Así es la película número 50 de Woody Allen con la que vuelve a conquistar a la crítica

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Eric Gaillard/Reuters

  • Woody Allen vuelve, tras tres años de ausencia, con una nueva película, que como siempre ha presentado en el Festival de Venecia. 
  • Tras una década sin títulos notables y pocas grandes obras en lo que va de siglo, a sus 87 años el maestro neoyorquino vuelve a sorprender a la crítica.
  • Allen vuelve al trabajo tras unos años sin rodar por las acusaciones de abusos sexuales, de la que ha sido absuelto y por las que se ha sentido perseguido. 

Woody Allen es uno de los directores más aclamados de la historia del cine, uno de esos pocos clásicos de la dirección que aún vive, junto a Clint Eastwood, Martin Scorsese o Steven Spielberg. Tras unos años en el ostracismo por las acusaciones de abuso, ha sido absuelto y vuelve en plena forma a sus 87 años con una película que vuelve a encandilar a la crítica

Aparte de la polémica, el maestro neoyorquino no había dado en el clavo con sus últimos films, pero precisamente con su film número 50 demuestra que sigue teniendo mucho que decir y no ha perdido su inspiración en la escritura y dirección. 

50 películas que debería de ser más

Y es que Woody Allen estrenaba como un reloj suizo cada año, y nunca faltaba la presentación de su última obra en el Festival de Venecia, como ha ocurrido de nuevo con Golpe de suerte. Todo ha vuelto a su ser tras tres años sin rodar por las acusaciones de abusos sexuales. 

Su última película había sido Rifkin´s Festival, estrenada en 2020 (había rodado sin interrupción una por año desde 1982), y que, como la mayoría de las últimas obras, no había gustado mucho e incluso pasado desapercibido. Seguro que no has visto, o peor aún, no recuerdas títulos recientes como El hombre irracional, Wonder Wheel o la propia Rifkin´s Festival

Y con la 50 llegó el cambio

Nunca es tarde para hacer por primera vez algo, aunque tengas 87 años, y Woody Allen lo ha hecho, rodando por primera vez en un idioma que no es el inglés. Golpe de suerte es en francés, y en cierto modo cumple en parte ese sueño que él siempre ha confesado de ser un cineasta galo. 

Allen había rodado en los últimos años fuera de su adorada Nueva York: Roma, París, Barcelona... y ahora da otro paso para rodar en un idioma que no es el suyo. Pero, afortunadamente, la noticia no es esa.

La vuelta del maestro

No es por su vuelta en sí, sino porque vuelve al mejor nivel. Siempre se ha dicho que hay tres Woody Allen: el de las obras maestras, el de buenas películas y el de obras para olvidar. En lo que va de siglo, podrían estar en el primer grupo, Match Point y Blue Jasmine, su último gran título, pero rodado hace ya diez años. 

Ya tocaba una buena película de Woody Allen, y sin estar según la crítica entre sus diez grandes películas, sí está en la parte alta del segundo grupo, suficiente para entusiasmar de nuevo a los seguidores de uno de los últimos clásicos del cine. 

Dos referentes que invitan al optimismo

La filmografía de Woody Allen es tan extensa, que casi todos sus estrenos se les compara o quiere comparar con títulos anteriores. En este caso, Golpe de suerte se sitúa en una mezcla entre dos obras maestras del cineasta norteamericano, con lo que es una muestra más de optimismo: Match Point y Delitos y faltas, esta última por derecho propio entre su póker de ases. 

Pero, de qué va la película: cuenta la historia, en clave de thriller, de una pareja parisina adinerada (Lou de Laâge y Melvil Poupaud) que ve sacudida su cómoda vida de cenas, galerías de arte y lujo, con la llegada inesperada de un recuerdo del pasado, interpretado por Niels Schneider.

Woody Allen vuelve a hablar de lo mismo, pero nunca es igual

Siempre se ha dicho que las películas de Woody Allen es una misma bajo diferentes prismas y en ambientes distintos, y en parte es así. 

Desde luego Golpe de suerte es un título más donde el maestro habla la felicidad efímera o que puede verse cercenada, de repente, de la suerte y el destino, de la mezcla tragicómica de la vida.

Dos acogidas en Venecia

Como no podía ser de otra forma, Woody Allen, con muy buena apariencia a su edad y tras pasar por lo que él consideraba una persecución, aparecía en Venecia para presentar su película, como había venido haciendo año tras año hasta 2020. 

A su paso por la alfombra roja fue recibido por protestas, pero tras el visionado de Golpe de suerte, la crítica le ha vuelto a abrazar cinematográficamente hablando. Pero, antes incluso, recibió en la Sala Grande de Venecia una estruendosa ovación del público, puesto en pie durante cinco minutos. Había muchas ganas de Woody Allen, aunque fuera muchos manifestantes le tenían muchas ganas también.

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