usuarios.

"Ninguna compañía quiere que los usuarios se arrepientan de usar el producto", explica Eyal. "El mercado se está ocupando del problema mientras hablamos".

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Eso no quiere decir que el trabajo haya terminado. Ni mucho menos. En particular, se debe prestar más atención a los productos utilizados por los niños, como destacaron los accionistas de Apple la semana pasada. Las empresas tecnológicas deben ofrecer a los padres un mayor control sobre la forma en que sus hijos usan dichos productos para que puedan enseñar buenos hábitos tecnológicos desde el principio.

Además, los sitios tecnológicos, los gadgets y los servicios cambian constantemente. A medida que lo hacen, es probable que nos enfrentemos a nuevos problemas.

Pero el enfoque en la adicción es exagerado y equivocado. Lo que realmente necesitamos de la industria es que piense en las posibles desventajas de sus productos y los haga funcionar mejor para todos nosotros.

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