Soñarás con el 'fresco': una revisión relaciona directamente una mayor probabilidad de abrasadoras olas de calor con el cambio climático

Ola de calor en Italia (Roma) el 28 de junio de 2022.
Ola de calor en Italia (Roma) el 28 de junio de 2022.

Reuters

  • Una nueva revisión publicada en Enviromental Research confirma la relación entre la crisis climática y los fenómenos extremos, como las olas de calor o las lluvias torrenciales. 
  • "Creo que podemos decir con confianza que cada ola de calor que ocurre hoy se ha vuelto más intensa y más probable debido al cambio climático", dice la científica Friederike Otto, coautora del estudio.
  • En las últimas dos décadas han muerto 157.000 personas por culpa de las temperaturas extremas, pero se cree que la cifra real es mucho más alta debido a las brechas de datos en Asia, África, América del Sur y Central y el Caribe. 
  • Comienza el día bien informado con la selección de noticias de Business Insider España: suscríbete gratis aquí.

Asfixiantes noches tropicales, termómetros que baten los registros y veranos que se prologan mucho más allá de sus límites, comiéndole terreno al otoño. En la actualidad, y gracias a estudios como la nueva revisión dirigida por Friederike Otto del Imperial College de Londres, puede afirmarse que cualquier ola de calor que acontezca en nuestros días es más probable debido al cambio climático.

 "No hay duda de que el cambio climático es realmente un cambio de juego absoluto cuando se trata de olas de calor", asevera la científica, pionera en determinar en la última década el papel protagonista del calentamiento global en los episodios individuales de calor extremo

Entre los principales hallazgos, se ha averiguado que las olas de calor relacionadas con el cambio climático mataron a 157.000 personas en todo el mundo entre 2000 y 2020. Cuatro quintas partes de esas muertes ocurrieron durante la ola de calor europea de 2003 y la ola de calor de Rusia de 2010. 

Sin embargo, se calcula que las cifras de víctimas reales están muy por encima, puesto que las olas de calor no se monitorizan en la mayor parte del mundo, y muchas veces ni siquiera cuentan con una definición estándar. Del total, solamente el 6,3% de las muertes se registraron en Asia, África, América del Sur y Central y el Caribe, pese a que concentran casi el 85% de la población mundial. 

Veranos eternos y primaveras anticipadas: cómo ha cambiado el tiempo desde tu infancia (y qué puedes hacer contra el cambio climático)

Explicado de otro modo, el estudio pone sobre aviso las brechas en los datos de muchas áreas del mundo, que eclipsan o tapan el impacto real del cambio climático. 

Todavía se necesitarán estudios de las agencias meteorológicas nacionales para saber exactamente cuánto más probables e intensas fueron las olas de calor causadas por el cambio climático. “Creo que no deberíamos dejar de hacer atribuciones”, dice Otto.

“Llevamos más de dos décadas realizando investigaciones de atribución climática en la Met Office y ahora podemos atribuir rápidamente algunos eventos extremos utilizando un método revisado por pares”, apunta por su parte a New Sciencist Peter Stott, jefe de atribución climática en Met Office.

En comparación con otros tipos de clima extremo, las olas de calor son las que están cambiando más rápido con cada grado adicional de calentamiento global. En general, si antes tenía una probabilidad de 1 entre 10 de producirse, ahora casi 3 veces más probable, y con temperaturas más elevadas que de no existir calentamiento global.

Para muestra, un botón:  según la WWA, la ola de calor de abril que desató temperaturas por encima de los 50 grados centígrados en India y Pakistán se hizo 30 veces más probable debido al cambio climático. Otro buen ejemplo del aumento de la frecuencia es el calor anómalo que ha golpeado todo el hemisferio norte durante este mes de junio.

La productividad laboral cae en picado con el calor: solamente en Estados Unidos, se cobran 2.000 millones de dólares, mientras que en todo el planeta pasan factura de 311.000 millones. En este aspecto, otro estudio publicado en Nature Communications avisa que se podrían perder 1,6 billones de dólares anuales si el calentamiento excede 2 grados centígrados con respecto al presente. 

En lugares como España, la combinación de calor y la humedad pueden generar la tormenta perfecta para la pérdida de productividad, sobre todo en urbes como Sevilla, donde incluso por la noche se trabajaría peor si el mercurio prosigue su ascenso. Sería preciso mover el trabajo fuera del pico de las 3 horas más calurosas del día, aunque con otros problemas de salud como la falta de sueño. 

De vuelta a la nueva revisión, en el caso de otros fenómenos, la crisis climática no es siempre la responsable. En comparación, la mayor parte de las sequías severas en todo el mundo no son atribuibles (al menos no por entero) al cambio climático, así como tampoco los incendios forestales

En estos casos, también juegan un papel importante otros factores como la deforestación, la pobreza y la falta de infraestructura.

Los episodios de lluvia intensa también son más probables

Inundaciones en la India en octubre de 2020.
Inundaciones en la India en octubre de 2020.

La revisión también ha descubierto que los episodios de lluvia intensa —responsables de eventos como las inundaciones mortales que sacudieron Europa occidental en julio de 2021— han aumentado en la mayor parte del mundo debido al cambio climático, una probabilidad que no ha disminuido considerablemente en ningún lugar de la Tierra.

Al igual que las olas de calor, las inundaciones dejaron un reguero de fallecidos en los últimos 20 años que podría estar claramente infraestimado: 111.000. Además, la factura económica está por encima de los 610.000 millones de dólares, según el informe. 

Los autores esperan que el documento sea valioso para los gobiernos, las aseguradoras y los economistas que se preparan para los fenómenos meteorológicos extremos, y que genere más investigación sobre el coste de los mismos, no solo económico y en vidas humanas, sino también en salud mental, ecosistemas y agricultura.

Tanto 2021 como 2022 están siendo particularmente duros en términos climáticos: lluvias monzónicas desataron inundaciones desastrosas en Bangladés o China, y abrasadoras olas de calor han abrasado el sur de Asia y parte de Europa. 

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.