1 de cada 4 alimentos considerados de alta calidad por NutriScore son ultraprocesados, según un estudio

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Un reciente estudio pone en entredicho la fiabilidad de NutriScore, el sistema de etiquetado de alimentos europeo que España podría incorporar en los próximos meses.

Desde que se dio a conocer este método de etiquetado frontal de alimentos (FOPL, por sus siglas en inglés), la forma de evaluar algunos procesados ha provocado división entre los nutricionistas que lo defienden y quienes lo critican ampliamente. Entre los casos más llamativos que enumeran los segundos, NutriScore puntuó con mayor calidad un refresco bajo en azúcares que el aceite de oliva.

Ahora un nuevo estudio, realizado por investigadores españoles, refuerza esta opinión de que guiarse únicamente por NutriScore podría llevar a los consumidores a tomar por buenos productos ultraprocesados.

Cómo funciona NutriScore y por qué algunos nutricionistas lo rechazan

Este método fue propuesto por la Universidad de París y adoptado oficialmente por la Unión Europea como sistema de etiquetado para simplificar la información nutricional para los consumidores.

NutriScore sirve como referencia de la calidad nutricional de alimentos y bebidas. Para ello establece un rango de calificación de 5 valores de la A a la E (siendo la A, en verde, la mayor calidad nutricional y la E, en rojo, la peor).

NutriScore

La forma de obtener esta calificación es a través de un algoritmo que evalúa una serie de componentes como positivos —proteínas, fibras, porcentaje de frutas, verduras, leguminosas y frutos secos— y otros como negativos —calorías aportadas, azúcares simples, ácidos grasos saturados y sodio—.

La nota que ofrece es mejor cuantos menos puntos obtiene el algoritmo. Este suma puntos con cada componente negativo que conlleve el producto y resta con los positivos. 

El problema de ello, como esgrimen muchos especialistas en alimentación, recae en elaborar recomendaciones basadas solamente en nutrientes y no en cómo estos afectan al organismo. 

O, dicho de otra forma, no todas las grasas saturadas son iguales de malas y no siempre un producto más calórico es el peor. De ahí los resultados obtenidos por el aceite de oliva.

Otra de las quejas recurrentes sobre la idoneidad de NutriScore como etiquetado nutricional se basa en que este no considera el nivel de procesamiento al que se somete el alimento.

Aunque como advirtió en Efeagro, Serge Hercberg, jefe del equipo que desarrolló los trabajos científicos sobre los que se basa ese sistema de etiquetado, el fin del sistema no pasa por indicar si un alimento puede considerarse bueno o malo, solo si es "mejor o peor que otro".

Para intentar aclarar un poco el panorama a este respecto, tal como explica el químico Luis Jiménez en su blog, puede servir el estudio recientemente publicado que analiza la relación entre NutriScore y NOVA, un sistema de clasificación de alimentos basado en su grado de procesamiento. 

1 de cada 4 alimentos catalogados como A por NutriScore eran ultraprocesados, según el sistema NOVA

La investigación, publicada recientemente en Nutrients, comparó los datos de miles de productos a partir de la base de datos Open Food Facts con el fin de estudiar la relación entre los 2 sistemas de etiquetado. 

Entre los hallazgos más llamativos, 1 de cada 4 productos catalogados dentro del grupo A (la mejor valoración según NutriScore) fueron ultraprocesados, cifra que ascendió hasta la mitad de los clasificados como B (la segunda mejor valoración de Nutriscore).

El sistema de etiquetado NOVA cataloga los productos por su grado de procesamiento y no en función de los nutrientes. Establece un rango que va de NOVA 1 (menos procesados) a 4 (ultraprocesados).

En concreto, de los 9.931 alimentos incluidos en el estudio se encontraron alimentos catalogados como grupo 4 por NOVA en todas las categorías de NutriScore, incluidas las de mayor calidad.

De manera desglosada, el 26,08% en la categoría nutricional A eran ultraprocesados, el 51,48% en la categoría B, el 59,09% en la categoría C, el 67,39% en la categoría D y hasta el 83,69% en la categoría nutricional E. 

datos estudio nutriscore

Los principales grupos de alimentos ultraprocesados incluidos en la clasificación NutriScore A fueron productos lácteos (21,92%), comidas preparadas y platos enlatados (18,72%), comidas vegetarianas o veganas (14,63%), bebidas vegetales aromatizadas ( 10,68%) y bollería y galletas (8,06%).

El análisis detectó, por ejemplo, que un yogur natural elaborado solo a base de leche entera y cultivos activos se clasifica como categoría A o B en el NutriScore, igual que la mayoría de yogures con sabor a frutas con azúcar, saborizantes y colorantes añadidos.

"Esto conduce a una elección intercambiable entre los 2 tipos de yogures, mientras que el yogur natural es un alimento sin procesar o mínimamente procesado, y el yogur con sabor a fruta es un yogur ultraprocesado con azúcar y otros aditivos. La primera es claramente una opción más saludable", remarcan.

Lo mismo ocurrió con otros productos como platos preparados de legumbres ricos en aditivos y alimentos ultraprocesados pero clasificados en la categoría A o B en NutriScore, al igual que las legumbres naturales o en conserva.

Dado el efecto negativo que tiene el consumo de alimentos ultraprocesados en la salud, los autores concluyen que es necesario aportar más información a los consumidores.

"En diferentes aspectos de la salud, el etiquetado frontal con NutriScore debe ir acompañado al menos de un etiquetado complementario que indique el nivel de procesamiento, como el NOVA hace con su clasificación", concluye el estudio.

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