En Noruega ya trabajan con la alternativa a la nube, imposible de piratear: grabar los datos digitales en películas

Alberto Iglesias Fraga
Almacén global de semillas en Svalbard
  • Artic World Archive es una alternativa a la nube que permite almacenar cualquier tipo de información (documentos, imágenes, sonidos, vídeos) con una conservación más segura al no existir la posibilidad de piratería o manipulación.
  • Los datos se imprimen en películas especiales que pueden contener tanto información digital como visual.
  • Las cintas se guardan en una mina abandonada del archipiélago Svalbard (Noruega) una de las ubicaciones más remotas y geopolíticamente estables de la Tierra.
  • Entre otros, en esa mina digital de película hay información del gobierno noruego, de la ESA e incluso recuerdos de la historia política de España, incluyendo transcripciones de reuniones secretas preconstitucionales en 1976 y 1977.

En el sector tecnológico, al igual que en textil, las modas tienden a reproducirse con relativa rapidez, en una suerte de círculo en el que todo lo añejo acaba por volver a ponerse encima de la mesa. 

Buena prueba de ello es el concepto mismo de la informática, en el que se han ido alternando las visiones centralistas y descentralizadores con igual fuerza: del mainframe al cliente-servidor, de vuelta al centro con la nube y otra vez dispersa con el Edge computing. 

Lo mismo sucede, si nos permiten el paralelismo, con el almacenamiento de información. Y es que, cuando parecía que las unidades de cintas magnéticas estaban condenadas al olvido en favor del almacenamiento a gran escala en la nube… los noruegos han llegado para reinventar la rueda.

Vayamos por partes. En la actualidad, el segmento del storage está viviendo una particular escalada hacia los servicios cloud en busca de una mayor economía de costes, agilidad y flexibilidad en el acceso a los datos guardados y una disponibilidad prácticamente asegurada. ¿En contra? Las regulaciones exigentes en determinadas áreas de actividad y la ciberseguridad.

Y este último punto, las preocupaciones sobre ciberseguridad, es el que han tomado como punto de partida en lo más al norte del planeta para dar el siguiente paso. Y es que, pese a que la nube es mucho más seguro que hacer un backup en un disco duro (o ya no digamos en una memoria extraíble), ¿hay algo más seguro que una película escondida en una mina abandonada?

Tal y como lo leen: el siguiente paso del almacenamiento digital es guardar información en películas que son capaces de pervivir por décadas en una ubicación segura, pero imposible de acceder. Todo lo contrario a lo que se le pide al almacenamiento cloud, pero garantizando eso sí la seguridad absoluta. 

Este proyecto se llama Artic World Archive y busca ser una alternativa a la nube que permita almacenar cualquier tipo de información (documentos, imágenes, sonidos, vídeos) con “una conservación más segura al no existir la posibilidad de piratería o manipulación”, indican desde Innovation Norway.

No en vano, el almacenamiento se hace en el archipiélago Svalbard (Noruega), una de las ubicaciones más remotas y geopolíticamente estables de la Tierra.

Por qué allí

Lo primero que hemos de decir es que la idea de salvaguardar bienes valiosos en las frías ubicaciones nórdicas no es nada nuevo. De hecho, el Artic World Archive está inspirado a su vez en la Bóveda Global de Semillas, ubicada en la misma localidad y en la que se almacenan semillas de miles de especies vegetales de todo el mundo para su replantación en caso de desastre natural.

Trazando el paralelismo, en esta ocasión se buscaba crear una bóveda de datos ultrasegura para proteger nuestra memoria digital. 

Para ello, sus impulsores optaron por reutilizar la mina número 3, justo en la que se encontraba la Bóveda de Semillas en 1984, mucho antes de la construcción de su actual edificio.

En cualquier caso, Svalbard es una excelente ubicación por varias razones. Además de estar cerca del Polo Norte, con lo que las necesidades de conservación son prácticamente mínimas, el Tratado de Svalbard de 1920 (firmado por 43 países, incluidos EEUU, Rusia y China) declara esta región como una zona desmilitarizada y sin actividad militar. 

Cómo funcionan estas películas

El Archivo Mundial del Ártico es, como decimos, una bóveda de datos para cualquier tipo de contenido que merezca un almacenamiento ultraseguro y a largo plazo, como documentos, sonido, imágenes y vídeos. 

Sus impulsores aseguran que, al almacenar estos datos fuera de línea, en una ubicación remota y cuyo acceso solo se concede a petición, es prácticamente imposible que alguien pueda manipular o robar la información. El clima hace lo propio para garantizar que los datos puedan ser accesibles por parte de generaciones futuras.

Desde un punto de vista técnico, el contenido se escribe en piqlFilm, un formato de película que puede retener datos durante siglos.
En cada caso concreto, se diseña un proceso para almacenar el contenido en formato digital como bits y bytes, o en formato visual para que el texto y las imágenes se puedan ver con el ojo humano.

Una vez transferidos los archivos en cuestión, se imprimen en este formato con elementos añadidos como archivo recomendados y con metadatos relacionados.

El piqlFilm se envía de forma segura a Svalbard y se coloca en el Archivo Mundial del Ártico, donde se puede “almacenar e ignorar” durante el tiempo que sea necesario.

Cuando se desee recuperar la película, tan solo hay que solicitarlo para que -no de forma inmediata- se nos haga llegar, bien en formato físico, bien en la nube.

Qué datos están allí

En marzo de 2017, se inauguró oficialmente el Archivo Mundial del Ártico. Los Archivos Nacionales de Brasil y México, y los Archivos Digitales Intermunicipales de Noruega (KDRS) fueron los primeros en depositar datos en la bóveda. 

Sin embargo, sus creadores están abiertos a toda clase de organismos públicos y empresas que necesiten hacer uso de esta clase de infraestructura de almacenamiento. De hecho, ya existen algunas empresas que ofrecen servicios para guardar nuestra información genealógica para futuras generaciones en esta mina noruega.

También parte de la historia reciente de España está salvaguardada en esa mina digital. Recientemente, la Fundación Felipe González almacenó allí numerosos recuerdos de la historia política de España, incluyendo transcripciones de reuniones secretas preconstitucionales en 1976 y 1977, notas manuscritas del que fuera presidente del gobierno durante importantes eventos políticos y fotografías que capturan momentos trascendentales y la vida diaria de su actividad.

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