Por qué el ser humano tiende a ver caras en todas partes: la ciencia explica las razones detrás del fenómeno de la pareidolia

Mochila

Getty Images

  • ¿Ves habitualmente caras en los coches, en las nubes y en toda clase de objetos cotidianos como los enchufes? No es cosa tuya: la ciencia explica que se trata de un fenómeno conocido como pareidolia facial.
  • Un nuevo estudio brinda una idea de lo que sucede en el cerebro al ver un indicio de dos ojos y una nariz.
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¿Has visto una cara en la mochila de esta foto de portada? La pareidolia se trata de un fenómeno psicológico donde un estímulo vago y aleatorio, normalmente una imagen, es percibido erróneamente como una forma reconocible o con un patrón familiar. Precisamente su etimología procede del griego eidolon (εἴδωλον): figura o imagen y el prefijo para (παρά): junto a o adjunta. 

En el caso de la pareidolia facial, a grandes rasgos vemos rostros donde no los hay. Una nueva investigación, publicada en la revista Proceedings of the Royal Society B, se propuso averiguar si el cerebro procesa estas caras de la misma manera que las reales, y la respuesta fue que sí. 

Según explican desde Science Alert, participa el mismo circuito neuronal involucrado en descubrir qué está haciendo una cara, aunque la persona sepa que lo que está observando ante sus ojos es en realidad una nube, un mando a distancia o el morro de un coche.

"Sabemos que estos objetos no son realmente rostros, pero la percepción de un rostro perdura", dice el psicólogo David Alais, de la Universidad de Sídney (Australia). "Es una experiencia paralela: un rostro convincente y un objeto a la vez". 

En el experimento, 17 voluntarios estuvieron frente a numerosos objetos ilusorios y humanos, repetidos varias veces, y tuvieron que calificar la fuerza de la emoción en cada uno a través del mismo software de computadora.

Paredolia

Universidad de Sidney

En la mayoría de ocasiones los participantes se mostraron de acuerdo con las expresiones que mostraban los rostros de pareidolia, un sesgo que tuvo lugar en función de la expresión del rostro anterior, algo que también hacemos con los rostros humanos.

Dicho de otro modo, ver una sucesión de caras felices hace a las personas propensas a percibir el siguiente rostro observado también como feliz. El hecho de que este sesgo se haya observado tanto en rostros reales como ilusorios sugiere que el cerebro los procesa igual y con redes neuronales parecidas. "No se descartan los rostros de pareidolia como detecciones falsas, sino que se someten a un análisis igual que el de los rostros reales".

Caras de Bélmez

Wikipedia

Las expresiones faciales son esenciales para la comunicación social: el cerebro aprende a evaluar las expresiones rápido y con poca información. Son varios los estudios previos que demuestran que algunos sesgos que afectan al cerebro con rostros reales pueden incidir sobre los imaginados, activándose los mismos mecanismos sensoriales de alto nivel. 

La mente también se arriesga a los falsos positivos al procesar las señales visuales con tanta rapidez, como una especie de daño colateral. "Ese ceño o sonrisa; ese es el sistema de expresión facial de tu cerebro en funcionamiento. Para el cerebro, falso o real, los rostros se procesan de la misma manera", apunta Alais.

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