Los países ricos están reservando todas las dosis de la vacuna contra el coronavirus, lo que significa que los más pobres tendrán que esperar

Una muestra de una vacuna, expulsada por jeringuilla.
Una muestra de una vacuna, expulsada por jeringuilla.REUTERS/James Akena
  • Los países ricos están gastando cientos de millones de euros para reservar dosis de vacunas COVID-19 a futuro, cuando se dé con la fórmula correcta.
  • Esto significa que los países más pobres pueden quedar a la espera de meses para obtener suficientes dosis con las que inocular a sus ciudadanos.
  • Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y los Países Bajos han reservado multitud de dosis de la vacuna de AstraZeneca, desarrollada por la Universidad de Oxford.
  • China, que también está trabajando en el desarrollo de su propia vacuna, se ha comprometido a dar primero a los países africanos cualquier vacuna que tenga éxito.
  • El esfuerzo de los fabricantes de vacunas está encabezado por entidades como la Fundación Bill y Melinda Gates, la Cruz Roja, la Coalición de Innovaciones en la Preparación para las Epidemias y Gavi, la Alianza para las Vacunas.
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Cintillo especial Coronavirus

Los países más ricos del mundo están haciendo grandes esfuerzos para pedir por adelantado cuantas vacunas del COVID-19 puedan, lo que podría significar que los países pobres se quedarán sin ellas una vez comience su fabricación.

Aunque ha pasado poco tiempo, ya hay un puñado de candidatas a vacunas que han mostrado resultados esperanzadores durante los ensayos clínicos, entre ellos el prometedor de la Universidad de Oxford, asociado con el gigante farmacéutico AstraZeneca.

Estos son los países que más están invirtiendo para recibir las vacunas a futuro.

  • El 17 de mayo, Reino Unido invirtió 70 millones de euros en el programa de vacunas de Oxford a cambio de 30 millones de dosis.
  • El 21 de mayo, Estados Unidos aseguró 300 millones de dosis de la misma vacuna después de firmar un acuerdo de casi 1.100 millones de euros con AstraZeneca.
  • El 15 de junio, Alemania, Francia, Italia y los Países Bajos firmaron un acuerdo con AstraZeneca por 400 millones de dosis para finales de 2020.
  • Y el 17 de junio, la Unión Europea lanzó su Estrategia Europea de Vacunas para asegurarse de que todos en el bloque tengan acceso a una inoculación. En ella se han destinado 2.050 millones de euros.
El primer paciente inscrito en el ensayo de la vacuna de Pfizer en la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland (Baltimore, EEUU).
El primer paciente inscrito en el ensayo de la vacuna de Pfizer en la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland (Baltimore, EEUU).University of Maryland School of Medicine/AP Photo

Los fabricantes de vacunas estiman que serán necesarias por lo menos 10.000 millones de dosis para cubrir una demanda global, según el doctor Frank Heinricht, CEO del fabricante de frascos de vidrio Schot. El experto está asociado actualmente con gigantes farmacéuticos, como AstraZeneca, para envasar una vacuna.

Activistas de las Naciones Unidas y Cruz Roja Internacional han advertido que esa planificación anticipada de esos países dejará sin existencias a los países más pobres.

"No podemos confiar sólo en la buena voluntad para asegurar el acceso", señala Arzoo Ahmed, del Consejo Nuffield de Bioética de Gran Bretaña, a The Associated Press.

"Con el VIH/SIDA se necesitaron 10 años para que los medicamentos llegaran a los países más pobres. Si eso sucede con COVID-19, sería muy preocupante".

Una vista del logo de AstraZeneca en un edificio del sur de San Francisco, California
Una vista del logo de AstraZeneca en un edificio del sur de San Francisco, CaliforniaAssociated Press

El doctor Soumya Swaminathan, jefe científico de la OMS, está preocupado por una posible "situación en la que haya dosis de la vacuna, pero estén sólo disponibles para algunos países".

"Necesitamos tener un consenso sobre eso para poder acordar compartir la vacuna de manera que proteja a los más vulnerables".

Para ello, en el organismo han puesto en marcha varias iniciativas para asegurar que los países más pobres también tengan acceso a la vacuna.

El Presidente francés Emmanuel Macron visita un laboratorio de una unidad de vacunas en la planta de Sanofi Pasteur en Marcy-l'Etoile, Francia.
El Presidente francés Emmanuel Macron visita un laboratorio de una unidad de vacunas en la planta de Sanofi Pasteur en Marcy-l'Etoile, Francia.Associated Press

El 4 de junio, AstraZeneca aseguró haber firmado acuerdos por un valor de 670 millones de euros con la Coalición para Innovaciones en la Preparación ante Epidemias (CEPI) y Gavi, la Alianza para las Vacunas, para asegurar 300 millones de dosis.

La Unión Europea, por su parte, también está interesada en conseguir su parte, pero no quiere que los países más pobres no se queden atrás. "Cuando se trata de luchar contra una pandemia mundial, no hay lugar para 'yo primero'", sentenció el miércoles Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

AstraZeneca también firmó un acuerdo con el Instituto del Suero de la India, que reservará 400 millones de dosis para los países de ingresos bajos y medios.

Johnson & Johnson, a su vez, dijo que no obtendrá beneficios de la venta de su vacuna a las naciones más pobres; una medida que AstraZeneca se ha apresurado a imitar.

China, que también está trabajando en el desarrollo de una vacuna, se ha comprometido a dar primero a los países africanos cualquier vacuna que tenga éxito. El Presidente Xi Jinping mencionó el mes pasado que cualquier investigación sobre la vacuna sería considerada "un bien público global".

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.Getty

La pregunta de quién recibe la vacuna, cuándo y cuántas unidades recibe se ha convertido en un dilema ético.

"Existe la idea de que la vacuna es una tarjeta de salida de la cárcel", consideró Arthur Caplan, director de la División de Ética Médica de la Universidad de Nueva York, a Business Insider el mes pasado. "Pero lo cierto es que veremos el mayor desafío ético que el mundo haya vivido jamás."

Aunque Estados Unidos ha tratado de reservar suficientes dosis para cada uno de sus ciudadanos, seguirá habiendo una jerarquía dentro del país.

La administración del presidente Donald Trump señaló el martes que se pondrá en marcha un sistema para que la gente vea quién tiene acceso a las primeras dosis de la vacuna. Además, la vacuna será gratuita para los americanos vulnerables si no pueden pagarla (una excepción en su sistema sanitario).

En marzo, el periódico alemán Welt am Sonntag informó que Trump había ofrecido una gran suma de dinero para asegurar los derechos exclusivos de una vacuna COVID-19 de la compañía alemana CureVac. Estados Unidos ha negado la mayor.

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