La primera panadería del mundo que probó a repartir con drones explica a Uber Eats por qué no va a poder hacerlo (por ahora)

Un dron de Uber Eats.
Un dron de Uber Eats.

Uber ha anunciado que va a comenzar a repartir muy pronto pedidos de Uber Eats con drones.

La empresa (valorada en 60.000 millones) ya probó el sistema en fase inicial como parte de un proyecto de la Universidad Estatal de San Diego, California, en colaboración con McDonald’s, y este junio anunció que comenzará a repartir así a finales de este año.

Pero este es un método que ya probó una panadería española, la cántabra Currus&Co, que se posicionó como la primera del mundo en intentar repartir comida con drones.

Currus&Co desarrolló un sistema como el que ahora busca instaurar la de San Francisco, pero no llegó a comenzar su reparto (a pesar de aparecer en la mayoría de los medios españoles como la pionera en el sector) por los impedimentos que presenta la legislación española.

La panadería explica a Business Insider España las dificultades que va a encontrase el gigante de la movilidad para cumplir con su propósito, tanto en España como en el resto del mundo, a petición de este medio:

1. La legislación: en España es restrictiva con respecto a los drones en ciudades, y es así en muchos otros países del mundo

El gerente y fundador de Currus&Co, Enrique Colsa, cuenta a Business Insider España que el principal impedimento que la empresa se encontró cuando anunció que sería la primera panadería del mundo en repartir con drones fue la prohibición española a que estos dispositivos sobrevolaran núcleos urbanos, algo que a día de hoy ha cambiado.

Esta prohibición no era exclusiva de España, y, de hecho en San Diego, California, la Administración Federal de Aviación ha concedido a Uber un permiso para probar la entrega de comida con drones. 

Ese permiso es necesario porque en EEUU la FAA no permite hoy día los repartos con drones (solo pruebas durante un periodo de tiempo limitado) y tampoco permite que estos vuelen más allá de la vista de quienes los operan, según este informe de transporte y logística de Business Insider Intelligence, aunque informaciones más recientes apuntan que esta restricción podría liberarse pronto.

En España, el BOE del viernes 29 de diciembre de 2017 explica que, a partir de entonces, los drones pueden operar "en ciudades, pueblos o lugares habitados o reuniones de personas al aire libre".

Pero ojo, solo pueden hacerlo siempre y cuando no pesen más de 10 kilos, queden dentro del alcance visual del piloto y a no más de 100 metros de este, y no vuelen a más de 120 metros de altura.

Además, deberán mantenerse a 50 metros en horizontal de "edificios u otro tipo de estructuras y respecto de cualquier persona", salvo que la empresa que los opere consiga un certificado de aeronavegabilidad que indique lo contrario, lo que dificulta la tarea de este tipo de empresas de reparto a domicilio.

Tampoco pueden operar alrededor de aeropuertos, entre otros ámbitos más restrictivos que regula el citado boletín.

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La legislación, por supuesto, podría cambiar en unos años, a lo que estarán atentas empresas logísticas como esta, Amazon o cadenas de comida como Domino's Pizza.

De hecho, en EEUU dos portavoces de la FAA y el Departamento de Transporte señalaron a Business Insiderque "la administración estadounidense actual está comprometida a facultar a empresas como Uber para que encuentren formas seguras de innovar y lanzar nuevos productos, algo que muchas de las leyes actuales no permiten".

2. La configuración de los mismos drones: no pueden levantar más del 25% de su peso

Colsa recuerda que la mayoría de los drones no pueden transportar un peso que supere el 25% del suyo, como supo cuando su empresa intentó implantar este modo de reparto. 

"Es decir, que si un dron pesa 4 kilos, por poner un peso redondo, el dron solo podrá transportar un kilo", señala el fundador, recordando que un dron de 8 hélices suele pesar entre 2 y 3 kilos, por lo que solo podría transportar medio kilo, el primero, y 0,75 kilos el segundo.

Una pizza mediana puede rondar los 900 gramos y una lata de bebida, más de 300 gramos.

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Esto no suponía una dificultad para Currus&Co, porque el pan es ligero, pero sí podrá suponerlo para Uber, que busca repartir con drones pedidos de Uber Eats... ya que sus usuarios pueden pedir comida de todo tipo y en las cantidades que desean. 

El modelo de reparto con drones también obligaría a modificar la forma de empaquetar los alimentos que se entregarán a domicilio, y genera dudas cómo estos aparatos llevarán por el aire una pizza familiar, una bebida gaseosa o una sopa, por ejemplo.0

Precisamente por eso Uber ha diseñado con McDonald's paquetes para transportar su comida intacta; caliente la que debe comerse caliente, como las hamburguesas, y fría la que debe comerse fría, como los helados.

El tiempo atmosférico será otro factor que afectará al reparto (como pasó en un reparto con dron que Uber organizó para que lo viese la prensa, y que tuvo que cancelarse ante una "fuerte brisa"), y que no es el mismo en todos los países en que opera Uber. 

3. La entrega de los pedidos en bloques de pisos

Aunque la idea de Uber es que los drones tan solo lleven los pedidos hasta coches autónomos y que desde allí repartidores los acaben de distribuir hasta las casas de los clientes, el fundador de la panadería recuerda que un importante problema es la distribución actual de las ciudades.

Los drones no podrían llegar hasta la puerta principal de las casas de los usuarios que vivan en grandes bloques, por ejemplo, así que esto exige costes extra como tener que contratar a personal que termine el reparto, o idear otros métodos que solucionen esta dificultad: ¿que aterricen en los patios traseros? ¿Que los usuarios acudan a la puerta del bloque a recoger el pedido? ¿Que abran la ventana para recibirlos?

"Ha habido muchos intentos de entrega con drones: aterrizando en buzones de correo y en patios de atrás con paracaídas", ya apuntaba el jefe de operaciones de vuelo de Uber Elevate, Luke Fischer, en el escenario de un evento en el que presentaba el proyecto

"Pero nos encontramos con los mismos problemas. Simplemente no funciona en zonas urbanas donde la gente no tiene patios de atrás, no tiene buzones con capacidad para drones o no tiene patios para paracaídas", indicaba.

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Otra opción que Colsa valora es encontrar espacios abiertos donde el dron pueda dejar los productos, que recojan los clientes, aunque de nuevo no se trataría exactamente de un reparto a domicilio, que es lo que los usuarios esperan cuando pagan por un servicio así. 

4. Los drones necesitarán personal especializado que los opere, y no podrán estar muy lejos del aparato

El fundador de la panadería recuerda que para operar con los drones es necesario ser, o contratar a una empresa homologada, ya que un dron es un "aparato bastante peligroso" que debe manejar "una persona experimentada", por diferentes motivos como que la mercancía tiende a balancearse con el vuelo.

Todo ello supone una cuestión económica compleja "si tienes que tener a un empleado, más un repartidor, más una furgoneta... es mejor tener solo a una persona capaz de pilotar drones... pero para que sea rentable tienes que vender muchos panes". 

Además, no es realista pensar en que el reparto podría llevarse a cabo solo con una persona. 

En el plan de Uber, el restaurante sí que se encargará de preparar y cargar la comida en un dron, pero luego el Uber Elevate Cloud System será quien monitorizará y guiará el vuelo del dron, y notificará a un conductor ("colaborador", según la empresa) de Eats dónde y cuándo recoger el paquete para terminar el reparto, según TechCrunch.

Pero Uber argumenta que sus clientes pedirán comida con sus drones porque las entregas serán más rápidas y supondrán un ahorro de dinero, y no está claro que sea así contando con un servicio que requiere tantos intermediarios, apunta el empresario, aunque esto deberá detallarlo la empresa ante sus accionistas cuando ponga el plan en marcha.

Una campaña de marketing bien montada, con difícil implementación en un futuro cercano

Colsa opina que en España, los procesos de este tipo son tan lentos y burocráticos que tardará en llegar una legislación permisiva con estos repartos, y con la que puedan ser rentables.

"Es un tema publicitario, un mensaje promocional, pero no creo que sean capaces de implementarlo a menos que se trate simplemente de un acercamiento de la mercancía entre dos bases de la empresa. A nivel particular, estandarizar estos sistemas es muy difícil", concluye.

Uber Eats es una plataforma de reparto de comida desde los restaurantes hasta los domicilios de los usuarios a cambio de una comisión. Pertenece a la compañía de VTC Uber, con sede en San Francisco, EEUU, que salió a bolsa el pasado mayo.

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