Así son los impuestos que vienen de Europa: nuevos 'recursos verdes' para pagar la factura del coronavirus

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
  • La Comisión Europea (CE) está preparando una batería de impuestos para compensar las ayudas poscoronavirus, con los que espera recaudar al menos 42.000 millones anuales.
  • Según Ursula Von der Leyen, presidenta de la CE, los nuevos recursos "serán verdes" y fomentarán "la transición sostenible de la economía y la sociedad europea".
  • Su aplicación depende de la próxima reunión de jefes de estado, que tendrá lugar el día 17 y 18 de julio, y donde se espera alcanzar un acuerdo sobre el plan de recuperación económica tras la pandemia y el presupuesto comunitario para los próximos siete años. 
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La economía europea se tambalea. En el primer trimestre del 2020 el producto interior bruto (PIB) de la eurozona registró un descenso del 3,8% respecto a los tres meses anteriores, su mayor caída en los últimos 25 años. Un retroceso provocado por el brote del coronavirus y las medidas de confinamiento que paralizaron buena parte de la actividad económica. 

Ahora toca salir del bache y retomar el vuelo aunque, según las previsiones de la Comisión Europea, el despegue no llegará hasta 2021. La institución europea estima que la caída total en 2020 será del 7,4% para el conjunto de la unión y del 7,7% para la eurozona. Si bien, la recuperación tendrá forma de V y al siguiente ejercicio se espera un crecimiento del 6,1% y del 6,3%, respectivamente

Toca resurgir de las cenizas y desde Europa están dispuestos a impulsar la economía lo que haga falta hasta que coja carrerilla, como un padre que enseña a su hijo a montar en bicicleta. A las iniciativas de Bruselas (los fondos de recuperación y de rescate, el programa de ayuda para los ERTE y los préstamos del BEI, que aglutinan en conjunto 1,29 billones) hay que sumar la bazuca del BCE. En total, 2,6 billones de euros para que Europa rescate a Europa. Queda por ver la forma, sí serán transferencias o créditos, y el nivel de condicionalidad. 

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Además, a la astronómica cifra nunca antes vista en la historia de la UE hay que sumar la elaboración (ahora mismo en trámite) del presupuesto comunitario para el periodo plurianual de 2021-2027, que desde la Comisión quieren elevar hasta los 1,1 billones de euros. En caso de que todas estas medidas cristalizaran, España sería una de las grande beneficiadas con 140.000 millones, algo más de 77.000 millones en subvenciones y 63.000 millones restantes en forma de préstamos, cifra equivalente al 11% del PIB español.

El BCE tiene la capacidad de crear dinero aumentando la oferta monetaria, pero el resto de las instituciones debe recaudar todo el dinero que vaya a emplear y, para ello, Bruselas está preparando una batería de impuestos, según apunta el diario económico Expansión. 

Gastos e ingresos, las políticas económicas siempre tienen las mismas patas y para que la mesa este equilibrada deben tener el mismo tamaño. De manera que la Comisión Europea (CE), bajo la tutela de Von der Leyen (antigua ministra de Merkel), está estudiando la creación de nuevos recursos propios con los que "ayudar a financiar" el fondo de recuperación poscoronavirus, tanto en lo que se refiere al reembolso de la deuda, la primera mutualizada de la UE, como al pago de intereses. En palabras de la presidenta de la CE, los nuevos recursos serán verdes y fomentarán "la transición sostenible de la economía y la sociedad europea"

Más sectores regulados en el mercado de carbono de la UE

El mercado de emisiones de carbono de la UE (pagar por tener derecho a contaminar) supuso en 2018 unos ingresos de 13.600 millones de euros, un aumento del 56% respecto al año anterior debido al auge del precio de los derechos de emisión de CO2. Hasta ahora, los sectores regulados son las industria electrointesiva, la energética y la aviación, y se espera incorporar al sector marítimo. Según los cálculos de Bruselas, esta medida podría reportar unos ingresos de alrededor de 10.000 millones de euros al presupuesto comunitario, dependiendo del precio del carbono y de su introducción en nuevos sectores de actividad. Una recaudación que tendría un excedente máximo, de manera que una vez superado el límite el dinero iría al presupuesto comunitario y no se lo quedaría el país miembro. 

Impuesto al carbono en frontera

El mercado de carbono de la UE es pionero en el mundo y uno de sus puntos débiles es el riesgo de fuga de carbono (que las empresas se deslocalicen para contaminar fuera de la UE). Para combatir está práctica Bruselas está estudiando imponer tasas a importaciones de productos de países terceros que impliquen generación de carbono. 

Un impuesto con doble objetivo: garantizar que las compañías europeas compiten en igualdad de condiciones con empresas extracomunitarias de países con estándares medioambientales mucho menos exigentes, y recaudar más dinero. Esta iniciativa es una vieja reivindicación de la industria y de los ecologistas. Supondría una recaudación de entre 5.000 y 14.000 millones de euros, una amplia horquilla que, según reconoce el propio Ejecutivo comunitario, dependerá del diseño de la tasa y, sobre todo, de su ambición.

Gravamen a los envases de plástico

El uso del plástico es un gran problema para los océanos y para la salud, además el uso de mascarillas y guantes no ha hecho más que incrementar el problema. Desde la CE están diseñando una nueva tasa a los envases de plástico no reciclables. De momento, el organismo comunitario no ha trascendido cuanto podría ser la recaudación del impuesto. La medida ya se contempló en 2018, cuando se registró la primera propuesta para el nuevo marco financiero, y entonces estimó que los ingresos rondarían los 7.000 millones de euros anuales. 

Tasa de acceso al mercado único para las grandes empresas 

Acceder al mercado único supone tener 500 millones de clientes potenciales y Bruselas está planteando una tasa de acceso para compañías cuya facturación sea superior a los 750 millones. Según los cálculos de la CE, la medida afectaría a 70.000 compañías (200 españolas) y se estima una recaudación de 10.000 millones de euros. 

Desde el organismo comunitario argumentan que las empresas que obtienen “grandes beneficios” del mercado único y que en algunos casos van a ser ayudados por la UE y sus Estados, así que deben contribuir a la reconstrucción de una nueva Europa. 

Tasa Google

Las tecnológicas, a través de su entramado fiscal con sede en Holanda o algún paraíso fiscal, son otro de los grandes objetivos de la UE. La denominada tasa Google, es un proyecto eternamente postergado en la UE por la falta de acuerdo, pero que parece que ha cogido velocidad en el último mes. Ahora, Bruselas aspira a ingresar unos 1.300 millones de euros con este tributo. La idea inicial era diseñarlo en el marco de la Organización por la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pero Estados Unidos ve el impuesto como un perjuicio para las compañías estadounidense e imposibilita el acuerdo.Tanto es así, que la semana pasada la administración Trump se levantó de la mesa de negociación y ha amenazado con tomar represalias contra los países que la apliquen. 

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La Unión Europea se ha mostrado decidida a llevarlo a cabo pese a las amenzas y está diseñando un impuesto homogéneo para toda la UE, (si hubiera alguno vigente debería armonizarse). Los ingresos irían para las arcas de la Comisión. 

En total, el Ejecutivo que lidera Von der Leyen quiere recaudar al menos 42.000 millones anuales con los que engordar el presupuesto comunitario y hacer más fácil que los países más reticentes (Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca) acepten el denominado nuevo Plan Marshall europeo. 

Que las medidas expuestas se lleven a cabo depende de la próxima reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, que tendrá lugar en Bruselas los días 17 y 18 de julio con el objetivo de acordar el plan de recuperación económica tras la pandemia y el presupuesto del bloque comunitario para los próximos siete años.

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