La OTAN vira hacia la ciberdefensa en una clara alusión a Rusia

Tres marines estadounidenses descansan durante unas maniobras internacionales con la OTAN cerca de Ventspils (Letonia) el 6 de junio de 2017.
Tres marines estadounidenses descansan durante unas maniobras internacionales con la OTAN cerca de Ventspils (Letonia) el 6 de junio de 2017.
  • La OTAN se prepara para contraatacar frente al incremento de los ciberataques de países como Rusia y China.
  • La Alianza ha anunciado que se dispone a utilizar armas cibernéticas en sus operaciones militares en vez de limitarlas a un uso defensivo.
  • El cambio en la política de la organización coincide con las diferentes investigaciones sobre las injerencias rusas en las elecciones en Europa y Estados Unidos.

La OTAN anunció el mes pasado que tiene planes para mejorar sus instrumentos y estrategia de ciberdefensa frente a las continuas amenazas e intentos de ciberataques de Rusia, China y Corea del Norte.

El cambio en la política de la Alianza permitirá a la organización utilizar de forma proactiva ciberarmas y otras formas de defensa activa contra posibles gobiernos hostiles. El movimiento supone una de los mayores cambios en la política de la organización durante años.

"Se trata de una desviación notable de la posición histórica de la OTAN de utilizar el ciberespacio solo como defensa, sobre todo para evitar la infiltración en sus propias redes", escribe en Foreing Policy el exasesor para la ciberdefensa de la OTAN y coronel retirado de la Fuerza Área de Estados Unidos Rizwan Ali. "Este enfoque más agresivo es un mensaje, principalmente para Rusia, de que la OTAN piensa utilizar las capacidades cibernéticas de los países miembros para disuadir los ataques del mismo modo que utiliza su arsenal terrestre, marítimo y aéreo". 

El uso del ciberarmamento se integrará dentro de la estructura de mando militar actual de la Alianza, responsable de desplegar tropas y otro tipo de operaciones militares. Los comandos regionales de la OTAN, sin embargo, no podrán desplegar ni desarrollar sus propias ciberarmas; solo podrán obtener la tecnología que soliciten los estados miembro.

"Esto reforzará nuestras ciberdefensas y permitirá integrar lo cibernético en todas las operaciones y planes de la OTAN", aseguró el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante una rueda de presa el mes pasado.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, interviene durante una conferencia de prensa en el cuarte general de la Alianza en Bruselas (Bélgica) el pasado 25 de octubre de 2016.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, interviene durante una conferencia de prensa en el cuarte general de la Alianza en Bruselas (Bélgica) el pasado 25 de octubre de 2016.

Estados Unidos y sus aliados europeos urgen a la OTAN que aumente sus ciberdefensas desde hace años, sobre todo desde que países como Rusia y China han incrementado sus ofensivas cibernéticas contra intereses occidentales.

En 2008, un año después de los ataques promovidos por Rusia contra las páginas de medios de comunicación y el parlamento de Estonia, la OTAN creó el Centro de Excelencia de Cooperación en Ciberdefensa (CCD COE) para promover las mejores prácticas, mejorar el traspaso de información entre los miembros de la Alianza, realizar investigaciones y formar en ciberdefensa.

Un total de 17 países, incluidos Estados Unidos, Francia, Alemania, España, Bélgica, Turquía y Reino Unido, han contribuido a la creación del centro, el cual se encuentra en Tallin, la capital de Estonia. 

Sin embargo, el tan anunciado CCD COE parece hacer más bien poco contra los ataques de Rusia, que ha intentado interferir en las elecciones de Estados Unidos, Francia, Alemania y Países Bajos durante los dos últimos años.

Además, se cree que el Kremlin ha continuado sus ataques en respuesta a las sanciones impuestas al país por Estados Unidos y la Unión Europea tras las anexión de Crimea en 2014.

Aunque la OTAN no se refirió de manera explícita a Rusia durante el anuncio de su nueva política de ciberguerra en noviembre, el momento del cambio sugiere que la Alianza está cada vez más preocupada por el incremento de los ataques. "Debemos ser tan eficaces en el frente cibernético como ya lo somos en tierra, mar y aire; debemos comprender y responder en tiempo real a las amenazas a las que nos enfrentamos", aseguró Stoltenberg.

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