Los pacientes con enfermedades cardiovasculares no tienen por qué renunciar a beber cerveza, según un nuevo estudio

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, bebe una cerveza (Reuters)
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, bebe una cerveza (Reuters)

Reuters

  • En plena polémica por las afirmaciones sobre los beneficios del consumo de alcohol y las evidencias científicas que lo niegan, un equipo de investigadores de cardiología y salud pública de Reino Unido publica un nuevo estudio en el que aseguran que las personas con una enfermedad cardiaca no tendrían que renunciar a la cerveza si su consumo es ocasional, leve o moderado. 
  • El consumo de alcohol hasta 105 gramos (media pinta) a la semana se asocia a un menor riesgo de mortalidad y eventos cardiovasculares en estos pacientes.
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En plena polémica sobre los estudios que justifican el consumo moderado de alcohol, una nueva investigación apunta a que incluso si en tu dieta se incluyen bebidas alcohólicas como la cerveza, siempre que el consumo sea moderado o leve, y no suponga más de 105 gramos a la semana, no habría que privarse de ella incluso después de detectar una enfermedad cardiovascular.

"Para la prevención secundaria de las enfermedades cardiovasculares, es posible que los bebedores actuales no necesiten dejar de beber", afirman en sus conclusiones en dicho estudio. En él insisten en que el cumplimiento de esta premisa parte de un estilo de vida y unos hábitos alimentarios equilibrados. 

El equipo de investigadores en cardiología y salud pública que firma el artículo recupera todas las evidencias científicamente aceptadas sobre cómo afecta el consumo moderado de alcohol a pacientes que ya tienen diagnosticado una enfermedad cardíaca.

En especial, han tomado como punto de partida la hipótesis de que el consumo de alcohol de leve a moderado es cardioprotector entre individuos sanos, y lo han comparado los hábitos de más de 63.000 sujetos provenientes de estudios anteriores y encuestas de salud británica. 

Así, entre sus llamativas conclusiones se afirma que quienes tienen problemas cardiovasculares y que beben alcohol de forma leve o moderada pueden disminuir el riesgo de otros eventos. 

Ahora bien, remarcan en numerosos puntos que se ha de informar a los pacientes de que sigue existiendo el riesgo de acrecentar la patología. 

No obstante, insisten en que no se debe alentar a los pacientes que no beben a tomar beber debido a los conocidos efectos adversos sobre otras patologías, como el cáncer, o incluso las consecuencias que el consumo de alcohol tiene sobre el cerebro

La OMS no establece un límite particular para beber alcohol con seguridad, ya que las evidencias demuestran que lo mejor para la salud es no beber nada en absoluto. 

Un estudio publicado en la revista The Lancet en 2018 exponía que "el alcohol es un problema de salud global colosal, y las pequeñas reducciones de daño a la salud provocadas por niveles bajos de consumo de alcohol se ven superadas por el aumento en el riesgo de otros daños". 

En España, el Ministerio de Sanidad de España señala que “no existe un nivel de consumo seguro de alcohol”,  y que “sobre la base de la evidencia científica actual, ningún profesional de la salud o institución debe recomendar su consumo para mejorar la salud”. La polémica sigue vigente.

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