Los nuevos confinamientos en china amenazan de nuevo con turbar el tráfico del comercio mundial y vaticinan un efecto peor que el de Canal de Suez

El puerto de Lianyungang en Jiangsu, China.
El puerto de Lianyungang en Jiangsu, China.

Cuando el mercado no había conseguido recuperarse del impacto del COVID-19, los nuevos confinamientos impuestos en China amenazan de nuevo con entorpecer el tráfico del comercio mundial.

La estrategia del país a cargo de Xi Jinping pasa por establecer férreas medias para contener la transmisión comunitaria del virus, lo que trae consigo la vuelta de las irrupciones en el transporte terrestre, así como embotellamientos y retrasos en el puerto de Shanghái. 

La historia vuelve a repetirse y los brotes ocasionados por el coronavirus han traído de nuevo la inactividad de una de las principales terminales portuarias del mundo, que con contenedores varados desde hace semanas, vaticinan una menor disponibilidad de mercancías y aumento de los precios.

De hecho, como apunta 20 minutos, las oficinas del puerto de Shanghái están cerradas desde el 28 de marzo y algunos contenedores permanecen almacenados desde esa misma fecha.

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Todo ello acrecienta y recuerda al encallamiento del Ever Given, cuando uno de los buques portacontenedores más grandes del mundo, se quedó el canal de Suez cuando se dirigía a Róterdam y obstruyó el paso durante 6 días. 

Pese a que la irrupción duro menos de una semana, sus consecuencias económicas se sintieron durante semanas en todo el planeta. 

Ahora, y cuando parecía que lo peor de la pandemia había quedado atrás, el momento se postula peor. 

Jordi Espín, secretario general de Transprime, la asociación española de empresas cargadoras, precisa a este medio, que en ese punto existían rutas alternativas y los datos de lo que ocurría eran puntualmente actualizados por las autoridades competentes. 

"Esto permitía reaccionar, aunque las navieras lo hicieron con más error que acierto. Hoy, con este paro en China, la desinformación es doblemente grave, ya que las autoridades no dicen nada y las navieras tampoco", detalla.

Esta falta de comunicación, añade, provoca "un impacto elevado", por la poca fiabilidad que esto traslada a las cadenas de comercio globales en manos de tres grandes oligopolios que concentran el 75% del transporte marítimo mundial

Esta falta de comunicación, añade, provoca "un impacto elevado", por la poca fiabilidad que esto traslada a las cadenas de comercio globales en manos de tres grandes oligopolios que concentran el 75% del transporte marítimo mundial. 

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