La OMS determina que el COVID-19 ya no es una emergencia sanitaria internacional

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.

Denis Balibouse/Reuters

  • Tres años y 3 meses después, el COVID-19 "ya no constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional", han determinado este viernes 5 la OMS y un comité de expertos.
  • "Ha llegado el momento de pasar a la gestión a largo plazo del coronavirus como problema sanitario permanente", añade la Organización Mundial de la Salud.

El COVID-19 ya no es una emergencia de salud pública internacional. Tres años y 3 meses después de que la enfermedad del coronavirus fuese declarada así, en enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud ha determinado que esa clasificación ya no tiene sentido.

El COVID-19 "es ahora un problema de salud establecido y en curso que ya no constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional" (ESPII, o PHEIC por sus siglas en inglés), ha decretado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, como recoge el comunicado de la organización, publicado este viernes 5.

La ESPII —no es lo mismo que la declaración de pandemia, que para el covid tuvo lugar el 11 de marzo de 2020— se basa en la valoración de si una enfermedad cumple con 3 criterios: constituye un evento extraordinario, supone un riesgo para la salud pública de otros Estados a través de la propagación internacional y requiere potencialmente una respuesta internacional coordinada.

Eso es lo que han estudiado los miembros del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional este jueves 4 en su 15ª reunión, tras la que han compartido una posición con la que el líder de la OMS está de acuerdo, es decir: "Ha llegado el momento de pasar a la gestión a largo plazo del SARS-CoV-2 como problema sanitario permanente".

Así, sostienen que, aunque el coronavirus "ha circulado y seguirá circulando ampliamente y evolucionando, ya no es un acontecimiento inusual o inesperado"; eso sí, el director general de la OMS puede convocar un comité de emergencia al respecto en un futuro "si la situación lo requiere".

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En el lado positivo, destaca la tendencia decreciente de las muertes por COVID-19—el miércoles 3 la OMS ya señalaba que los casos y muertes por coronavirus reportados semanalmente estaban "en el nivel más bajo desde que comenzó la pandemia"—, el descenso de las hospitalizaciones relacionadas con el covid y de los ingresos en unidades de cuidados intensivos y los altos niveles de inmunidad de la población al virus.

Además, alcanzar este punto de considerar que ya no es una emergencia sanitaria internacional "debería verse como un elogio a la coordinación internacional y al compromiso con la salud mundial", afirma la agencia de la ONU.

Por el contrario, el director general ha expresado "su preocupación por el hecho de que la notificación de datos de vigilancia a la OMS haya disminuido considerablemente, siga habiendo un acceso desigual a las intervenciones que salvan vidas y siga aumentando la fatiga pandémica".

De esta forma, ha anunciado la publicación de un Plan Estratégico de Preparación y Respuesta al COVID-19 2023-2025, con el que guiar a los países en esta transición (contiene acciones en 5 áreas: vigilancia colaborativa, protección de la comunidad, atención segura y escalable, acceso a contramedidas y coordinación de emergencias), y ha compartido varias recomendaciones temporales a todos los Estados parte.

 

Entre estas se encuentra prepararse para futuros eventos para evitar que se produzca "un ciclo de pánico y negligencia", integrar la vacunación contra el covid en los programas respectivos "a lo largo de la vida",  y continuar levantando las medidas sanitarias por covid relacionadas con los viajes internacionales en función de las evaluaciones de riesgo, así como "no exigir ninguna prueba de vacunación contra COVID-19 como requisito previo" para estos trayectos.  

En España, la última restricción que cayó fue el uso obligatorio de las mascarillas en el transporte, de forma que solo quedan en pie excepciones como los centros de salud y las farmacias.

A lo largo de estos años, las cifras oficiales de la OMS relacionadas con el COVID-19 recogen más de 6,92 millones de muertes y unos 765.000 casos confirmados; para combatirlo se han administrado más de 13,3 millones de dosis de vacunas.

Sin embargo, los datos reales pueden ser mucho mayores: la propia organización ya elevó el cálculo hace un año a unos 15 millones de fallecimientos, mientras que otra investigación llegó a estimar hasta 18 millones.

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