El otro lado del turismo low cost en el Caribe: se dispara el negocio de los cruceros de segunda mano

Mar Nuevo,
Crucero Queen Mary 2

En un año que marcará el récord de encargos de barcos por parte de las navieras, con 113 nuevos pedidos y 268.854 plazas adicionales, el mercado de segunda mano experimenta un auge paralelo.

A medida que las compañías reciben sus flamantes cruceros, necesitan deshacerse de los antiguos, antes de que se devalúen tanto como para acabar desguazados en el Sudeste Asiático.

Según un estudio de Cruise Industry News, históricamente el mercado de cruceros de segunda mano contabilizaba dos o tres transacciones anuales pero en 2018 se prevé que la cifra alcance la decena.

Las transacciones de buques en lo que va de año incluyen el Pacific Jewel, con capacidad para 1.590 pasajeros, que dejará la flota de P&O Australia la próxima primavera; el Louis Majesty, vendido a Mano Maritime; el Pacific Eden, adquirido por Cruise&Maritime Voyages; y el Prinsendam, de 835 plazas, vendido por Holland America Line a Phoenix Travel.

Además, la compañía británico-estadounidense P&O Cruises anunció que su buque Oriana, de 1.822 plazas, también abandonará la flota, en este caso en 2019, si bien aún no ha precisado el comprador.

Por su parte, Saga Cruises espera desprenderse de los barcos Pearl II y Saphire, ya que recibirá nuevos navíos en los años 2019 y 2020.

Barcos cada vez más viejos

Otros buques que cambiarán de propietario son el Gemini, de SunStone, con capacidad para 1.074 pasajeros, y el Discoverer, de Silversea, un barco de lujo 128 plazas.

Las transferencias de barcos continuarán con Carnival, propiedad de Costa Cruceros, que transferirá la nave NeoRiviera, de 1.727 plazas, a la marca AIDA a finales del próximo año.

Además, el Superstar Libra, de la compañía Genting Hong Kong, puso punto y final a su carrera como barco de cruceros a principios de verano y fue trasladado a un nuevo astillero de MV Werften donde se convertirá en hotel flotante para apoyar los ambiciosos proyectos de nueva construcción de la compañía.

Según estimaciones de la industria, los barcos de cruceros tienen una vida útil de 30 años. O más exactamente: ese es el tiempo en que se lo puede vender antes de que su precio original se devalúe más del 15%.

Sus opciones, a partir de ese momento, oscilan entre pasar al desguace en las costas del Sudeste Asiático y tener una nueva vida en circuitos low cost del Caribe.

Así, entre Miami, las Bahamas, Cuba y otros destinos del Caribe los cruceros más económicos ofrecen rutas de entre dos y cuatro días operados con barcos construidos en el boom de la industria naviera de los años 90.

 

Artículo original de Cerodosbé.

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