Opinión: Es hora de un 'better capitalism'

| Traducido por: 
Pavel Ramírez
Henry Blodget, cofundador y CEO de Business Insider
Henry Blodget, cofundador y CEO de Business Insider
  • Henry Blodget es cofundador, CEO y editor in chief de Business Insider.
  • A través de Business Insider Henry explica porqué es tan importante para la economía pensar en un nuevo modelo más equilibrado conocido como Better Capitalism.

Durante las últimas décadas, la economía ha sufrido un profundo cambio.

Una transformación que ha ayudado a los ricos a ser aún más ricos y que también ha contribuido a incrementar la desigualdad de ingresos y la decadencia de la clase media. Y, además, ha alimentado el odio populista en todo el espectro político, frenando el crecimiento económico como resultado.

Salarios en comparación con el PIB

¿Cuál es este cambio?

El pensamiento de que la única misión de las compañías es maximizar sus beneficios para sus accionistas.

Sólo hay que hablar con personas del sector de la gestión financiera y proclamarán esto como una ley del capitalismo. También citarán otras, incluyendo la idea de que los empleados son "costes" y los jefes competentes deberían minimizar esos costes pagando a sus empleados lo menos posible.

Estas prácticas deberían ayudar a disparar los precios de las acciones. Pero, en realidad, no son leyes del capitalismo.

Son elecciones

Y son elecciones que debemos reconsiderar si queremos restaurar el sentido de la justicia y las oportunidades para revitalizar nuestra economía.

No hace mucho, los propietarios de corporaciones y gestores de EE.UU. elegían de modo distinto: las elecciones que eran mejores para la mayoría de los estadounidenses y la economía. También tenían un concepto completamente distinto de sus responsabilidades.

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"El trabajo de dirigir", proclamaba Frank Abrams, presidente de Standard Oil, en 1951, "es mantener un equilibrio equitativo entre las demandas de varios grupos interesados directamente ─accionistas, empleados, clientes, etc.─ y el público en general".

Pagando buenos salarios, invirtiendo productos de futuro y generando razonables (no "maximizados") beneficios, las compañías estadounidenses de los años 50 y 60 crearon un valor para todas las esferas, no sólo una. Como resultado, la economía nacional se disparó.

En las últimas décadas, en cualquier caso, este equilibrio se ha desestabilizado radicalmente.

El estancamiento y el mercado a la baja de los años 70 contribuyó al aumento del activismo de los accionistas, una tendencia inmortalizada en los años 80 por el magnate Gordon Gekko en la película Wall Street. En esos tiempos, las compañías estadounidenses se había vuelto perezosas y autocomplacientes, por lo que necesitaban una patada en el trasero. "La codicia es buena", declara en un momento dado Gekko, despidiendo a presumidos directivos y reestructurando compañías débiles. Y los accionistas asediados del país aplaudieron justificadamente.

Pero 30 años después, la revolución de los accionistas de Gekko se sigue haciendo más fuerte y el péndulo se ha desviado demasiado. Basándose en una industria enorme e hipercompetitiva, las compañías de EE.UU. ahora sirven cada vez más a un único fin ─los accionistas─, mientras son severas con sus empleados y cortan inversiones en productos de futuro.

La imagen más ilustrativa es la diferencia entre los beneficios y los salarios.

Los márgenes de beneficio han incrementado en los últimos 15 años y ahora están cerca de sus niveles máximos históricos. Los salarios, por el contrario, han ido decayendo durante cuatro décadas.

Salarios como porcentaje de la economía nacional

El salario como un porcentaje de la economía del país

Márgenes de beneficio como porcentaje de la economía del país

Márgenes de beneficio como porcentaje de la economía

Tampoco son las únicas consecuencias en nuestras economía de la religión del "valor de los accionistas".

El 1% más rico de los estadounidenses ahora posee cerca del 45% de todo el patrimonio del país, cerca del nivel más alto desde los locos años 20. Estos estadounidenses ganaron de media 14 millones de dólares en 2013. Mientras tanto, la riqueza media del siguiente 9% ha bajado en los últimos años a unos 80.000 dólares anuales, el mismo nivel que mediados los años 80. Millones de estadounidenses que trabajan a tiempo completo para corporaciones con altos beneficios ganan tan poco que están por debajo del umbral de la pobreza. El 50% más bajo de los estadounidenses no posee nada.

Más allá de la justicia y la decencia ─la decisión ética de compartir más el valor económico que una compañía crea con las personas que dedican su vida a crearlo─, el problema con la obsesión por maximizar los beneficios es que daña nuestra economía.

¿Por qué?

Porque los salarios y las inversiones en una compañía devienen en ingresos para otras.

Los consumidores suponen en torno al 70% del gasto en la economía, por lo que nuestro gasto es lo que lleva al crecimiento económico. Mucha gente trabaja, así que otro nombre para los consumidores es el de "empleados". Y, excepto por los estadounidenses más ricos, la mayoría de nosotros gasta casi todo lo que gana.

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Cuando pagamos menos, tenemos menos para gastar y el crecimiento económico se frena. Cuando pagamos más, el crecimiento se acelera.

El gasto del consumidor también lleva a la inversión en los negocios. Cuando los consumidores no tienen mucho, las empresas invierten agresivamente en generar esa demanda que falta. Cuando los consumidores están sin blanca, las compañías se sientan sobre su dinero o simplemente se lo dan a sus accionistas. En medio de una ya de por sí débil demanda en la actualidad, las compañías están solucionando el problema recortando inversiones e incrementando dividendos.

Para ser claro: no hay nada necesariamente erróneo con que algunos gestores de inversión ganen 500 millones al año o que un candidato presidencial [por Donald Trump en 2016] haya ganado 10.000 millones de dólares. El capitalismo es el mejor sistema económico para conocer a una persona y el "motivo del beneficio" ayuda a hacerlo.

El problema es que cuando el capitalismo se practica del modo en que se hace hoy en día, la riqueza se concentra tanto que la mayoría ni siquiera se gasta. (Los multimillonarios pueden contratar sólo unos cuantos proveedores de servicios y adquirir un número limitado de coches, casas e islas).

Los economistas citan muchos factores que han contribuido al incremento de los beneficios y el decrecimiento de los salarios a lo largo de las últimas décadas: la globalización, la brecha formativa, la decadencia de los sindicatos o la pérdida de "trabajos en fábricas con altos salarios".

Estas tendencias son reales, pero distraen de la causa real: los propietarios de compañías están escogiendo maximizar el beneficio a corto plazo pagando a sus empleados tan poco como sea posible.

Y ya es el momento de equilibrar esa balanza.

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