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Patinetes eléctricos: ¿comprar o alquilar? Ventajas y desventajas para ahorrar

La movilidad urbana está viviendo una transformación sin precedentes. Los vehículos de movilidad personal (VMP) se hicieron  un hueco de forma rápida inundando las calles de las grandes ciudades, al principio de forma beligerante hacia el peatón. Mientras se termina de aclarar si son o no son vehículos como tales, con la normativa en constante evolución, los usuarios de los patinetes eléctricos crecen cada día. Existe la opción de poder alquilarlos a través de distintas aplicaciones, o de animarse a comprar uno. ¿Cuál es mejor? En esta pieza se analizan los pros y contras de cara al ahorro.

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"Los patinetes son perfectos para desplazarme hacia el centro y por el centro de mi ciudad, Madrid, cuando voy con un poco de prisa o cuando voy cargada y no quiero estar mucho tiempo con peso en la espalda", explica Maui Cuadrado, usuaria de patinetes de alquiler de diferentes empresas.

Cuadrado suele concentrar su uso el fin de semana, el cual compagina con otros servicios de vehículos de alquiler. "Cuando retiraron los patinetes de Madrid por el vacío legal, los sustituí por las bicis de alquiler, que no son tan guay pero haces ejercicio", matiza, dando una de las claves por las que el uso de este transporte se está extendiendo por las principales ciudades del mundo desarrollado. Además, recuerda que también echa mano del micro alquiler de coches eléctricos o 'carsharing'. "Cuando voy a tope de bolsas, uso Car2Go, Emov, Wible o Zity. Tengo todas las 'apps'. Viva lo eléctrico... aunque con motos no me he atrevido todavía", explica.

El ejemplo de Maui Cuadrado explica con claridad el usuario tipo de este tipo de vehículos en cualquier ciudad española (y del mundo): manejo de 'apps' en su día a día, con conciencia de sostenibilidad y movilidad urbana.

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Maui Cuadrado, montada en un patinete eléctrico, en los alrededores de la Ciudad BBVA en Madrid.

Una opción "barata" de movilidad urbana que llega para quedarse

La llegada del patinete eléctrico es algo común en todas las ciudades. Repartidos por distintos emplazamientos, los patinetes están a disposición de todo aquel que desee usarlos, previo pago de un dinero por alquiler. Pero, ¿y qué hay de comprarse uno?

Respecto a aquel desembarco masivo que hubo en las principales ciudades españolas y del mundo, que trajo problemas de accesibilidad a los peatones, cabe señalar que los distintos ayuntamientos, acompañados por los responsables de tráfico, pusieron normas para una correcta convivencia.

¿Para que quiero el patinete?

Lo primero que hay que tener claro es el uso que se va a hacer del mismo. No es lo mismo tenerlo como forma de desplazarse de casa al trabajo todos los días de la semana, que usarlo solo los fines de semana. El precio del alquiler varía, dependiendo del tiempo que se use.

Ahora mismo, la mayoría de las empresas están cobrando un euro por el desbloqueo del patinete, y a partir de ahí, 15 céntimos de euro por cada minuto que se use. Por tanto, haciendo una estimación para un alquiler de 30 minutos diarios de patinete eléctrico, el coste por día sería de 5,5 euros si se realiza un viaje (6,5 si se hacen dos viajes de 15 minutos ya que habría que realizar dos desbloqueos).

Por tanto, para un uso de lunes a viernes durante un mes (21 días) para ir a trabajar, y regresar al domicilio, considerando dos viajes de 15 minutos, el usuario tendría un gasto de 136,5 euros al mes. Si no hubiera que hacer desbloqueo, tal y como ofertan algunas empresas de alquiler, el coste final (aproximadamente) a final de mes se reduciría a 94,5 euros. Cifras bastante inferiores a usar un coche para realizar el trayecto, sin hablar del impacto medioambiental, salvo que se use un coche eléctrico.

En el caso de Isabel Campillo, una residente en Madrid, el uso que hace del patinete de alquiler es de fin de semana. "Cojo tres, y no suelo hacer recorridos de más de 20 minutos en cada trayecto, lo que supone un gasto en ellos de unos 10-13 euros (como muchísimo) por fin de semana. No considero para nada que sea un medio de transporte caro, comparado con el resto disponibles", señala.

Solo queda considerar si este gasto es más rentable si se decide comprar un patinete eléctrico, circunstancia que obliga a que sea el usuario quien cargue el vehículo en su propio domicilio, conllevando un gasto en electricidad. "Estoy encantada con los que se pueden alquilar. Bueno, bonito, barato y ecológico", matiza Maui Cuadrado, cuyo uso es también de sábado y domingo.

Antes de decidirse por la compra hay que encontrar el modelo que se adapte a las necesidades del usuario, para lo cual se deberá tener en cuenta cuestiones de diseño (medidas y peso), velocidad, autonomía y tiempo de carga, motor, frenos… Y es fundamental comprar un patinete del que se puedan encontrar de forma sencilla recambios (ruedas, sistema de freno, tornillos…).

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¿Alquilar o comprar? Qué opción es mejor para ahorrar en el mundo de los patinetes eléctricos.

Ventajas y desventajas de la compra

En cuanto el uso del patinete es continuo, la opción de la compra parece la más ventajosa económicamente. Y se ve que no pocas personas han decidido comprarse uno en los últimos meses, como se recogía en estas noticias de elperiodico.com o de economiadigital.com.

En esa línea, Javier Cañada, propietario de un patinete en Madrid, evidencia el porqué de su adquisición: "Compré por comodidad, tenía que hacer todos los días cuatro trayectos de 1,2 kilómetros, más o menos, para ir y volver de la oficina, por lo que tardaba cinco minutos y podía comer en casa". Además, para él no es un estorbo tener que cargar con él o subirlo a su oficina: "Lo pliego y lo meto debajo de la mesa".

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¿Y cómo llevó a cabo la compra? Para Javier, fue importante el boca a boca y mirar en la red las diferentes opciones: “A partir de la recomendación de un amigo, comencé a comparar en internet”. Una técnica también usada por Cristina Sánchez, que tiene en propiedad un patinete eléctrico: "En la red se pueden encontrar multitud de opciones, comparativas, buenas ofertas…". Sobre el coste de la recarga, ambos coinciden en apuntar que estaría en torno a los 5 € al mes cargando la batería tres veces por semana.

A continuación, las principales ventajas y desventajas de comprarse uno:

Ventajas:
1. En pocos meses se rentabiliza frente al coste del alquiler.
2. Siempre está disponible para ser usado.
3. Se puede subir al domicilio.
4. También se puede subir al lugar de trabajo.
5. Se recarga en casa.
6. Se puede recargar en el lugar de trabajo.
7. Es posible transportarlo a una ciudad que no tenga patinetes de alquiler.
8. Está la opción de compartirlo con la familia, compañeros de piso, amigos, etc.

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Desventajas
1. La horquilla de precios es amplía: 300€ - 2.000€
2. Su potencia y capacidad para subir cuestas es directamente proporcional a su precio.
3. La carga de la batería es lenta: unas seis horas de media.
4. La autonomía es pequeña, y dependiendo del peso del usuario y del recorrido que haga, habrá que restarle un 20% aproximadamente de la duración que promete el fabricante.
5. Se puede subir a casa: ocupa poco... pero no tan poco. Depende del espacio que se tenga.
6. Se puede atar en la calle, si no lo puedes guardar allá donde llegues.
7. Mantenimiento: pinchazos, luces, motor...
8. Sólo se puede circular con ellos por carril bici o por vías específicas.

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El móvil, esencial para hacer el alquiler o comparar precios en internet para comprar.

Limbo legal de los ‘patinetes eléctricos’ en las ciudades españolas

Actualmente, los patinetes eléctricos y demás vehículos de movilidad personal (VMP) viven un limbo legal que no los considera vehículos, ya que para la Dirección General de Tráfico (DGT) la mínima especificación para tal denominación es una bicicleta. El único documento, de 2016, que los has tratado es la Instrucción 16.V-124 (no de obligado cumplimiento), en la que la DGT considera que los patinetes no son peatones y, por tanto, no pueden ir por los mismos espacios que estos. Pero, a su vez, tampoco son vehículos de motor (no requieren de carné para conducirlos).

Además, según dicha instrucción no es obligatorio tener seguro, salvo que la autoridad local lo determina en una normativa propia. Pero, de existir un accidente el conductor del patinete debe responder como sucede con cualquier otro vehículo, incluyendo sanciones por denegación de auxilio y manejar el patinete bajo los efectos de alcohol o drogas.

Por tanto, y básicamente, la DGT deja en ‘la acera’ de cada autoridad municipal la decisión de autorizar su uso, su circulación por el espacio público, e incluso la opción de habilitar carriles especiales. Ejemplo de ello es Madrid, ciudad en la que recientemente el Ayuntamiento de Madrid autorizó 8.610 patinetes eléctricos de los 108.094 solicitados por 25 empresas. Una medida realizada tras ordenar retirarlos hasta que Lime, Voi y Wind, empresas de alquiler implantadas en la capital de España, adaptaran sus ‘apps’ y cumpleran los requisitos contemplados en la Ordenanza de Movilidad Sostenible, aprobada en noviembre de 2018.

Una ordenanza que, para Madrid y los patinetes eléctricos, reguló por primera vez su uso. Prohibió que circulen por la acera en todos los casos, aunque podrán circular por todas las calles con un límite de velocidad de 30 o 20 kilómetros por hora, que en la práctica supondrán el 95% de las vías. Por las calzadas, los patinetes tienen que circular por la parte central del carril, estando habilitados a circular por ciclocalles, carriles bici, pistas bici, por la calzada de calles integradas, eso sí dando siempre la prioridad al peatón. Además, recomendó el uso del casco y la edad mínima permitida para circular con ellos será de 15 años. En cuanto al aparcamiento, los VMP se podrán estacionar en las zonas reservadas y podrán dejarse en las aceras siempre que dejen más de tres metros de ancho libre.

En Barcelona, en cambio, el Ayuntamiento de Barcelona lanzó en julio de 2017 una ordenanza pionera para regular los vehículos de movilidad personal. En la Ciudad Condal se pueden encontrar varias rutas habilitadas para VMP, tanto del tipo A (no más de 25 kilos) como tipo B (hasta 1,9 metros y 50 kilos). Además, al igual que en Madrid, no se pueden aparcar en cualquier lado: solo se podrán dejar en espacios habilitados para ello y en aceras con espacio suficiente. En cuanto a la edad mínima de uso, aquí se establece en 16 años y se recomienda el uso del casco, que es obligatorio cuando se utiliza un vehículo de más de 25 kg.

El último ayuntamiento que ha aprobado, a la espera de que se concrete de forma definitiva, una ordenanza de movilidad para los patinetes ha sido Valencia. Regula de forma más completa las velocidades, seguridad y otros aspectos de estos medios de transporte.

En otras ciudades, como Zaragoza, el Ayuntamiento estudiará la regulación de los patinetes eléctricos tras la reclamación por parte de los usuarios de una normativa concreta. Allí, el patinete está regulado por una ordenanza de 2009, misma circunstancia que para Pamplona. En otros lugares como Santander, Murcia, Vigo y La Coruña todavía no existe una ordenanza concreta que regule su uso.