La OCDE avisa de que la economía mundial tocará techo en los próximos meses

Crisis financiera

La economía mundial está cerca de tocar techo, y no es por el COVID-19. Aunque la pandemia ha marcado un punto de inflexión en el crecimiento de las economías, es el propio ciclo el que parece estar llegando a su fin, según advierte la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

"El crecimiento económico en el área de la OCDE en su conjunto puede alcanzar un pico en los próximos meses", explica la OCDE en un informe publicado este jueves. 

Esto no significa necesariamente crisis, sino que la economía podría entrar en un ciclo de desaceleración o estancamiento. Lo preocupante es que esto ocurra justo en el momento de la ansiada recuperación.

Los últimos indicadores adelantados del organismo muestran signos de un posible pico próximo en el crecimiento de la actividad económica en los Estados Unidos, Japón, Alemania y el Reino Unido, explica el documento, y añade que "ahora han surgido señales similares en Canadá y la zona del euro en su conjunto, incluida Italia". 

Francia, de los pocos países que se salva del parón, ¿por qué?

Francia es uno de los pocos países en salvarse de las alertas de parón económico. "En Francia, el indicador adelantado apunta a una continuación del crecimiento, aunque a un ritmo moderado", señala la OCDE.

Esto es en parte gracias a una recuperación más rápida y robusta que la de sus economías vecinas. Mientras Alemania no recuperará su PIB perdido hasta principios de 2022 y España ni siquiera hasta 2023, la economía gala alcanzará niveles prepandemia a finales de este año. Francia es menos vulnerable a sectores golpeados como el turismo, lo que afecta a España; y tiene una menor exposición a los shocks en China y la industria manufacturera, como Alemania.

El sector industrial frena el crecimiento en China

Los indicadores de la OCDE anticipan que el crecimiento también perderá impulso en China. El problema es que lo que pasa en China, lejos de quedarse en China, se convierte en un problema global, y que la primera economía asiática se frene en seco podría contagiar al resto.

Es el fenómeno que empieza a conocerse como efecto dragón (similar al efecto mariposa), según el cual una perturbación en China, por pequeña que sea, puede terminar generando una onda expansiva de alto alcance que golpee al resto del mundo.

En este caso, el peligro es la crisis energética y la escasez de materias primas que están afectando al sector industrial chino. Los precios industriales se dispararon un 12,9% en noviembre, afectados por los problemas logísticos globales y el incremento del coste energético. 

Las empresas chinas están sufriendo problemas para fabricar, por cortes eléctricos impuestos por el gobierno y por el alto coste de las materias, esto afecta a las economías que dependen de China, y resulta que China es la gran fábrica del mundo.

Los indicadores adelantados compuestos de la OCDE están diseñados para anticipar puntos de inflexión en la actividad económica de aquí a 6-9 meses, e incluyen la evolución de las carteras de pedidos, permisos de construcción, indicadores de confianza, tasas de interés a largo plazo, matriculaciones de automóviles nuevos y muchos más. 

 ¿Hasta qué punto influye la crisis del COVID-19 en estas perspectivas? Según el organismo, las incertidumbres persistentes derivadas de la pandemia "pueden resultar en fluctuaciones más altas de lo habitual", por eso avisa de que éstos deben interpretarse con cuidado.

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