No todas las vacunas previenen la infección: aquí la explicación de por qué esto no debe preocuparte

Un trabajador sanitario recibe una de las primeras vacunas de Pfizer y BioNTech en Austria.

REUTERS/Lisi Niesner

  • No todas las vacunas brinda el mismo nivel de protección frente a una infección. 
  • Algunas vacunas evitan que se contraiga enfermedades de forma sintomática, en cambio otras impiden que tú te infectes, lo que se conoce como 'inmunidad esterilizante'. 
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Es indudable el enorme avance que han supuesto las vacunas en la sociedad actual —más si cabe con la situación producida por la COVID-19—, sin embargo puede resultar cuanto menos curioso saber que no todas brindanel mismo nivel de protección frente a una enfermedad.

De esta forma, algunas vacunas consiguen que al infectarnos, el virus pase por nuestro organismo de forma asintomática y otras hacen que ni siquiera consiga atravesarlo, tal y como explica un artículo publicado en Science Alert.

El fenómeno por el que nuestro sistema inmunológico impide que el virus entre  en las células y se se reproduzcan se le conoce como 'inmunidad esterilizante'.

Asimismo, conviene recordar que hay unadiferencia importante -aunque sutil- entre prevenir una enfermedad y una infección. Por ello, es posible que una vacuna pueda evitar la afección pero no su transmisión, incluso pasando esta de forma asintomática. 

En cambio, una vacuna que consigue proporcionar inmunidad esterilizante es capaz de detener el virus en seco. 

¿Todas las vacunas inducen a la inmunidad esterilizante?

El mejor de los escenarios —especialmente en el actual debido al COVID-19— sería que todas las vacunas indujeran a esta inmunidad, pero lo cierto es que lograr este fenómeno es "extremadamente difícil", por lo que la mayoría de vacunas que usan de forma rutinaria no consiguen tal efecto. 

Sin ir más lejos, las vacunas dirigidas a luchas contra el rotavirus, una causa común de diarreas en bebés, solo ha conseguido prevenir las afecciones más graves.

No obstante, desde la llegada de esta vacuna en 2006, las atenciones hospitalarias en Estados Unidos por el rotavirusse han reducido en un 90%. Algo similar parece querer producirse en la lucha contra el poliovirus, donde ,incluso, hay esperanzas de que se pueda erradicar globalmente. 

¿Y contra la COVID-19?

Aunque la eficacia de las primeras vacunas autorizadas para luchar contra la COVID-19 está demostrada, lo cierto es que aún no se sabe si estas pueden llegar a inducir inmunidad esterilizante, por lo que se espera que los ensayos clínicos que hay en curso puedan arrojar datos sobre esta cuestión. 

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No obstante y aunque quedará demostrada que, de forma inicial, se consigue esta inmunidad esterilizante, este fenómeno puede ser algo cambiante a medida que disminuyen las respuestas inmunitarias y se produce una evolución viral. 

¿Qué les puede pasar a los ya vacunados del COVID-19 sin inmunidad esterilizante?

En pocas palabras, y si hay una falta de inmunidad esterilizante entre los ya vacunados, significa que si vuelven a toparse  el virus pueden volver a contagiarse, pero no mostrar síntomas. Esto sucede debido a que la respuesta inmune no puede detener la reproducción de todas las partículas del virus. 

Asimismo se entiende que para frenar este movimiento se necesita un 'anticuerpo neutralizante', el cual consigue bloquear la entrada del virus en las células y evitan su extensión.

Sin embargo, es bastante probable que el virus infectante deba de ser idéntico al virus de la vacuna para inducir el anticuerpo perfecto, aunque por suerte nuestras respuestas inmunes involucran muchas células y componentes diferentes del sistema inmunológico. 

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Esto último significa que incluso si la respuesta de los anticuerpos no es óptima, otros aspectos de la memoria inmunológica pueden activarse si el virus invade. 

Gracias a años estudio sobre la influenza de la vacunas se sabe que estas inducen protección contra enfermedades, pero no necesariamente contra otras infecciones. Esto se debe, en gran medida, a las diferentes cepas de influenza que circulan,  situación que puede darse con el SARS-CoV-2. 

Sin embargo, es cuanto menos esperanzador el observar que las vacunas contra el influenza, a pesar de no poder inducir la inmunidad esterilizante, siguen siendo "extremadamente valiosas" para el control del virus.

¿Cómo puede afectar la falta de inmunidad esterilizante a la población?

Lo cierto y tal como se ha mencionado antes, si la falta inmunidad esterilizante puede hacer que se produzcan infecciones asintomáticas después de la vacunación, puede existir la problemática de que el SARS-CoV-2 continúe infectando a tantas personas como lo hace actualmente. 

Sin embargo, las personas infectadas de forma asintomática suelen producir virus en niveles más bajos y aunque no existe la ecuación perfecta, generalmente, una mayor cantidad de virus equivale a más enfermedad. 

Dicho de otra forma: las personas vacunadas tienen menos posibilidades de transmitir un número de virus que puedan causar una afección grave

Por lo tanto y aunque pocas veces se consigue que una vacuna logre la inmunidad esterilizante, esto no ha impedido, afortunadamente, que muchas vacunas diferentes consigan reducir "sustancialmente" el número de infecciones. 

Esto significa que se puede lograr un control de la pandemia actual al reducirse los niveles de enfermedad en las personas, lo cual traería consigo una reducción en la propagación del virus.

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